Ovidio Roca
Entre los debates
intrascendentes, en estos últimos días del 2018 estuvo de moda aquel sobre la
exigencia para los candidatos de hablar una lengua originaria; un aspecto que
los estrategas masistas pusieron en las normas del Estado plurinacional de
forma consistente con el diseño engañoso del llamado Gobierno y Presidente
indígena y solo para excluir a los q’aras.
En la vida cotidiana del
ciudadano y al margen del espectáculo, lo importante y exigible de un
funcionario, de un técnico, es que sepa hacer eficientemente su trabajo: un
cocinero que sepa cocinar, un mecánico que sepa mantener una maquinaria y
equipos y el Presidente de una Empresa y un País que sepa hacer gestión, por
tanto el hecho que alguien pueda hablar y escribir en más de un idioma es bueno
pero no imprescindible, como en este caso para ser Autoridad Gubernamental.
Para el ciudadano lo
que interesa es que el candidato y futuro gobernante tenga claros los objetivos
del trabajo a realizar, el modelo de gestión política y económica a ejecutar, que
sea un estadista que sepa de planificación, de administración, de conducción de
equipos profesionales con los que se debe trabajar y sobre todo ser portador una
probada honorabilidad y credibilidad.
Este problema de la
actitud y de la noticia intrascendente es generalizado, vemos a Trump, el Presidente
de la principal potencia mundial, que actúa como un niño caprichoso pidiendo su
muro y está dispuesto a paralizar el gobierno si no le conceden su capricho. Sin
embargo se dice poco y nada de las causas de la migración causada por los gobiernos
corruptos y dictatoriales que generan inseguridad y espantan a la población que
huye desesperada de sus países fallidos buscando trabajo y seguridad. Poco se
menciona que lo importante es atacar el origen del problema de estos ciudadanos
que huyen aterrados de sus países con gobiernos populistas, dictatoriales,
ineficientes y corruptos y tampoco de la necesidad de ayudar a sus pueblos a
erradicarlos y luego apoyar a estos países a mejorar su administración gubernamental
y su educación ciudadana y técnica.
En otro ámbito y hablando
de actitudes en Santa Cruz las mujeres y no los hombres han sido tradicionalmente
las fuertes y valientes, por eso una mujer está intentando ordenar la ciudad y
el desorden de los mercados. Se dictaron las normas, se adecuo la
infraestructura y se creyó en la hipótesis (equivocada) de que un pueblo
moldeado por un Estado populista cocalero, cumple alguna norma. Las gente
cumple lo que le conviene y así los comerciantes se asentarán donde puedan
vender; si el ciudadano compra, el comerciante estará presente vendiendo y la
única forma de ordenar la ciudad es educando al ciudadano, para que buscando su
propio bienestar y el de toda la ciudadanía, compre exclusivamente en las áreas
autorizadas para este fin.
Durante estos días de
fin de año, nuestros preclaros gobernantes aprovechan para hacernos llegar sus profundas
y valiosas reflexiones y enseñanzas:
Evo nos informa que no
miente y según los amautas esto es cierto, el solamente no dice la verdad, dice
lo que siente y lo que se le ocurre sin mentir. Si es verdad o es mentira a
quien le importa y quien es el que decide si es así; pues nada es verdad ni es mentira,
todo depende del cristal con que se mira y el Jefe siempre tiene la razón.
En cocalandia el Licenciado, ejerciendo de “haravicu”, proclama que el 2019 tendremos un gran reto y dos caminos hacia el futuro: uno angosto y otro ancho y pintado de azul: Si seguimos el camino angosto y oscuro de la oposición subirán las facturas de agua, de luz y electricidad, se cerrarán las fábricas, se privatizará la educación y subirán las tarifas de gasolina y gas como sucede en otros países que optaron por ese camino neoliberal. También se eliminara el bono Juancito Pinto y la Renta Dignidad y se perderán los logros de los últimos 13 años, se quitará todo a las wawas y viendo todo esto y aterrada por el desastre, la luna se escapará, el sol se esconderá y habrá oscuridad, llantos y gemidos y todo va a ser tristeza para nosotros.
En cocalandia el Licenciado, ejerciendo de “haravicu”, proclama que el 2019 tendremos un gran reto y dos caminos hacia el futuro: uno angosto y otro ancho y pintado de azul: Si seguimos el camino angosto y oscuro de la oposición subirán las facturas de agua, de luz y electricidad, se cerrarán las fábricas, se privatizará la educación y subirán las tarifas de gasolina y gas como sucede en otros países que optaron por ese camino neoliberal. También se eliminara el bono Juancito Pinto y la Renta Dignidad y se perderán los logros de los últimos 13 años, se quitará todo a las wawas y viendo todo esto y aterrada por el desastre, la luna se escapará, el sol se esconderá y habrá oscuridad, llantos y gemidos y todo va a ser tristeza para nosotros.
Por su parte la noticia
internacional, alucinada por la sociedad del espectáculo, navega y naufraga en
lo anecdótico, despreocupándose de lo trascendente.
ovidioroca.wordpress.com