Ovidio Roca
Gran parte de la población boliviana es una agrupación de
emprendedores que vive y trabaja en una economía de mercado informal; cocalera,
comerciante, contrabandista y cuentapropista. Los políticos masistas atraen a
estos emprendedores y los controlan dándoles vía libre e impunidad.
Para aquella otra población que pretende vivir en la formalidad y en una
economía de mercado, la que los masistas adversan, su estrategia es bloquearla y controlarla manejando a su
arbitrio la producción, los precios y la libre circulación y con esto se
desquicia la economía de mercado; un tipo de economía que como sabemos es el
resultado de la interacción libre de todas las personas en el ámbito económico.
El populismo con sus
políticas estatistas y dirigistas, genera inseguridad jurídica a la propiedad
de las tierras y las inversiones, con lo que afectan la economía y
especialmente la agropecuaria.
Para debilitar aún más a los agricultores empresariales, especialmente del
oriente y no del Chapare prohíben el uso de semillas transgénicas y establecen
restricciones caprichosas a las exportaciones. Todo esto desincentiva la
producción nacional y promueve el ingreso masivo de los productos agrícolas que
vienen de contrabando, especialmente desde Argentina y Perú.
Para
Bolivia el sector agropecuario es muy importante, pues da trabajo y alimentos a
la población. Este sector es un gran complejo productivo que abarca desde la
producción primaria, la siembra y cosecha hasta la industrialización. Son una parte
importante para la producción, la investigación científica y biotecnológica de las
semillas para la resistencia de los cultivos a las sequias, el control de químicos
y de plagas.
La
dinámica de este complejo productivo no es apreciada ni entendida por la burocracia
gubernamental masista, o más bien la usan para bloquear a los productores y lo
hacen prohibiendo el uso de semillas modificadas,
las exportaciones de granos y obligando a vender las cosechas a la fuerza, por
lo que habrá menos cultivos y menos granos de soya y maíz.
Paradójicamente lo que
se prohíbe a los agricultores en el país, se lo acepta cuando viene de los
países vecinos. Todos los días desde la Argentina ingresa maíz,
soya y muchos otros productos transgénico, prohibidos en Bolivia por serlo y
los funcionarios del Gobierno los legalizan por un precio y para sus bolsillos.
El Gobierno del MAS por sus
poses ideológicas, más que por sus convicciones, no apoyan la
investigación y son enemigos de las semillas modificadas, desconociendo su rol
para soportar el cambio climático y con esto perjudican a los agricultores especialmente de Santa Cruz.
Vale la pena recordar que Bolivia recibe más de cuatro
mil millones de dólares anuales por sus exportaciones de coca y la blanca y por
simple ley de oferta y demanda, esta importante oferta deprecia el dólar en el
mercado nacional. Nos dice Pukymon: “Putin
plantea anclar el valor del rublo con el oro amarillo. El hermano Evo, el peso
boliviano en el oro blanco”.
Como consecuencia
Bolivia mantiene un tipo de cambio fijo respecto al dólar, mientras en los
países vecinos la devaluación de su moneda es constate, por lo cual para
nosotros las importaciones agropecuarias y de todo tipo proveniente de esos
países son mucho más baratas.
Actualmente en
la Argentina, para protegerse ante la acelerada inflación la gente consigue
dólares y pesos bolivianos.
Hace algún tiempo en la
China dual, Comunista y Capitalista, el Comité Nacional de Aprobación de
Variedades de Cultivos, publicó dos estándares que permiten realizar los cultivos utilizando semillas
genéticamente modificadas (GM).
Ahora que en China se utiliza la tecnología de los transgénicos para
garantizar los cultivos, esperemos que los masistas siguiendo a sus líderes chinos
también lo hagan en beneficio de los agricultores y del país.
Lamentablemente con todas estas políticas y
prácticas populistas y la constate inseguridad jurídica y física, la inversión cada
día se hace menos rentable, se ahuyenta a posibles inversionistas en el sector
agropecuario y la producción se cae.
El país para progresar necesita realizar con libertad y de forma sostenible, el
manejo del sistema productivo y con tecnologías que respeten el ecosistema y así
se cree riqueza tanto para quienes contribuyen a crearla, como para financiar
los servicios sociales comunitarios.
ovidioroca.wordpress.com
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