Ovidio Roca
Los siglos anteriores para algunos pueblos occidentales fueron tiempos de
valores y principios; de hombres y mujeres dignos, del orgullo de cada uno por sus
logros y descubrimientos.
Ahora se transita por el mundo de lo políticamente correcto y la cultura de
género, y desde Europa nos llega el mensaje del progresismo, del “buenísmo”, el
que postula una sociedad en la que cada deseo y cada capricho es un derecho
humano. Con todo esto se construye una sociedad en la que las personas no
tienen responsabilidades, solo derechos. En Bolivia, el derecho humano de
reelegirse indefinidamente.
Conocemos que bajo cualquier circunstancia y especialmente cuando los ciudadanos
y las naciones no tienen valores, fortalezas y no aprenden a defenderse, estos pueblos
dejan de ser respetados y son presa del vandalismo de los fanáticos, de los
políticos y tucuimas.
Ante esta desidia surge la reacción, aunque débil, de quienes plantean que como
ciudadanos necesitamos asumir la responsabilidad plena de nuestros actos y
omisiones y luchar por nuestros derechos.
Tenemos que asumir el hecho, de que nadie solucionara nuestros
problemas, solo lo haremos nosotros mismos y cuando las personas y los pueblos
ingenuamente creen que otros lo harán por ellos, ya están vencidos, se volverán
cobardes y es lo que vimos en Afganistán, donde un pequeño grupo de fanáticos religiosos
derrota a un Ejército seis veces más numeroso, con soldados bien entrenados,
bien comidos, bien pagados y totalmente
armados por los norteamericanos.
Con la desubicada retirada de Biden de Afganistán; la que
es una irresponsable y desastrosa salida de la potencia mundial, que se rinde
ante el Talibán y por lo que se genera el caos y acciones sangrientas.
Una de las cosas que podemos confirmar de esto, es que no se puede instalar la
democracia en un país sin contar con el firme apoyo de la población local y también
queda claro que no se puede ayudar a quien no quiere ayudarse.
Las creencias e ideologías no son
material trasladable fácilmente, la mentalidad de un
pueblo no se modifica con reguetón. Los misioneros no
funcionan, ni tienen por qué salvar el alma de quienes no
creen ni quieren creer en lo mismo que ellos predican, ni nunca lo harán.
El saber popular nos dice: Respetos guardan respetos,
eso significa no meterse en los asuntos de los otros y no dejar ni permitir que
se metan con los nuestros.
Cuando el Ejército americano se retira
después de apoyar y financiar por veinte años a los militares Afganos, estos se
asustan, entregan las armas y equipos y se escapan, se camuflan y se esconden en
cualquier rincón que encuentran. Ellos fueron incapaces de pelear, defender a
su pueblo. Se pusieron el uniforme para vivir bien mientras los gringos asumían
la responsabilidad y los alimentaban y protegían y ahora que se retiran se
escapan cobardemente y cunde el terror y la desesperación entre la población
local.
Inmediatamente de esto salen los Talibanes para agradecer a los
gringos por los miles de armamentos, municiones y vehículos militares abandonados
por el ejército afgano en las calles y que ellos recogen gratis.
Con estas armas norteamericana abandonadas por el Ejército
Afgano, el Talibán podría convertirse en un proveedor y exportador de armas
para fuerzas armamentistas enfrentadas a Occidente y lo más preocupante es que
con esta derrota infringida en Afganistán al mundo libre, la OTAN ha quedado
como un tigre de papel.
Ahora estamos bajo el virus populista y si el pueblo no se defiende y fortalece,
perderá su libertad y su vida y nadie vendrá a rescatarnos. En Cuba ya llevan sometidos
62 años, en Venezuela más de veinte y ahí siguen; unos huyen y viven miserables
en países que no los acogen y los otros, los que se quedan, mueren de mengua.
Para salir de situaciones difíciles debemos
estar dispuestos a realizar grandes esfuerzos y sacrificios, aunque ningún
político actual lo diría con la claridad y franqueza que lo hizo Winston Churchill
ante el Parlamento, durante la Segunda Guerra Mundial: “Solo les puedo ofrecer sangre sudor y lágrimas”.
Según Pukymon; un perro cocalero con dientes chíos y verdes puede asustar pero
no morder; su arma principal sigue siendo el miedo pero ahora sin plata y poder
menguado, es menos peligroso de lo que parece. Se hace necesario perder el
miedo.
ovidioroca.wordpress.com