Ovidio Roca
En las distintas regiones del mundo
se desarrollaron diversas formas de gobierno. La gama de sistemas de gobierno
se extiende desde los totalitarios, autoritarios, hasta los democráticos;
manifestados estos últimos en formas de gobierno parlamentario,
presidencialista y formas mixtas.
Al triunfar la Revolución Federal del año 1900, trasladan la sede de gobierno desde
Sucre a la ciudad de La Paz, centro de operación de esta nueva burguesía y cercana
a los puertos peruanos, que ellos utilizan. De paso eliminan la consigna de
Federalismo y a los indígenas que ya no necesitan.
En estos tiempos, una
gran parte del país no andino que estuvo desvinculado de la economía minera, de
la coca y por tanto del manejo del Estado, está en procura de un otro camino
político, menos dependiente del centralismo y la coca. Los interesados deben
entender que para lograr esto y cambiar la forma de gobierno se necesita meterle
nomas, realizar un arduo trabajo y esto implica tomar decisiones y asumir
responsabilidades.
Para avanzar hacia el Federalismo,
en el cual las funciones de gobierno se
establecen desde la base donde están los problemas y viven los ciudadanos, se deberá contemplar y clarificar las competencias
que los bolivianos queremos que estén en manos los Gobiernos, Central, Departamentales
y locales.
Entre una
de las varias normativas que hay que trabajar urgentemente en camino hacia el Federalismo,
está la del Pacto Fiscal es decir la generación
de los ingresos públicos, su distribución y el destino o uso de estos recursos.
En el nuevo sistema impositivo, el cobro debe ser realizado desde la
base, desde el Municipio, el Departamento y luego el Gobierno nacional, que
debe ser de tamaño reducido. Todo lo contrario de lo actual, donde la
burocracia central recauda para ellos y poco devuelve a las regiones más
productivas.
Actualmente las tareas del Gobierno Nacional y Departamental necesitan
enfocarse, para evitar que el sistema de salud colapse, atender las necesidades
básicas de las poblaciones más vulnerables, tratar en lo posible de preservar
el aparato productivo y los empleos y producir el menor impacto fiscal.
Un aspecto
fundamental para el progreso de los pueblos es el del modelo económico adoptado,
es decir quién es el sujeto que se encarga de la producción y de la creación de
valor y riqueza.
El modelo liberal postula que es el individuo creativo e innovador, el sujeto
de la economía en un mercado libre y competitivo y corresponde al Estado el rol
de generar y garantizar el ambiente y condiciones para dar seguridades y
garantías a la propiedad y al trabajo
El modelo populista, socialista,
considera que corresponde a la burocracia estatal ser el director y controlador
de la economía y de la vida y hacienda de los ciudadanos.
El Populismo cocalero que no reconoce al ciudadano, la
persona con valores y pensamiento propio, usa para sus fines a la masa tribal y
ha utilizado la colonización étnica, la toma y reparto de tierras para
debilitar y controlar a los pueblos del oriente de pensamiento más libre.
Los ejemplos del fracaso del populismo y
socialismo, los podemos ver en nuestra vecindad, Cuba, Venezuela, pero
lamentablemente la gente obnubilada por el populismo no quiere aceptarlo, esto ocurrió
en Bolivia y en dos meses lo veremos en Perú donde lamentablemente se instalará
el populismo.
Un ejemplo del resultado de la libertad, la democracia y la economía de
mercado lo podemos apreciar un
país pobre como Singapur. Este país con altas tasas de desempleo y una
estructura productiva casi nula, hoy se puede ufanar de ser lugar en el que más
se aumentó la riqueza en el último medio siglo. Su política se centró en cuatro
ejes: lucha contra la corrupción,
libertad económica, reforma del sistema de salud y reforma educativa. Los
impuestos son muy bajos, se redujo el gasto público de manera considerable y hoy
representa solo el 14% del PIB y el peso del sector público no supera el 5% del
PIB.
Toca al
ciudadano definir y luchar por sus intereses, lo que nosotros no hagamos no lo
hará nadie por nosotros. Los ciudadanos de la llanuras y chaco de Pando, Beni
y Santa Cruz, Tarija y los de Potosí, que han manifestado su interés por el
federalismo, deben convertirse en el
cimiento de nuestro Estado Republicano Federal, sobre el que ha de renacer una
nueva sociedad boliviana y para todos.
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