Ovidio Roca
La historia se repite y aunque nuca aprendemos de ella,
vale la pena recordarla ya sea para prepararse y no repetirla o eventualmente
para armar el tapeque para un viaje a la venezolana. Y en estas épocas de virus
chino y masista, vacúnese, use barbijo, mantenga distancia social, aliste su
pasaporte y junte los verdes.
El imperio Inka enviaba a un grupo de sus súbditos, los
llamados Mitimaes (colonos), a determinados sitios estratégicos para cumplir a su
servicio, funciones de control. Esta política de los mitmaes implicaba traslado
de poblaciones enteras, un desplazamiento que era planificado para que ellos ocupen
espacios estratégicos, en las regiones menos desarrolladas y cuya población
oponía algún grado resistencia a la presencia del Imperio.
Los planes de colonización y de reasentamiento
poblacional dio lugar a que el área de influencia imperial se extendiera
rápidamente, y para esto los mitimaes eran fundamentales. Es a partir de esta
institución que se puede comprender no sólo el origen, sino la expansión y el
dominio territorial del gran Imperio Inka.
El sistema de mitmaes fue práctico y eficaz, porque en
lugar de tratar de inventar nuevos gobiernos simplemente sometían y manipulaban
a los grupos étnicos y mestizos asentados en el lugar. Actualmente y bajo el
Imperio Cocalero, a estos mitimaes se los llama interculturales.
Recordemos que en el siglo XV, la población colla de
la actual Bolivia, es invadida por el inca Wiracocha que anexó sus territorios
al Tahuantinsuyo e introdujo en las tierras conquistadas grupos de mitimaes,
para consolidar y mantener su dominio. Posteriormente, luego de la llegada de
los españoles y la instauración del régimen de encomienda, estos mitimaes ocupaban
y cultivaban las tierras y controlaban el entorno.
Con la llegada del Imperio Cocalero del Siglo XXI, se organiza
y moviliza a los Interculturales, grupos de mestizos andinos, de cholos, los
que son utilizados por el masismo para colonizar, especialmente las tierras del
oriente, para imponer su hegemonía política, su cultura y economía cocalera.
Últimamente y con una nueva conducción política e
institucional el Departamento de Santa Cruz se anima a reclamar por el masivo
avasallamiento de tierras, realizado por los interculturales enviados por el
MAS y que son apoyados por las Instituciones gubernamentales como el INRA, bajo
las órdenes del MAS.
El gran Cacique de la Asociación de Cabildos Indígenas
de San Ignacio de Velasco, Fernando Rojas. Aseguró en la zona Chiquitana
existen 1.400 comunidades conformadas por interculturales, los que en su
mayoría, el 80%, provienen del Chapare y de otras regiones del occidente del
país.
Los indígenas de la zona reclaman, porque el 99% de los 1,7 millones de
hectáreas de tierra dotadas en los últimos doce años, se encuentra en manos de
los denominados interculturales del MAS y solo el 1% por ellos los originarios
del lugar.
Felix Ajpi, dirigente de los interculturales calificó
de xenofobia, racista y discriminatoria la determinación del Cabildo del Comité
Cívico pro Santa Cruz, de expulsar a los colonos ilegalmente asentados en
tierras fiscales de la Chiquitanía y decía:
“Nos llama la atención el ultimátum. Están ingresando
a la xenofobia, racismo y discriminación porque dicen que son los dueños de
todo el territorio cruceño”.
Esto dijo Ajpi y luego recordó que Bolivia es propiedad de las 36 naciones
indígenas originarias que están reconocidas en la Constitución Política del
Estado (en la realidad el MAS solo reconoce dos), por lo tanto nadie es dueño
de ninguna propiedad o territorio absolutamente. El asentamiento en tierras
fiscales es un derecho adquirido, “uno puede asentarse y vivir como quiere en
cualquier parte del país”.
Y continuó: “La declaratoria de un Estado de Derecho
Social Democrático Cultural en el que se vive, permite al gobierno dotar de
tierras fiscales disponibles e identificadas, donde exista, a todo boliviano
(masista). Nosotros vamos a seguir asentándonos (y expulsando a los
originarios) mientras haya tierras fiscales en Santa Cruz, Beni y La Paz
(Yungas), nadie puede oponerse. Eso es el desarrollo”.
El Vicepresidente David Choquehuanca, anteriormente había
dado la directriz étnica y geopolítica: “Los que tenemos raíz (aimara, quechua),
somos mayoría en este país. Somos nosotros los dueños de estas tierra y
territorio”. “No es posible que las tierras las agarren unos cuantos (…) Hemos
jurado recuperar nuestras tierras y territorios, no más sometimiento ni
humillación”.
Así nomás había sido, diría Cayetano.
ovidioroca.wordpress.com
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