Ovidio Roca
“El socialismo
es genial, hasta que acaban con el dinero de los demás”. Margaret Thatcher.
Bajo el populismo vivimos en un ambiente contaminado ideológicamente,
las personas se infectan, se van acomodando a la cultura populista y pierden su
capacidad de evaluar y analizar pero no sus intereses. Recordemos la frase de José
Ortega y Gasset: “Yo soy yo y mis
circunstancias”.
El militante masista, populista, indigenista y
cocalero tiene su meta clara, cual es conseguir el poder total y con ello la
riqueza. Con el poder busca imponerse y destruir a quienes lo humillaron y
discriminaron y con el dinero empoderarse, manejar a los demás y disfrutar de
todo lo que más anhela. Plata e imillas de quince, dice el Jefe cocalero.
El régimen populista, por principio y estrategia boicotea
al modelo liberal y esto para evitar que la gente y el pueblo, descubra que este
modelo de libertad, economía de mercado y propiedad privada favorece a toda la
población. Para lograr esto mantienen una permanente campaña de desinformacion
y así engatusan a la población siguiendo la consigna nazi: Miente, miente, que
algo queda.
El populismo usa a sus astutos analistas y pajpakus,
bien pagados con fajos de verdes y quilos de blanca. En el debate la técnica
del analista masista es afirmar que el otro dijo lo que no dijo e hizo lo que
no hizo y criticarlo por ello. En las diversas entrevistas los analistas y
comunicadores populistas siguen un mismo guion: No responden directamente a la pregunta, la derivan hacia otros temas y denuncian
al opositor como el culpable de todo y por todo. Dice el refrán: “El que hecha
a otro su mal descansa”, por lo tanto miente, miente, que algo queda.
Para armar el discurso populista, se analiza el
ambiente socioeconómico prevaleciente y las características culturales e intereses
comunes en cada región y en base a esto se elabora un relato, adecuado a cada
realidad sociocultural y así manipular y convencer.
El analista masista si quiere mantener su estatus y su
buena pega, debe estar preparado para comentar los principales eventos de la
política que se discuten en Bloquivia. Son estos, hechos cotidianos y producto
del régimen masista como: Violencia social, bloqueos permanentes, mentiras, coca
y narco tráfico. Indigenismo y odio racial. Inseguridad y pérdida del
Estado de derecho. Cambio constitucional. Democracia débil y poco eficiente. Partidos
políticos débiles, personalistas y sin capacidad de coordinación. Corresponde
derivarlos y comentarlos, sacando provecho de ellos para echarle la culpa a la
oposición
Lo cierto es que bajo
el populismo poco hay de productivo o industrial, se sigue con las actividades extractivistas
y mercantiles especialmente las relacionadas con la coca y el contrabando, actividades
que inviabilizan y destruyen a la industria nacional. En esencia, con el
populismo se vive bajo el dominio de la coca, el narcotráfico y las actividades
ilegales.
A su vez el aparato del
Estado crece y se burocratiza, se contratan al estilo Maduro “millonas y millones”
de funcionarios públicos los que no saben de qué se trata el trabajo que les dan,
ni les importa, mientras reciban el sueldo y se ganen sus comisiones. Dicen las
estadísticas que 550.000 empleados públicos reciben un sueldo
mensual, sin aportar ningún valor.
Para el Gobierno populista se trata de contratar funcionarios que sean
seguidores del Instrumento político, mantenerlos contentos y usarlos para sus
manifestaciones y bloqueos buscando mantenerse en el poder. “Volverse rico en el Sector privado surge de
servir al prójimo, mientras volverse rico en el Estado es fruto de servirse del
prójimo”. Dice Javier
Milei en la Argentina.
El MAS maneja un
discurso y propuesta de gestión de gobierno, basado en el Centralismo y
estatismo más el Estado inversor trucho y la coca. Ya dueño del poder, gasta
todo lo que puede y también lo que no tiene, endeudando al país.
En cuanto a la empresa pública, si las fábricas de pichicata fueran el Estado
habrían quebrado y esto sería bueno. El asunto es que pertenecen a
emprendedores privados y funcionan eficientemente pues tienen dueños que las
cuidan y las protegen y ofrecen un buen producto al mercado internacional del
esnifado.
La propuesta masista
mantiene la promesa de inmensas inversiones estatales en empresas que harán
rico al país, aunque estas ya nacen quebradas desde su inicio. Lo importante
sin embargo es que generan grandes comisiones para el que adjudica los
contratos y esto ya lo hemos visto con la Planta de Urea de mil millones de
dólares en el Chapare y muchas otras, pero las comisiones mandan y se imponen.
Desde su inicio, el centralismo y el extractivismo
están implantado en la mente del boliviano especialmente del occidente y no
desaparece. Ahora al margen de la coca que manda y reina, renace el mito del
oro, de la plata y ahora el litio. La ventaja del oro y de la plata es que
tienen valor en su estado natural y no se necesitan grandes procesos
industriales, como los que requiere el litio.
Actualmente hay grandes expectativas y optimismo entre
los potosinos ante la posibilidad de que se explote el publicitado Mega Yacimiento
Alcira, que dicen contiene unas 171 millones de onzas de plata y 23 gramos. Se
estima que este yacimiento generaría alrededor de 3.800 millones de dólares en
los 14 años de vida, cavando hasta que solo queden los cerros huecos.
Se comenta que por la plata de Alcira, en Potosí se recibirán unos 270 millones
de dólares al año y aun no se sabe si esta mina es una realidad material o una
especulación financiera. Pero los dirigentes potosinos ya se imaginan estar recibiendo
estos miles de millones de dólares y sin trabajar.
Jallalla Evo.
ovidioroca.wordpress.com
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