LA OBSESIVA PERSISTENCIA DE LA ILUSION
Ovidio Roca
Los teóricos k’aras del masismo para su conquista
del poder y del aparato del Estado, elaboraron un discursoindigenista y populista,
en realidad aimara y chapareño,lograndoentusiasmarlos y lo consiguieronde la
misma manera con los grupos informales y cocaleros. Con estolograroncaptar una importante
masa de población, teniendo en cuenta que el setenta por ciento del empleo en el
país es informal.
En este concurso de promesas, los pueblos originariosescucharon
del masismo la oferta de un Estado centralizado yde improntaindígenaque satisfacería
todas sus necesidades y el resto de la población el de un Estado permisivo con
la informalidad. Luego continuando con la fiesta, escribieron una novela
constitucional que rellenaron con dulces ilusiones y promesas, privilegios y
mitos; pero sobretodo se les ofreció vivir con poco esfuerzo y como ricos.
De mano de los estalinistas, sevincularonal
Castrochavismo y asumieron el discurso populistadel Socialismo Siglo 21 en su
variante de socialismo comunitario; un discurso que con el tiempo, la
ineficiencia y la corrupción se fue agotando, pues los dirigentes masistas en
el gobierno, excluyeron a los indígenas del oriente que cuida sus montes y a la
clase media que cuida su trabajo formal y su profesión. Siguiendo con esto,se
comieron la herencia yacabaron con las reservas de gas;la corrupción se masifico,
luego los precios bajaron, la pobreza crece y las ilusiones se apagan.
Como todo lo que se consigue fácil se va igual de
fácil, luego de la fiesta y el jolgorio hay que arreglar el desastre y poner en
orden la casa y esto significa orden, trabajo, reconstrucción de la economía y
la institucionalidad y esto demanda esfuerzo y exige sacrificios.
La experiencia actual con los regímenes
castrochavistas, muestra que cuando estos son expulsados del poder y asume un
nuevo Gobierno queempieza a arreglar el desastrey este pideal pueblo mayor
orden y trabajo, la masa protesta y lo culpa por todos los problemas y añora a
los populistas;irónicamente esosmismos que antes dilapidaron los recursos. Y
este es un círculo que se repite: trabajo y construcción y luegodiscurso
populista, promesas,corrupción y derroche.
Y aunque sabemos que lo importante son los hechos,
los resultados y no las promesas y las buenas intenciones, ocurre que la ilusión
del Poder ydel Estado omnipotente, promovida por el discurso populista de los
caudillos,obnubila al pueblo que no se resiste a su fascinación. Cualquiera pensaría
que la gente ya habría aprendido la lección, pero al
parecer no es así, pues para la mentalidad populista predominante lo importante
son las promesas, el cuento y esto lamentablemente funciona.
Antiguamente los cambas en el campo decían: “en la arena y con un palito, se hacen
grandes chacos y potreros”. Es la trágica y absurda historia de los pueblos,
la que se recogeen unconocido grafiti argentino: “basta de realidades, queremos promesas”. Esta esuna consigna por
demás extendida yaunque deja pocos resquicios abiertos para la construcción de
un modelo de sociedad progresista,trabajadora y responsable, no queda otra que encontrarlos
y mientras más pronto mejor.
ovidioroca.wordpress.com
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