Ovidio Roca
Los pueblos cansados de las guerras, ya desde
antiguo establecieron pactos y escribieron normas de cumplimiento obligatorio,
lo que les permitía convivir y trabajar en paz. Se designaban personas notables
(ahora no) para resguardar y asegurar el cumplimiento de estas normas, pues cuando
se empezaban a incumplir los procedimientos acordados estas dejaban de ser creíbles
y se retornaba al salvajismo.
Las personas
respondemos a los estímulos y provocaciones por lo que creamos reglas que
generan diferentes incentivos y oportunidades. En la democracia se pide trabajo
y responsabilidad para que la sociedad avance; los tiranos que son más
prácticos ofrecen promesas y cuando las personas se decepcionan y protestan, usan
el temor y el amedrentamiento para controlarlas.
En esencia las leyes y normas pueden se justas o
injustas y el ciudadano tiene la responsabilidad
legal y moral de obedecer las leyes justas. Pero también tiene la responsabilidad moral y el derecho humano de
desobedecer las leyes injustas, para
poder sobrevivir como individuo y como sociedad.
La cultura política del populismo cocalero, en su
proceso de cambio considera que es privilegio del Jefazo cambiar y aplicar las
leyes cuando le conviene y como le da la gana; pues es su derecho humano. En
esta cultura, se considera que las leyes y normas existen para ser usadas a
conveniencia de quien tiene el poder y para amedrentar al opositor y al
ciudadano.
Últimamente el MAS, al
no conseguir los dos tercios de votos en el Parlamento lo que antes les
permitía hacer y aprobar lo que les daba la gana, decidió cambiar el reglamento
y ahora se lo hará por mayoría absoluta, que es la que tienen. Después si es
necesario, le meten nomas y cambian esta norma para que las
decisiones sean por simple
decisión masista. Jallalla Evo.
J. M. Vivanco del HRW, comentaba: “Un día antes de perder la mayoría de dos
tercios en el Senado de Bolivia, el MAS redujo el umbral de 2/3 de los votos
para decidir importantes materias. El MAS cambió las reglas del juego para
hacerlas a su medida. Un Mal precedente”.
Evo Morales coherente
con la cultura populista cocalera, declaraba desde Buenos Aires: “Quiero que sepan, tengo 30 procesos; en
algunos estamos con Andrónico, Leonardo Loza, Orlando Gutiérrez, el
Subgobernador de Tarija. Ninguno es de corrupción, hacemos política no por la
plata sino la patria. Se van a recordar,
todos los procesos se van a caer”. Para esto tienen sus Jueces y Fiscales.
Aunque suene aburrido, vale la pena reiterar que el auténtico
sistema democrático, establece la participación del ciudadano en un esquema
donde todos son iguales ante la ley y donde ejercen sus derechos y obligaciones
en el marco de un régimen constitucional; vale decir en un Estado de Derecho. Esta democracia se asienta en la
confianza de la ciudadanía por instituciones legislativas, judiciales, los
Gobiernos Nacionales y Departamentales y Municipales.
Últimamente con el deterioro de las instituciones se cae esta confianza y se
genera inestabilidad política e inclinación hacia sistemas autocráticos y
algunos desubicados han propuesto absurdamente el retorno de Gobiernos
Militares.
La experiencia
internacional muestra que los países que prosperan son aquellos que cuentan con
instituciones que funcionan: parlamentos y tribunales honestos, reglas estables
que rigen los derechos de propiedad y fomentan la competencia empresarial; son
reglas justas, predecibles y se aplican a todos por igual.
En los países así
institucionalizados, los emprendedores deben competir e innovar y cuando no
existe institucionalidad ni respeto a la propiedad privada, muchos empresarios
establecen para seguir con sus negocios establecen vínculos con políticos del
régimen y conforman empresas monopólicas para evitar la competencia.
ovidioroca.wordpress.com
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