jueves, 28 de abril de 2016

DEMOCRACIA FEDERAL

DEMOCRACIA FEDERAL
Ovidio Roca
Bolivia como muchos otros países, acoge en su interior diversas culturas sociales y  políticas. Algunos de sus pueblos son tradicionalmente afectos al centralismo, al corporativismo y otros son más individualistas, democráticos y liberales. Mientras que algunos esperan que el Estado se haga cargo de su vida, mediante bonos y prebendas, dejando así el porvenir en sus manos,  otros reivindican el esfuerzo personal y consideran como tarea exclusiva del Estado, el crear un ambiente institucional que garantice la vida, la propiedad, la iniciativa personal, la producción.
Estas distintas visiones muestran la necesidad de establecer un régimen político administrativo, donde cada pueblo en función de sus perspectivas de vida y de futuro, establezca su forma de organización, modelo de economía y régimen de libertades ciudadanas. El Federalismo que no homogeneiza a los habitantes sino que les permite mantener sus respectivas nacionalidades, costumbres y creencias, es una solución a los problemas de países como Bolivia que tienen divisiones étnicas, religiosas, sociales.
Actualmente rige un Estado centralista, socialista y corporativo cocalero, caracterizado por la ineficacia gubernamental, avanzada corrupción, vacíos de poder local, una permanente violencia delincuencial y policial y falta de resultados en el sistema político y económico.
El centralismo decide todo desde la ciudad de La Paz: cuánto vale el pan y la sal; los sueldos y las pegas; si se puede exportar o no azúcar o soya. Lo que está al margen de cualquier regulación gubernamental es el contrabando, la coca y sus derivados, los que se rigen bajo el régimen del poder corporativo cocalero.
En el actual régimen corporativo cocalero, cada grupo aplica su propia ley y exige sus privilegios sectoriales en medio de pugnas por el control de los negocios. Esta anarquía da paso a los sindicatos de contrabandistas, los carteles de las drogas y el crimen organizado. Las instituciones del Estado se debilitan y se reduce la idoneidad y capacidad profesional de los servidores públicos.
Como el Estado socialista corporativo no tiene posibilidades de tener satisfechos a todos, surgen las pugnas. Los grupos corporativos presionan y chantajean a las autoridades nacionales para obtener sus prebendas y beneficios, sean justas o no. Su fortaleza está en que sus miembros que actúan disciplinadamente, pues tienen una estructura vertical y están sujetos a sanciones corporales y económicas en caso de disidencia.
Frente a la incompetencia de los Gobiernos centralistas y autocráticos; al corporativismo cocalero, el populismo,  la corrupción, surge el Federalismo. Un Estado Federal democrático, bajo un régimen de autonomías que practica la subsidiaridad, vale decir que un asunto debe ser resuelto por la autoridad (normativa, política o económica) más próxima al objeto del problema. Esto significa que en todos los niveles, la autoridad inferior no delega su poder hacia la autoridad superior, más que en los terrenos que escapan a su competencia.
En suma se trata de recuperar y devolver a las personas, a la sociedad civil, su iniciativa, sus libertades,  recursos y propiedades, los que están siendo confiscadas por el Estado centralista y dilapidados por una burocracia partidaria  corrupta e ineficiente.
Bolivia como país diverso cultural y étnicamente, tiene como su mejor opción construirse en un Estado Federal, bajo un régimen de autonomía de todos sus regiones y con mecanismos cooperación entre estas y las naciones que lo constituyen. Esto exige una firme decisión y toma de  responsabilidad personal de parte de toda la ciudadanía.
ovidioroca.wordpress.com


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