Ovidio Roca
Para que exista una Nación,
sus ciudadanos, que normalmente tienen una diversidad cultural e ideológica
deben ponerse de acuerdo en compartir, además del territorio, ciertos principios
y valores básicos los que luego de establecidos son consagrados en una
Constitución, conocida y aceptada por la ciudadanía. Está claro que es
imposible reconstruir un país si previamente no existe este consenso sobre las
reglas básicas de convivencia ciudadana, pues estas son las que sirven de
sustento al modelo de país que construiremos.
Existen varios tipos de
país, algunos más o menos viables y sostenibles y otros híbridos y por tanto
más inestables. Algunos modelos son antagónicos y excluyentes como: Países que
practican la democracia, la economía de mercado, propiedad privada y libertad,
y otros se inclinan hacia el populismo y estatismo, la propiedad estatal y el absolutismo.
Existen por tanto muchas variantes producto de circunstancias históricas y por imposiciones de grupos de poder.
El problema aun no
resuelto, es como lograr este consenso de país pues existe muy poca
predisposición de hacerlo. Una señal de esta dificultad no las da el Icono del
populismo cocalero que domina en Bolivia. Evo Morales con toda convicción
afirma: “No
comparto cuando algunos dicen que haya reconciliación. No va a haber
reconciliación con fascistas, racistas, salvo que entendieran que nuestra
ideología y nuestro programa está bien para Bolivia”. Explicado con chuis: Aceptan lo que
digo o se atienen a las consecuencias.
Vivimos una permanente pugna entre Izquierda y Derecha, conceptos que aunque son etiquetas
sesgadas del siglo pasado, mantienen su vigencia en Latinoamérica. Nuestro
desafío al margen de las etiquetas es simple se trata de encontrar el modo de
vivir mejor en este único planeta y eso implica elegir gobiernos basados en libertades,
derechos, respeto al prójimo y al medio ambiente, que han demostrado ser los más
viables. Evitando aquellos regímenes que se sustentan en el autoritarismo y
totalitarismo.
Como vemos tenemos un largo
camino por delante y debemos continuar avanzando, pues necesitamos para
nosotros y nuestra descendencia un país donde todos podamos vivir y progresar
en paz. Esto implica determinar de manera razonable y practica la mejor manera
de organizar nuestra casa, nuestro pueblo, nuestro país y cuales reglas de organización
y comportamiento son las más adecuadas. No todos somos iguales y tampoco
pensamos igual, pero necesitamos ponernos de acuerdo en la forma de convivir en
un territorio, “juntos pero no revueltos”, y esto implica gobiernos autónomos, locales
y nacionales.
Para
decidir el que hacer, lo más fácil es revisar y verificar cuales son los países
donde la gente vive mejor. Esto será en países donde se respetan las libertades
y los derechos individuales, o en países bajo sistemas centralistas y
autoritarios. Una manera fácil y clara de saberlo, es ver qué hace la gente
cuando la situación de su país se hace insostenible y verificar hacia qué
países americanos u otros huyen. Sera que ellos se van a Cuba o Venezuela, o se
van a los Estados Unidos, Uruguay, Chile o Costa Rica.
A la prueba me remito, dice Pukymon.
ovidioroca.wordpress.com
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