lunes, 18 de febrero de 2019

CAMBIAR DE PARADIGMA O DESBARATARSE COMO VENEZUELA



Ovidio Roca

El paradigma, el modelo populista castrochavista que aquejó nuestro continente está en franca retirada; un discurso demagógico que encandila a las masas y desconoce el necesario y responsable esfuerzo individual para manejar su destino; un modelo fallido que ha dejado en la miseria a los pueblos que lo aplican y que ha promovido el exilio masivo de cubanos, venezolanos y nicaragüenses.

La Bolivia populista cocalera mantiene tiene una estructura económica y productiva agropecuaria y primaria exportadora especialmente de gas y minerales y con una cada vez MAS fuerte dependencia de actividades informales: el contrabando, el cuentapropismo y la producción de cocaína y otras drogas; actividades que son operadas por grupos corporativos y carteles locales e internacionales de contrabandistas, narcotraficantes y terroristas.

A diferencia de otros países Bolivia por su actividad como tradicional productor de coca y de masivo contrabando ha establecido como norma la venta libre de los dólares en la calle, por lo que la presión sobre el banco central para adquirirlos es mínima y esto sustenta la actual sobrevaluación del peso boliviano que castiga y desincentiva la producción nacional y las exportaciones, mientras estimula el contrabando y las importaciones ilegales. Enfrentados a esta realidad los productores del campo y la ciudad, vapuleados por el modelo populista abandonan sus actividades productivas: la industria, la agricultura, las artesanías y se dedican al narcotráfico y el contrabando, mucho más rentable. Una realidad que desmiente el discurso sobre el desarrollo productivo y la soberanía alimentaria del gobierno, pues los mercados están llenos de alimentos peruanos y plásticos chinos.

El país tiene instituciones frágiles, inseguridad jurídica y una masiva burocracia gubernamental ineficiente y corrupta; un fuerte estatismo reflejado en empresas estatales ineficientes y deficitarias y un agresivo sistema corporativista que maneja la economía informal, basado en la coca, el narcotráfico, el contrabando y el cuentapropismo de baja calificación técnica. Este es un modelo que entrará en aguda crisis cuando los países vecinos decidan verdaderamente frenar el circuito de la cocaína. Y algo aún más preocupante; varios analistas señalan que la caída del régimen venezolano impulsara a los carteles y grupos del narcotráfico y narcoguerrilleros de las FARC y ELN que pululan en ese país a migrar hacia nuevos espacios de trabajo y uno de estos es nuestro país.

El populismo es un modelo que ha mostrado su fracaso y que nos enseña que el país no debe seguir siendo monoproductor-extractivista-estatista y cocalero, pues con esto no tendremos futuro alguno; en consecuencia, si queremos construir una sociedad democrática y prospera la tarea urgente es cambiar la receta económica populista cocalera dejando de lado el extractivismo que funciona explotando las materias primas, el gas y los minerales para venderlas al exterior, por lo que su éxito y fracaso depende de los precios del mercado internacional.

Está comprobado que el progreso sostenible material y moral de los pueblos dependen de tener libertad individual y propiedad privada, responsabilidad personal, libre pensamiento y libre mercado; que son los elementos esenciales del liberalismo, por lo que una tarea urgente si queremos construir una sociedad democrática y prospera es dedicar grandes esfuerzos para reeducar a la sociedad para ser responsable de su vida, respetar al prójimo y al ecosistema del cual somos parte indisoluble.

Debemos ocuparnos y trabajar para tener instituciones sólidas y seguridad jurídica e ingresar a una economía de propiedad privada, de libre empresa, de libre mercado competitivo; una economía diversificada y con gran contenido de innovación e incorporando a Bolivia a la diversificación económica, la transformación digital y las tecnologías de punta. Necesitamos promover la producción con valor agregado y de alta innovación y ajustar nuestra economía monetaria evitando sobrevaluación del peso que promueve la importación y castiga las exportaciones. Esta tarea requerirá de ingentes esfuerzos pero es la manera de recuperar el rumbo del país hacia la democracia, el progreso y el desarrollo sostenible.

ovidioroca.wordpress.com

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