Ovidio Roca
Los pueblos latinoamericanos aman a
los populistas carismáticos y por ello los encumbran y cuando estos toman el
poder deciden que será para siempre, pues a su entender así lo pide el pueblo
(la bestia inmadura y nada carismática fue producto de una mala herencia).
Luego y de una manera por demás acuciosa
se dedican a prostituir y destruir las instituciones; sobre todo la justicia, la
que es utilizada por el gobierno para perseguir y amedrentar a los opositores;
se liquidan las empresas privadas con lo que se genera desempleo, hambre y
miseria; se incrementa la informalidad, la corrupción y el narcotráfico, con lo
que se genera la inseguridad y la violencia por lo que la gente angustiada busca
escapar hacia países más seguros, democráticos y de economía de mercado, por
supuesto nadie se va a Cuba o Nicaragua.
Vemos en los últimos días a gente
desesperada saliendo de sus países como pueden y de la manera más precaria, con
rumbo hacia cualquier lugar, pero lejos.
Millones de venezolanos empobrecidos avanzan
sobre Colombia, Ecuador, Perú; los más ricos o menos pobres ya se fueron a
Miami.
Más dramática es la marcha de miles
de hondureños hacia el territorio del Imperialismo que le enseñaron a odiar; marchan
desesperadamente y a pie a los Estados Unidos.
Este es un país que tiene
instituciones sólidas y una población que trabaja todos los días y que cuenta
con seguridad para su vida, sus empresas y emprendimientos y donde se premia a
los innovadores y exitosos. Un país cuya economía no está dirigida y digitada
desde las oficinas gubernamentales, sino que son las fuerzas del mercado y la
competitividad las que promueven la innovación y el Progreso. Un país serio que
puede darse el lujo de hasta tener presidentes imbéciles, pero controlados por
la sólida institucionalidad vigente.
Los sacrificados migrantes se
ilusionan y creen ingenuamente que podrán ingresar ilegalmente al paraíso
gringo y que apenas cruzada la frontera
serán ricos y felices y vivirán así para siempre.
La progresista
comunidad internacional se conduele de estos desesperados migrantes, pero por
alguna extraña razón considera como culpables de esta desgracia humana a los
Estados que protegen sus fronteras de los migrantes ilegales y no a los Gobiernos
populistas y dictatoriales, que con su ineptitud, corrupción y manejo
discrecional y atrabiliario han conducido a su pueblo a la miseria y a esta desesperación
que los obliga a huir de su país como pueden en busca del sueño americano. Los
que vivimos bajos regímenes castrochavistas no solo tenemos que condolernos de
las víctimas de las dictaduras sino pensar que hacer, pues seguramente ésta vía
crucis se repetirá con nosotros.
El desastre populista afecta no solo
a los países que actualmente lo padecen y soportan, sino a Latinoamérica, a los
Estados Unidos y el mundo democrático, por lo que tienen que pensar y muy en serio
en ayudar a los pueblos a liberarse de la lacra populista que los oprime y cambiar
a esos Gobiernos Populistas y Dictatoriales que son
los causantes de la destrucción de sus países, de su economía, su seguridad y
responsables de los dramas humanos que vemos cotidianamente.
Asimismo y
de manera urgente es necesario financiar un programa de desarrollo integral y con
asistencia técnica, de modo que los habitantes de estos Estados fallidos puedan
lograr las condiciones y capacidades para vivir y trabajar en su propia patria
y construir a su gusto y sabor, su propio destino.
ovidioroca.wordpress.com
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