Ovidio Roca
“Para acercarse
a la verdad conviene escuchar todas las versiones y tomar precauciones frente
el embrujo de los héroes”. Enzensberger
Introito
cocalero y plurinacional.
Estamos en tiempos de Adviento y nos enfrentamos a un
nuevo año y una nueva era en nuestra historia. “Hermano, te sientes solo,
abandonado, estas triste no has podido comprar alguno de esas Mansiones en Mar
a Lago o al manos un Condominio en el Urubó. O no tienes una cuadrilla de
vehículos, aéreos, terrestres y acuáticos para tus negocios blancos”.
No te preocupes, conviértete al masismo, comulga con hoja de coca y escucha las
proclamas del Profeta, el hermano Evo con las palabras del Salmo 13.13 del
Libro de la Hoja Sagrada:
“La
hoja de coca tiene el mismo valor para nosotros que la hostia para los
católicos. Es nuestra relación con la Pachamama”. Evo.
Responsabilidad
personal y ciudadana.
Vivimos una época en la cual la sociedad latinoamericana influenciada
por la izquierda, va perdiendo el rumbo, los valores éticos y el respeto a sí
mismo y a los demás. Se abandonan los principios del trabajo y la
responsabilidad personal y se inventa modas culturales de lo más diversas, con
lo que se demuestra haber perdido el sentido de la vida y eso trae depresión,
soledad, desesperación, y como una salida fácil se entregan al Profeta del
populismo, al hermano cocalero de las promesas blancas, como un intento de
sentirse mejor.
Sectores de la población que asumen y
apoyan el populismo, son felices con estas
promesas de una vida mejor y sin responsabilidades ni mayores trabajos. Luego
descubren que lo que consiguen, solo es pobreza e ignorancia, más totalitarismo
y sumisión y entonces corren desesperados hacia el paraíso capitalista de los
gringos, rogando en la frontera que los dejen entrar.
La actividad productiva y el impacto ambiental.
Crece
la población y no se creó riqueza mediante la actividad productiva, se sigue el
modelo extractivista con las minas, yacimientos de minerales y gas.
Ahora con el aumento de población, la riqueza fácil son las tierras tanto
rurales como urbanas y rápidamente varias empresas masistas utilizando a las
bandas interculturales se apoderan de ellas, las toman y lotean o las compran
baratas. Cambian las normas de uso del suelo, luego son urbanizadas y vendidas
a migrantes que vienen esperanzados a estas tierras orientales.
En dos años, el Gobierno del MAS Lucho,
utilizando al INRA ha revertido cuatro millones de hectáreas de tierras,
especialmente en áreas de bosques en Santa Cruz.
Eulogio Núñez del Instituto de Reforma Agraria, nos informa: “Tenemos en total 4
millones de hectáreas que se han recuperado de latifundios improductivos. De
eso estamos hablando, de 2,5 millones que se han redistribuido a través de
comunidades. Y tenemos 1,5 millones de tierras para hacer las dotaciones de
nuevos asentamientos”.
Es la economía de mercado, burru huma.
En los países civilizados no se presentan esas
aglomeraciones de vendedores en las calles las que aquí vemos todos los días y
menos se ven, esas bandas de contrabandistas, de mañaneros, de comerciantes,
que avasallan las áreas públicas, veredas y Parques y se asientan donde le
apetece, se atrincheran y pelean contra las policías y vecinos por mantenerse
en esos reductos.
Me comentaba un amigo economista sobre esta práctica
cotidiana de las tropelías de los comerciantes y la posibilidad de no usar la
violencia y la fuerza pública, sino más bien las fuerzas del mercado.
Estas fuerzas señalan; que si en un lugar no hay demanda la oferta busca su
nicho de mercado y se dirige al lugar donde puedan vender su producto. Si no hay
comprador no habrá vendedor.
Por tanto algún Alcalde astuto podría hacer una campaña educativa para mostrar
a la población las ventajas de una ciudad ordenada, limpia y donde se respeten
los espacios públicos. Quizá los ciudadanos lo entenderían y no comprarían a
esos vendedores ilegales y de esta manera y sin grandes movimientos de tropas
ni violencia, la ciudad viviría en paz, orden y progreso. Esto implica
básicamente que el ciudadano entienda, asuma su responsabilidad y no compre
donde no es legal. Por supuesto deben existir los mercados y áreas de ventas
disponibles para que los comerciantes realicen su labor.
La duda es que si este criterio de orden, disciplina
ciudadana y compromiso con la sociedad, condice con la cultura y tradiciones de
la población, o más bien ellos son felices con este sistema de desorden,
alboroto, desbarajuste, tropelía, algarabía, bullicio, caos, confusión,
batahola y jolgorio.
Si esto fuera así, Hakuna matata y cámbiate a otro sitio, esa es la clave.
ovidioroca.wordpress.com
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