Ovidio Roca
El problema es que la segunda opción no es sostenible, pues el Estado no
produce nada y para darte algo tiene que sacárselo del bolsillo a algún otro,
por lo cual se genera inestabilidad e inviabilidad.
Sin un ambiente de seguridad e institucionalidad sólida, el capital tanto monetario
como humano huye, migra hacia donde les dan seguridad y garantías.
Para garantizar esta seguridad para las
personas y las inversiones, las instituciones deben ser depuradas y
fortalecidas pues son los mecanismos que administran los pactos y alianzas que se
establecen para convivir en paz y trabajar.
Estos pactos están estipulados en normas y procedimientos que deben ser
administrados por funcionarios idóneos y probos que cuiden y garanticen el
correcto cumplimiento de los mismos.
Existe una vasta experiencia internacional y nacional que muestra la opresión y
miseria que causa el populismo, y eso debería enseñarnos el por qué no podemos
continuar con los masistas y su base financiera, el narcotráfico cocalero.
Tenemos que entender que para
avanzar como sociedad debemos hacerlo en conjunto y con la decisión de vivir en
libertad y democracia. Sabemos lo que se nos viene si seguimos la ruta del
populismo, pues solo tenemos que observar lo que ocurre en los países que
aplican la misma receta populista, como Cuba, Venezuela, Nicaragua y ver lo que
está ocurriendo con sus poblaciones.
Podemos ver el drama de
seis millones de venezolanos que huyeron de su país dejando atrás su familia y
su vida y lo hacen escapando de la opresión y de la pobreza que genera el
populismo. Ellos vagan por el mundo buscándose la vida, lejos de sus familias,
de su país y esto es lo que con los masistas, definitivamente nos espera. Deberíamos
hacer algo para no caer en esto, pues si no la hacemos pronto estaremos huyendo
y de pordioseros por el mundo, gracias al populismo cocalero y los masistas.
Es urgente que la gente mire el
escenario mundial y entienda la dura realidad que se avecina, y por su propia
supervivencia y la de su familia se comprometa en un gran pacto nacional por la
democracia. Es necesario que el sector democrático se ponga de acuerdo con los
grandes objetivos nacionales y elabore un Plan de Gobierno claro y con unas
diez o veinte políticas de Estado que lo hagan realidad.
Se contrata a un cocinero porque sabe cocinar y a un político porque sabe
gobernar. Para dar mayor confianza en la gestión, se debería determinar y
mostrar quién estará a cargo de cada Ministerio clave; ciudadanos con
capacidad, idoneidad profesional y con ética y credibilidad, pues al final
ellos serán los que con el Presidente tendrán la tarea de administrar el
Estado.
Se requiere por tanto y desde ahora,
concertar y armar una candidatura a la Presidencia, con un mensaje y propuesta
clara que logre unir a la nación boliviana con el propósito de salir adelante con
prosperidad, paz y armonía; unidos como ciudadanos iguales y no como pandillas
o etnias.
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