Ovidio Roca
En Bolivia se han producido variadas Tesis
políticas y éstas han ido moldeando
la mentalidad de los grupos que manejan el poder, como también la de la población; las
principales son:
Con la
Tesis de Pulacayo, por Guillermo Lora de 1945, el
sindicalismo minero aplica el concepto trotskista de la revolución permanente y
es este sindicalismo el que marca
la historia del país y lo mantiene en una permanente anomia y desorden.
La “Tesis de Ayopaya” de Walter Guevara
Arze del MNR en1946, delineaba un Programa de alianza de clases, un Programa de
sustitución de importaciones con
la marcha hacia el oriente y el paso de la minería hacia la agropecuaria. Es
la única tesis con proyección de desarrollo y que posibilito una alternativa
cierta y de futuro para el país y que sigue vigente.
A la caída
de la Unión Soviética, el Foro de San Pablo incorpora en su discurso y proyecto
socialista latinoamericano las particularidades regionales y en Bolivia se lo
hace con el indigenismo y la coca y encuentran en el cocalero Evo Morales el Icono
indígena para encarnarlo y representarlo y luego lo hacen Presidente. Desde
el Socialismo Siglo XXI y con la plata de Chávez se elabora un discurso
matizado para el dirigente cocalero, de ahí́ que el grito de los sindicalistas
chapareños: “causachun coca” (viva la coca) ya no tiene referencia solo a la
hoja sagrada, ahora es más político y demagógico: defensa de la dignidad nacional,
defensa frente al intervencionismo imperialista, el
“vivir bien” como un discurso demagógico y edulcorado, entre indigenista y
ecologista y alejado de las políticas gubernamentales, etc. Esto sin dejar de aplicar diariamente la presión contra
el pueblo y el gobierno, con huelgas y bloqueos interminables hasta conseguir sus
propósitos.
Por su
parte los diversos intelectuales locales incorporan su aporte ideológico y emocional
y una de los más relevantes en Bolivia es Linera, quien en sus tesis y múltiples
discursos incorpora su ideología y sus fobias contra el imperialismo e
irónicamente y contra los k’aras como él.
En la
“Tesis de Sinahota” de 2007, atribuida a Linera y que sigue influyendo fuertemente
en la política gubernamental, se postula: “Quitarle al k’ara, su capital
económico, social, cultural y político, se convierte en una estrategia de poder
mucho más envolvente, incisiva y sutil. Empobrecer al k’ara, romper sus
relaciones sociales y mecanismos de ascenso y reproducción social, menospreciar
la formación académica, sus méritos y reconocimientos, así como destruir sus
referentes simbólicos de pertenencia nacionales (himno, bandera, etc.), todo
ello busca quitarle su sentido de vida”. “Lo que se busca con esto y desde una visión
indígena es destruir la dominación simbólica del mundo k’ara, es decir, la
legitimidad de la representación subjetiva de lo “boliviano” y lo “occidental”.
DE LAS TESIS A LA REALIDAD NACIONAL
Los actuales gobernantes luego de más de
trece años de malgastar una herencia de trabajo y riqueza gasífera que ellos no
generaron y guiados por las tesis del Populismo y Socialismo Siglo XXI, nos están
llevando a una coyuntura política y económica de vacas flacas y con una cultura
de odio que prefigura una próxima etapa muy dura y la que tenemos que cambiar:
Tenemos un Estado Corporativo cocalero; un
populismo que no proyecta una visión de país libre y democrático, sino las de
un conglomerado de intereses corporativos, de Carteles, de gremiales, sin
proyección trascendente de Nación y de Estado.
Un país de economía extractivista, donde
el ochenta por ciento de sus exportaciones son de productos primarios y no
renovables. En el cual el gas natural y la coca generan el flujo de dólares que
producen una bonanza económica precaria, mientras la estructura productiva y la
ética del trabajo se deterioran. Por lo que más temprano que tarde nos
encontraremos como Venezuela.
Un proyecto masista que vía migración masiva
y el reparto de tierras busca romper la identidad y culturas locales del
oriente y lo hace dando vía libre a la coca, el contrabando y la minería
informal.
Un país donde el partido de gobierno tiene
en sus manos la totalidad del aparato del Estado, sus recursos, sus empresas,
su parlamento, sistema electoral, su jueces, sus fiscales, su ejército su
policía, etc., etc.
Un país en el cual la informalidad llega a
alrededor del 70% de las personas y donde solo unos pocos tributan al Estado.
Un país en el cual los ingresos del
Estado, por una coyuntura de precios de las materias primas, especialmente del gas,
fueron enormes y alegremente fueron malgastados; lo que permitió a los detentores
del poder enriquecerse y hacer ricos a quienes les servían mediante los
negocios con compras y sobre precios, comisiones por adjudicación de contratos
y obras, pegas por doquier, autorizaciones para explotación de desmontes
mineros, vía libre para contrabando y la ampliación de cocales, regalos y
prebendas por doquier, etc, etc.
En Bolivia a diferencia de Venezuela y
Argentina, cuyos habitantes claman por dólares, en el nuestro existe en las
calles un abundante suministro de dólares del narcotráfico. Estos dólares
alimentan el contrabando de ida y vuelta y se blanquean en el comercio, en el
sector inmobiliario, etc.
El desafío es
corregir los males que reseñamos arriba y que son producto de la receta
comunista, socialista, populista aplicada y la receta es la democracia liberal.
Se habla del éxito del comunismo chino el que realmente es un Estado
totalitario, donde la cúpula comunista deja a sus capitalistas lucrar sin
ningún atajo y garantizándoles que los obreros trabajaran como chinos y deberán
hacerlo con afán y sin reclamo.
Los jóvenes que son los damnificados por
el desastre ético, político, social, institucional, económico y ecológico como herencia
del Estado Plurinacional, deberán analizar, entender, explicar este proceso y
luego organizarse para reencausar al país; el premio es un futuro mejor para sus hijos y nietos, luego por
supuesto de algo que no gusta, un duro trabajo de reconstrucción ideológica, institucional,
económica y social del país.
ovidioroca.wordpress.com
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