lunes, 1 de noviembre de 2021

DEMOCRACIA Y LOS PROBLEMAS DE GESTION.

 

Ovidio Roca

El Político piensa en la próxima elección, el Estadista en la próxima generación”. Winston Churchill.

Cuando hablamos de ebanistería pensamos en un hábil carpintero; de cocina en un chef cordon bleu. Pero cuando hablamos de Democracia no se nos ocurre pensar en un Estadista, vale decir en un profesional con capacidad administrativa y ética para gestionar el Gobierno y habilidad para armar y dirigir equipos de profesionales de diferentes especialidades, para realizar la administración del Estado.
Esto se explica porque en general el pueblo, lo que menos busca y pide de quienes se dedican a la política es capacidad de gestión y ética. Por lo contrario la gente se siente atraída por un líder que ofrezca promesas, discursos, arengas, como si se tratara de un actor callejero.

No todos tenemos habilidades, conocimientos y aptitudes para todo; unos son buenos para el fútbol, la música, los negocios, la artesanía. En el caso de la política y el manejo del Estado se requiere de un Estadista, que es el responsable de conducir a la población por una senda de progreso económico y cultural, en paz y concordia y bajo un Estado de derecho.
Esto es complicado de encontrar, pues para ejercer con idoneidad la función pública se necesita de conocimiento, experiencia, carácter y sobre todo ética y capacidad de llegar y comunicarse con la población.

La democracia como sistema ha demostrado ser tremendamente frágil en todas partes, pues la población que es su sustento y su objetivo, es fácil y permanentemente manipulable y esto es así aun en países de buen nivel cultural. En los Estados Unidos Trump, un populista de derecha, puso a funcionar su potente maquinaria de propaganda mediática, escribió el guion del fraude electoral y con esto creó una realidad alternativa para sus seguidores. Que Trump pueda tergiversar y reinventar la verdad de los hechos a plena vista de todos y salirse con la suya, es preocupante para la democracia en el mundo, pues si una gran parte de la población es fácilmente manipulable y no tiene fe en la democracia y sus procedimientos, ¿será posible que este modelo pueda prevalecer?.
Y la duda es que si la voluntad de las personas ya no se expresa a través del voto, ¿qué otros medios pueden existir?

Parte esencial de la democracia, son las Instituciones que funcionan y garantizan la vida y libertad de las personas, hacen respetar la propiedad privada e impiden la impunidad de los delincuentes. Solo cuando las leyes son buenas y la institucionalidad funciona correctamente, se logra el objetivo del “bien común” Aristotélico.

Cuando no existe democracia y justicia, ocurre lo que un actor populista cocalero nos explica:Podrán hacer (los procesos) pero no van a encontrar nada, sólo van a perder el tiempo. A mí me han procesado desde 1989, les he ganado todos los procesos, y vengan de donde vengan procesos, vamos a seguir ganando”. Evo en declaración pública.
El poder es para usarlo, para eso hacemos nuestras leyes de nosotros y contratamos a nuestros jueces y fiscales, acaso somos upa”. Conversa ideológica, mientras acullican, de los hermanos del Instrumento.

Una verdadera Democracia requiere que las decisiones estén lo más cercano a las bases y que la elección de sus autoridades sea una decisión y competencia de los ciudadanos de los lugares donde estos ejercerán su mandato. Es decir bajo un régimen Federal.


Y una cosa que debe estar clara para los pueblos que apuestan por vivir bajo regímenes democráticos, es que las instituciones y las leyes son creadas por los ciudadanos como marcos de referencia para convivir en paz y seguridad y cuando las mismas son adulteradas y corrompidas por intereses políticos pierden su razón de ser y si queremos preservar la democracia, deben inmediatamente ser corregidas y reparadas por los ciudadanos y los operadores corruptos, inmediatamente despedidos.

 

ovidioroca.wordpress.com

 

 

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