Ovidio Roca
Hubris y mega estructuras en el Estado cocalero
Grandiosa sensibilidad sindical la del Presidente, que no ahorra en gastos para hacer feliz a la población con aquello que a él más le gusta; por lo que disfrutamos de sus museos, palacios, canchas de fútbol, aviones, helicópteros. Seguramente los neoliberales infiltrados de su entorno se benefician con sobreprecios y comisiones millonarias, pero él ni pensarlo.
En su villorrio natal Orinoca, además del inmenso
Museo al Ego que es más grande que todo el caserío, hizo construir carreteras,
canchas e infraestructura deportiva.
En los alrededores de su kato cocalero del Chapare,
“se lo construyo” un Centro de Alto Rendimiento, piscina olímpica y un estadio
de primer nivel en Villa Tunari; otros dos estadios de lujo en Shinahota e
Ivirgarzama, además de un moderno aeropuerto en Chimoré. La última obra en inaugurarse fue el escenario
deportivo en Villa Tunari que fue comparado con un campo al estilo de la
Champions League.
En Bulo Bulo, Chapare, se construyó una Mega Planta de
Urea de mil millones de dólares, que debiendo estar localizada en la frontera frente
al mercado brasileño se la instala a más de novecientos kilómetros, por lo que
el costo de transporte la hace no competitiva.
Muchos de los poblados que se
benefician con estas megas obras son relativamente pequeños, prueba de ello es
el Estadio “Evo Morales” de Ivirgarzama que tiene la capacidad para albergar a
25.000 espectadores, pero el pueblo apenas llega a los 8.000 habitantes.
En San Benito, a 40 kilómetros de la ciudad de Cochabamba,
un pueblo de 15 mil habitantes y conocido como capital del durazno, se construyó
una infraestructura para la ahora ex UNASUR, sobre un área de 460 hectáreas y a
un costo de setenta
millones de dólares. Tiene un Centro de Convenciones
construido sobre 18 mil metros cuadrados, y cuenta un Auditorio principal con capacidad
para 1.200 personas, salas de teleconferencia, dos auditorios con capacidad
para 150 personas cada uno, una sala múltiple con capacidad para 5 mil personas
y una sala VIP para 40 personas, además una plaza de comidas, estacionamientos
y un helipuerto con capacidad para acoger seis helicópteros. El segundo bloque
corresponde al denominado Parlamento Sudamericano, que posee una sala de
sesiones con capacidad para 136 personas. Actualmente allí pasean algunas
ovejas, mientras los niños pastores corren y juegan por los solitarios salones.
Pero a diferencia de los Faraones
egipcios con sus Pirámides, Evo quiere compartirlo todo con el pueblo, por eso
ofrece no solo su Palacio en La Paz, el que no solo estará abierto para
encuentros oficiales, sino que se invitó a los sectores sociales para actos de
graduación de bachilleres, fiestas de quince, matrimonios, prestes. Incluso se invitó
a las parejas que contraigan matrimonio a realizar paseos en el helipuerto, que
durante los sábados cumplirá las funciones de mirador y estará abierto para la
población; allí se venderá asaditos y mocochinchi.
La misma oferta se hizo para la sede
del Parlamento Sudamericano en la localidad de San Benito, Cochabamba, donde
los sindicatos cocalero del chapare pueden celebrar sus fiestas y presteríos,
allí también se puede comprar coca de Yungas y los deliciosos duraznos de la
zona.
Es la borrachera, el Hubris del
poder, pero el problema es que llega el momento de pagar las cuentas y no hay
nada en la alcancía, los dilapidadores se van y nadie quiere asumir las
responsabilidades y luego de la fiesta toca barrer la basura y empezar a reconstruir
el país, y desde los cimientos.
ovidioroca.wordpress.com
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