Ovidio Roca
“Caminante, son
tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.” Antonio Machado.
Para cultivar necesitamos buenos agricultores, buena
tierra, buena semilla y clima favorable. Si no lo tenemos lo construimos, lo hacemos.
Para progresar como sociedad necesitamos buenos emprendedores, buenos
principios, buena educación y un ambiente de seguridad y garantías para nosotros,
nuestra propiedad y el fruto de nuestro trabajo.
Existe la idea generalizada en gran parte de la
población boliviana, que el Gobierno es el que debe hacer y decidir todo, la
educación, la salud, la inversión, la producción, la industria, el
comercio, las exportaciones el sexo y ser el Estado Empresario.
Sabemos que no es el Gobierno el que lo hace todo; el gobierno administra el Estado
que es una Institución manejada por personas, las que generalmente son elegidas
“no por lo que hacen y saben hacer, sino por lo que prometen”.
De estas creencias sobre un Estado proveedor que le
dará todo al pueblo, se aprovechan los políticos y así se apoderan del Gobierno.
Y estos ya en el poder, no les dan a estos inkautos más que opresión y pobreza,
por lo que salen desesperados buscando otros horizontes.
En los países más prósperos es al revés; se busca
tener un Estado reducido y eficiente que de confianza y seguridad; con
funcionarios probos y con conocimiento y experiencia del trabajo que le
corresponde realizar a cada uno.
El progreso de un país tiene que ver con la confianza;
confianza en las autoridades, en las instituciones, en los funcionarios. Lamentablemente
en Bolivia las personas no confían en las autoridades de gobierno, tampoco en
la justicia, ni en jueces y fiscales, por lo que no hay posibilidades de
concertación.
En esta difícil situación y cuando deberíamos ser más
fuertes, los ciudadanos no defendemos nuestros derechos, estamos perdiendo
nuestro espíritu de iniciativa, de responsabilidad, audacia, coraje, valentía y
decisión para construir nuestra vida. Seguimos esperamos que otro, un ente político
se haga cargo de nosotros, nos conduzca y haga vivir bien. Y una pregunta elemental es,
qué capacidad tienen esos políticos para saber y hacer todo lo que dicen y
prometen para mejorar la vida de la gente. Aprendí en el campo, que para hacer
un buen locro se necesita: buena receta, buenos ingredientes y un buen cocinero
y sale mejor si le ponemos huevos.
Necesitamos garantizar la independencia, fortaleza e
idoneidad de las instituciones y que el Estado cumpla su verdadero rol, cual es
garantizar la libertad personal, de movernos, de producir, de exportar, con
seguridad jurídica y propiedad privada.
Se destacan dos modelos y recetas para la gestión pública; el modelo Liberal
y democrático que pone el acento en la libertad y el mercado, y el modelo Socialista
que ha devenido en Populismo, que prioriza el dirigismo del Estado.
La economía liberal postula
la libre competencia, la libre elección, con lo
que se despierta e incentiva la libre iniciativa, se reafirma el espíritu de
responsabilidad y que además de desarrollar la creatividad, induce a la gente a
emplear productivamente sus energías.
En los regímenes populistas, la población esta adocenada y aceptan porque
lo ven cada día, que no existe ley ni justicia, sino el acomodo y
contar con el respaldo de algún jefe político. De esta manera y ante la
incompetencia de las autoridades forma parte de la cotidianidad las huelgas y
bloqueos por todo y por nada y una práctica social que indica como justo y
necesario coimear a los policías, pagar a los funcionarios públicos para
acelerar trámites de todo tipo y por supuesto, comerciar con la hoja sagrada y
sus derivados. Ni hablar de contrabandear de aquí para allá y de asaltar la
caja y los activos de las instituciones y empresas públicas, pues como “son de
todos son de nadie” y es mejor aprovecharse de ellos antes que otro lo haga.
En la economía moderna la producción y obtención de
ganancias se basa en el conocimiento y en la innovación, esta economía del
conocimiento significa además formas, métodos y maneras de abordar y resolver
problemas, del “Knowhow” "y "KnowWho", el saber cómo hacer
y conocer quién sabe hacer. Contar con las herramientas y medios de producción
para lograr a su vez más conocimiento y más y mejores productos y servicios
útiles para la sociedad.
Vivimos en un mundo en permanente cambio y cada vez
más acelerado, un mundo con nuevas tecnologías, productos y trabajos aun no inventados,
por lo que lo importante es educarnos para estas nuevas realidades, desarrollar
la lógica, la imaginación, el aprender a aprender como un proceso continuo de
educación.
Dado que es imposible saber cuáles serán las necesidades del mundo en diez o
quince años, el proceso educativo debe enseñar competencias genéricas y
aplicables en cualquier momento y espacio, como: aprender cómo aprender,
lógica, matemáticas, creatividad, inteligencia social y habilidades para
incorporar la inteligencia artificial a nuestro diario vivir, cuidando que esta
no nos domine
ovidioroca.wordpress.com
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