Ovidio Roca
“Si no quieres
estar en política, en el ágora pública y prefieres quedarte en tu vida privada,
luego no te quejes si los bandidos te gobiernan”. Aristóteles.
En gran parte de los países menos desarrollados, el individuo,
el ciudadano ha sido relegado, desplazado y son las multitudes, las masas, en
las calles y caminos sin que medie ningún análisis sensato, formal e
institucionalizado, las que imponen sus propuestas y consignas. Estas prácticas
están ganando a la democracia institucional que maneja instancias de
deliberación y de concertación y las cumple. Ahora con el populismo, lo que importa
y se impone es quien muestra más presión en las calles y con los bloqueos.
En los regímenes democráticos
existen y funcionan los Partidos Políticos los mismos que tienen Doctrina y
Programa y una militancia que comparte estos valores. A su vez los partidos, están
sujetos a normas y por ley deben rendir cuentas de su actuación; algo que no
ocurre en los países aquejados de populismo.
Los regímenes populistas no tienen Partidos políticos,
solo grupos de interés y un Jefazo. Son un ch’enko, un conglomerado de Movimientos
sociales movilizados, Interculturales, Sindicatos, Gremios, Mafias y tucuimas.
Ellos no rinden cuentas a nadie, pues no reconocen ninguna otra ley que la de su
propio interés.
Aunque estas multitudes tienen sus propias demandas
sectoriales y gremiales, para empoderarse estratégicamente se unen bajo el
mando del Jefazo, luego cuando este Grupo de poder sindical y cocalero, asume
el poder implantan una caricatura de democracia, solo para efectos de inscribirse
y ser reconocidos como demócratas por las Instituciones internacionales, ONU et
al, las que siempre los reconocen y acogen.
Bajo el populismo, la lucha política se presenta como un
feroz y permanente enfrentamiento por el poder y la riqueza producto de negocios
mafiosos y prebendas. Usan un discurso de clase, de etnia, para enfrentar a la
sociedad y en este ambiente de anomia y como secuela del mismo, todos los días vemos
en las calles bandas de masistas, delincuentes y narcotraficantes, atrincherados
y pertrechados con la coca y el narcotráfico defendiendo su negocio y lo hacen
aterrorizando, bloqueando y confrontando a la población.
El Gobierno Populista
cocalero del MAS, a elegido como su enemigo favorito al pueblo cruceño y usa su
típica estrategia de odio racial y de clase para confrontarlo. Lo ataca todos
los días afectando donde más duele, su economía, su libertad y lo hace restringiendo
sus exportaciones, evitando el desarrollo de la biotecnología que aumentara su
producción agropecuaria, enviando tropas de interculturales para tomar y
avasallar propiedades, tierras y bosques y destruir el ecosistema. Persigue a
los ciudadanos y afecta su propiedad utilizando a sus jueces, fiscales,
policías y con esto están destruyendo el régimen de libertades y de justicia,
base de la democracia.
El modelo populista cocalero nos conduce hacia un Estado
fallido, por lo que ahora necesitamos dejar atrás este Estado plurinacional estatista,
dictatorial, racista y para beneficio nuestro y de nuestros hijos y nietos, los
ciudadanos deberíamos hacer un pacto político a largo plazo, en el marco de una
República Democrática y Federal, donde el poder surge y se construye desde la diversidad,
desde la Comunidad, el Departamento, hacia la Nación boliviana.
Para progresar necesitamos retornar al Estado de Derecho y construir la
República Federal, un Estado Nacional al que le corresponde desempeñar con
eficiencia los roles constitucionalmente indelegables que le corresponden a
nivel nacional e impulsar lo más rápidamente posible la libertad individual, el
derecho de propiedad, la economía de mercado, dándole seguridad jurídica y
garantías a los inversionistas y a la población en su conjunto. Con Estados
Federales regionales responsables de la gestión y con competencias ejecutivas,
legislativas y judiciales en el ámbito de su territorio.
Por lo que vemos y sufrimos todos los días;
avasallamientos, tomas de tierras y agresión a los ciudadanos y a su propiedad,
una tarea inmediata para el Gobierno Federal regional, es asumir la
responsabilidad plena sobre su territorio, cambiar rápidamente el actual sistema
judicial y policial, centralista y delincuencial, que apoya estas actividades
ilegales. Asimismo cambiar el sistema la recaudación tributaria, diseñado para único
beneficio del Gobierno Central y su burocracia.
ovidioroca.wordpress.com
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