miércoles, 14 de septiembre de 2016

HACIA LA DEMOCRACIA FEDERAL


Relatos de la época plurinacional
Ovidio Roca
Acostumbrados a vivir de la explotación de los minerales, del gas y de cada recurso natural que cae a nuestras manos, no logramos entender que la riqueza de un país está principalmente en su gente; cuando esta se educa, innova, trabaja, crea nuevos valores y diariamente se esfuerza por mejorar y progresar, todo ello en un ámbito de cohesión, de organización social y administrativa armónica y eficiente.  Quien menos entiende de esto y peor aún, poco le preocupa, es la Universidad Publica.
Como en muchos otros países, los habitantes del nuestro pertenecen a diferentes grupos étnicos y religiosos y con diversos niveles de heterogeneidad cultural. Cada uno de ellos valora y mantiene sus tradiciones, su historia, su cultura, su música, sus comidas, sus fiestas, en fin su identidad. Lo importante sin embargo, es que nuestra historia común hace que aunque un pueblo del oriente boliviano difiere cultural y étnicamente de otro del altiplano, ambos comparten una tradición y cultura boliviana común, que los une y los distingue de los pueblos de otros países.
En un sistema de Gobierno Centralista no es posible mantener estas singularidades derivadas de la lengua, tradiciones y formas de vida; pues existe siempre la voluntad del poder central y de la etnia dominante, de avasallar y dominar a las otras.
Una Republica Democracia Federal lo hace posible, pues el federalismo parte del principio de que no se debe homogeneizar a los pueblos, sino que cada uno puede y debe mantener su identidad, su nacionalidad, sus costumbres, sus creencias y administrar sus recursos y territorio, acorde a su identidad y con total respeto a la diversidad.
En el Estado Nación Jacobino, el Centralismo se erige en representante de la soberanía del pueblo, y la Descentralización es considerada una concesión del centro hacia la periferia y no un derecho. Por lo contrario, en una República Democrática Federal, el poder, la soberanía, los recursos, se reparten entre todas las entidades que forman el Estado, como genuinos representantes de la soberanía popular.
La gestión pública de las entidades Federales, se sustenta en el principio de subsidiariedad, donde cada asunto es resuelto por la autoridad local más cercana al problema y el poder de decisión siempre está a su nivel. Todo lo contrario de la práctica centralista y populista, con una burocracia absolutista que se cree pluri, multi y omni competente.
Cabe recalcar que un Estado Federal se basa en el reconocimiento de las diferencias, pero también en la cooperación y corresponsabilidad en favor de unos fines comunes. Es por tanto la antítesis de las decisiones unilaterales, e incluso de las componendas del Centralismo con los políticos del centro y la periferia.
La mejor opción para nuestro país y se lo ha repetido muchas veces, es avanzar hacia una República Democrática Federal, esto significa la autonomía de todos y cada uno de los Departamentos, Municipios y regiones; cada uno con su propio gobierno, su propia constitución y representantes legislativos y tribunales de justicia propios.
En esencia esto significa que los Gobiernos locales deben asumir seriamente estas sus competencias, promover la cooperación entre las regiones y las nacionalidades que los constituyen; enfrentar los problemas y encarar con autoridad, idoneidad y responsabilidad las soluciones necesarias para el desarrollo de su pueblo, actuando siempre desde lo local pero con visión y perspectiva global.

ovidioroca.wordpress.com



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