Ovidio
Roca
Como
toda cultura, la de los cruceños tradicionales es fruto de su historia, su tradición, su ambiente y en este caso además del
aislamiento y la lejanía en la que se encontraban; como se decía: “Santa Cruz está
lejos de todas partes”, lejos de los centros urbanos y de las costas donde se
movía el comercio y las nuevas ideas e innovaciones.
Por esto
el llamado "modelo cruceño" es destacable, pues es un modelo de libre
iniciativa y apertura a la modernidad y el progreso, que se desarrolló en un
país encuevado, estatista y comunitarista. El desarrollo industrial y tecnológico
se dio con mayor facilidad en los países costeros y esta su mayor competitividad
impidió el surgimiento de la industria en Bolivia, de economía primaria, aislada
y con un mercado de consumo mínimo.
Durante
la colonia y hasta bien entrado el Siglo XX la sociedad cruceña estuvo alejada
física y culturalmente de los centros de
poder político y económico y sobre todo del estatismo de la sociedad minera andina.
La
búsqueda de oportunidades impulso en el Siglo XIX a nuestros abuelos y
bisabuelos a su aventura hacia las
tierras de la siringa, donde conquistaron nuevas fronteras para el país y en
medio de la selva abrieron empresas vinculadas al mercado mundial, vale
recordar también esos otros pioneros que abrieron por Puerto Suárez, el rio
Paraguay y el Rio de la Plata vías de comercio con Brasil y Argentina.
Recién
a mediados del siglo anterior Santa Cruz se integra al circuito del comercio
nacional; en 1954 se terminó de construir la carretera que une Santa Cruz
con Cochabamba y el resto del país, la que termina de asfaltarse en 1957; en este
año también se construye la carrera hacia las Provincias del Norte: Montero y
Yapacaní y llegan los ferrocarriles del Brasil en 1955 y de Argentina en 1957 y
empieza a desarrollarse el transporte aéreo. En esta época y ya impulsados por
la vinculación con los mercados; notables personajes iniciaron la industria del
azúcar, de la madera, de la construcción y crearon Cooperativas para dotar de
servicios a la comunidad.
Hace
años Willy, un amigo alemán y cruceño de elección, me decía: lo que yo valoro
del cruceño es su actitud libre, su iniciativa personal y su mente abierta
a nuevas iniciativas, además del respeto por la propiedad privada. Tienen una
cultura abierta a la innovación y también inclusiva, por lo que acepta
fácilmente a los migrantes que aportan al desarrollo. Reconocen a los individuos
por sus valores personales al margen de raza o religión y le dan un valor
social por sus logros, su éxito económico, profesional, artístico. Tiene capacidad
de organización institucional y busca soluciones privadas a necesidades comunes
como ejemplo en su época las Cooperativas de Servicios.
Lamentablemente
esta mentalidad, pese a la existencia de mayores oportunidades, se ha ido
perdiendo. En la época de Banzer nuevos y viejos grupos locales accedieron al
usufructo del Estado, se estableció una práctica y mentalidad logiera y
excluyente a toda forma de pensamiento crítico y se perdió el empuje y la
fortaleza de nuestros antecesores. En el Estado Plurinacional, los cruceños
luego de un rechazo y resistencia inicial al avasallamiento político, cultural
y económico del Gobierno Central, sobre los Gobiernos Departamentales y Locales
y especialmente contra la economía y la sociedad cruceña, llegaron al cansancio
y amedrentamiento y este fue el paso hacia la colaboración. El Gobierno paró violentamente
la resistencia cruceña y del oriente, inventando el proceso separatista y condenando
y poniendo preso a todo aquel que oponía alguna resistencia o no pagaba la
cuota; con esto se llegó a la convivencia forzada, pues para varios dirigentes es
mejor hacer negocios con los masistas a ser exiliados o presos y aquí es cuando
se acaba la oposición.
Estamos en una nueva etapa de nuestra historia y debe
quedar claro que el masismo tiene un proyecto de poder que contempla la toma y
control de este nuestro territorio de las llanuras y el chaco, mediante el
avasallamiento económico, étnico y cultural y la correspondiente aculturización
y pérdida de identidad del pueblo que buscan dominar; vale decir un proyecto de
sustitución y exclusión.
Este es un proyecto hegemónico bajo un modelo racista,
populista y dictatorial, que va contra la historia y contra un pueblo que tiene en su destino un proyecto
de sociedad viable, de raíz democrática, abierta y modernizante, que no puede
ser avasallado si el pueblo cruceño y sus instituciones recordando su estirpe, su
historia,
cultura y tradiciones así lo deciden y actúan en consecuencia.
ovidioroca.wordpress.com
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