LOS COCINEROS DEL SOCIALISMO COMUNITARIO
Ovidio Roca
En sus cálidos salones con vista al Illimani, el grupo
palaciego se reúne día tras día para cocinar los hechos y los eventos cotidianos,
unos reales, otros inventados y luego los mezclan, adulteran, falsean, adornan
y aderezan y se lo dan a comer al pueblo, que se los traga sin saber de lo que
se trata, pero quedando felices y contentos.
Estos últimos años y aprovechando la época de las
vacas gordas, el
Jilakata y sus ayucos se dedicaron a tirar la plata,
engordando la burocracia y disfrutando de gastar en todo lo que se les ocurría:
aviones, satélites, palacios, museos, helicópteros, empresas truchas, canchas
de futbol, todo lo que se les viene a la mente. Van felices navegando en un mar
de corrupción, enriqueciéndose y engordando a sus amigos empresarios para luego
poder esquilmarlos y cocinarlos. Recuerden a los pavos del Fiscal Soza y su
menú de los doscientos mil dólares por mocha y los yescas en la cárcel.
Tenemos una economía primaria exportadora, la cual con
la caída de los precios de las materia primas nos lleva indefectiblemente a una
época de vacas flacas. Los cocineros lo niegan y hablan de la evonomics, el
blindaje, la fortaleza del modelo y quieren seguir con el mismo plan, usando la
plata que aún queda del gas, más el
endeudamiento y el indudable apoyo de la industria de línea blanca
chapareña.
De lo que no hablan y no quieren saber, es que el
milagro de la Evonomics se dio porque los plurinacionales se hicieron cargo del
Estado con el trabajo ya hecho; campos de gas ya desarrollados, reservas
probadas y suficientes y contratos ya
suscritos con Brasil y Argentina y lo más importante, tuvieron la suerte de que
los precios se dispararon para arriba como nunca antes se había visto. Ya veremos qué pasa cuando los precios del gas
se equiparen a los que percibían en su tiempo los neoliberales.
Lo que hay que entender, es que cuando se cocina
usando la misma receta y los mismos ingredientes el resultado siempre es el
mismo, salvo algunas variantes de sabor propias de la habilidad del cocinero.
Esto lo podemos verificar en Venezuela, Argentina, Ecuador, Nicaragua y Cuba, que
ahora pide a los gringos enviarles hamburguesas y coca cola.
Con la receta de la chanfaina se prepara chanfaina y
no pollo al horno. Con la receta
socialista-comunitaria se cocina y sirve pobreza y ausencia de libertades y a los
cocineros que lucran y se enriquecen con este negocio, poco les preocupa que sus
crédulos clientes, gracias a su receta, sufran de indigestión, cólicos y
diarreas. Ellos ya hicieron sus ahorros y cuando las cosas se pongan color de
hormiga, se irán a disfrutarlos en Miami.
ovidioroca.wordpress.com
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