Ovidio Roca
“Para mas o
menos entender al país y su clase política, es necesario escuchar los Diálogos
y Confidencias de Panamericana”. Niky
Desde la Edad Media hasta la presente era masista, han
proliferado los cuentistas y fabulistas, en criollo los pajpakus. Antes eran
individuos libres e itinerantes, ahora han sido reclutados y son funcionarios de
planta y bien pagados del gobierno cocalero.
El juglar en la Edad Media, era un artista
ambulante que a cambio de dinero o comida ofrecía su espectáculo
callejero en las plazas públicas y en ocasiones era contratado para
participar como atracción y entretenimiento en las fiestas y banquetes de reyes
y nobles.
Actualmente en las calles de nuestras ciudades andinas, vemos a los Pajpakus
que nos convocan: “Joven, señora, caballero, cholita… ¡acérquese!”. Son juglares
que cautivan con su lenguaje, sin decir, necesariamente alguna cosa, siquiera
coherente. Es el Pajpaku comerciarte que vende su cuento al ofrecer sus
productos y servicios, promete milagros, curas asombrosas, remedios maravillosos
que sirven para todo; son poseedores de una ágil verba.
Al pajpaku masista que vende cuentos políticos, los
vemos todos los días en las redes y los sábados a los más hábiles, los escuchamos
en Panamericana. Estos ideólogos asalariados del masismo, son muy hábiles para
convencer a los incautos, venden hábilmente su charqui y son reacios a
cualquier pregunta y evitan el debate inteligente.
Los pajpakus masistas son maestros
de la “posverdad”, relativizan la realidad de los hechos y construyen su relato,
con una mínima correspondencia con la verdad y solo para darle salero. Cambian los sucesos e inventan e imponen el cuento que más les conviene
y lo machacan por todos los medios a fin de convencer que su relato es el veraz
y correcto.
Ellos
inventan y venden un relato, muy conveniente a los intereses del régimen pues
para eso es que se les paga muy bien. Un relato que vienen reescribiendo y repitiendo todos los días es el cuento
masista del “golpe de Estado” de Noviembre 2019 y negando su fraude electoral y
todo para defender a Evo y sus cómplices.
Conocemos
por los hechos que la autocracia de Evo concluyo con su renuncia a la
presidencia y fuga del país. Él huye rápidamente al Chapare, territorio
autónomo cocalero, donde lo esperaba un avión de su carnal mexicano y así volar
a su exilio, primero al México de Amlo y luego a la Argentina Kitchnerista.
Ambos castrochavistas y socios del mismo Foro de San Pablo y de Puebla.
Contra todo
esto y en procura de un futuro para el país, los bolivianos debemos unirnos y asumir
nuestra responsabilidad para construir democracia y progreso para nuestros
hijos y nietos, pues nadie lo hará por nosotros.
ovidioroca.wordpress.com
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