DEFENSA DE LO NACIONAL CON ENFOQUE POLÍTICAMENTE INCORRECTO
Ovidio Roca
Algo que la actual moda de lo “políticamente correcto”
cuestiona, es la afirmación, la convicción de que todo pueblo, toda región
tiene el derecho de colocar primero sus propios intereses y defender su
cultura, sus tradiciones y no se trata de imponer un particular modo de
vida a nadie, sino de privilegiar lo propio en un marco de respeto mutuo.
Amar genéricamente a la humanidad es no amar en
absoluto; si uno quiere amar a la humanidad empiece por amar a su familia, al
pueblo donde nació, a su región y así gradualmente nos dirigimos hacia el amor
al país y la humanidad.
Las personas nacen, crecen y se protegen en la
familia y de la misma forma lo hacen los pueblos en sus comunidades ancestrales,
sin que esto signifique aislarse de otros pueblos y desconocer la diversidad y
riqueza de la cultura internacional.
Sin embargo en este mundo globalizado se nota cada vez
la ausencia de ese sentimiento de pertenencia a un pueblo, la carencia de redes
familiares y sociales sólidas que dan estabilidad a las poblaciones, y es un
dato que la identidad, las raíces, las tradiciones, no sólo son positivas, sino
necesarias, pues ellas conforman lo que nos hace específicamente humanos; no
olvidemos que nación y nacional viene de nacer, de familia, de lengua, de
historia y la eventual desaparición de las formas nacionales definitivamente
nos empobrece como seres humanos.
Como producto de las masivas e ilegales migraciones
que ahora se están generalizando, la mayoría de los ciudadanos, las personas
comunes y corrientes, se ven sujetas al capricho de minorías activas:
étnicas y religiosas, entre estas los islamitas y varias otras, exigiendo que
sus tradiciones, preferencias o inclinaciones sexuales y de otro tipo, se
conviertan en ley para todos.
Por esto no es positiva una colonización masiva, con
la transformación radical del paisaje demográfico, cultural, y físico de
regiones y países, que se lleva a cabo sin que los pueblos hayan sido
consultados. Por eso se afirma que un sistema Federal Republicano es el óptimo
pues da autoridad a las poblaciones locales, para administrar su región y su
vida de acuerdo a su cultura y sus intereses
Durante las últimas décadas, en lugar de una actitud
reflexiva en defensa de la nación y de las tradicionales formas de vida y
cultura, surge esa moda del “buenismo” y el lenguaje políticamente correcto,
con el que se ha venido sacrificando la libertad de expresión de los
ciudadanos, bajo el argumento que no se puede opinar sobre aquello que
para algún grupo, especialmente si se trata de una minoría activa, resulte
ofensivo.
El respecto a los usos y costumbres de los grupos
particulares, no significa que estos deban imponerse a la mayoría, pues sus
valores en lo personal no pueden ser contradictorios con los valores que
fundamentan las prácticas de la vida pública del país o región anfitriona, so
pena de que esta contradicción termine poniendo en riesgo el propio proyecto
nacional. De hecho, si vienes a mi casa debes respetar mis costumbres y
valores y viceversa.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos de
1948, incorporada en los textos constitucionales de los países democráticos, es
la base de la civilización moderna. También se considera un derecho humano
universal el conservar la propia cultura y civilización ya que cada uno de
nosotros formamos parte de alguna, bien como dueños de casa o bien como
invitados, por lo que debemos velar por la conservación de nuestros propios
valores y formas de vida bajo esta misma perspectiva, como anfitriones o
como invitados.
Vivimos en un mundo diverso y plural y ésta es su
riqueza, por lo que las personas, pueblos y naciones, sea cual fuere su cultura
y religión necesitan marchar a su propio paso, eligiendo la vía que considere y
sienta más propia; pero eso sí, exigiendo respeto y respetando los derechos de
los demás. El actual desafío es desplegar las dos tendencias humanas
fundamentales: la de pertenecer y ser parte de nuestros orígenes y la voluntad
de transformarnos. Esto significa que no debemos perder nuestra identidad, pues
al hacerlo dejamos de ser nosotros mismos, saldremos de la historia y
desapareceremos como pueblo, por lo que no debemos perder la iniciativa de
inventarnos un futuro mejor para todos, utilizando los nuevos conocimientos,
las energías novedosas y las posibilidades aun no exploradas.
ovidioroca.wordpress.com
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