miércoles, 2 de julio de 2014

LOS CRUCEÑOS Y LA ECONOMÍA DE MOJOS Y CHIQUITOS, SIGLOS XIX Y XX.

LOS CRUCEÑOS Y LA ECONOMÍA DE MOJOS Y CHIQUITOS, SIGLOS XIX Y XX.

Ovidio Roca
Pueblo que olvida su historia, pierde su identidad, su esencia. Las tiranías, conscientes de esto, lo primero que hacen para dominarlos es anularles y quitarles su memoria, orígenes, tradiciones, cultura y religiosidad; procurando destruirles así el alma, someterlos y poder luego meterle, gobernar a su antojo. Lo dicen en la tesis de Sinahota y lo practican cada día; hay que “Quitar el alma a los k’haras”.

La sociedad cruceña, ha tenido la virtud se reaccionar creativamente ante eventos críticos (negativos y positivos), que afectaron su economía y forma de vida. En el Siglo XIX, la construcción de buenas vías de comunicación desde la costa del Pacifico hacia el altiplano boliviano dejó a la producción cruceña fuera de competencia (por los fletes bajos) del importante mercado de las minas. Ante esta situación, los emprendedores cruceños reaccionaron y encontraron una nueva alternativa económica en la cascarilla y la goma.

Luego a mediados del Siglo XX, la apertura y asfaltado de la carretera desde Cochabamba (parte del programa de marcha hacia el oriente de la revolución nacional) abrió el  mercado andino e impulsó el desarrollo agropecuario y agroindustrial cruceño. Ver: Guabirá veinte años de logros, en ovidioroca.wordpress.com

APUNTES SOBRE LOS TIEMPOS DE LA GOMA

Forman parte de los recuerdos de mi infancia, las historias y anécdotas de la época de la goma que escuchaba de mis abuelos y parientes; matizadas luego con los comentarios de cocina, picantes y anecdóticos de los trabajadores de la casa, entre ellos los famosos viajes a Paris. Estos personajes fueron los actores y testigos de esa gran gesta amazónica.

Con estos recuerdos en mente, hace poco leía los trabajos de dos excelentes historiadoras bolivianas, meticulosas y analíticas: Clara López Beltrán y Ximena Soruco. Y como todo libro tiene dos autores, el que escribe y el que lee; esta es mi lectura de esa época:

En el Siglo XIX, el sector dominante de la Bolivia andina tenía puestos sus intereses en la minería de la plata y para ello activaron un eje económico en torno al altiplano andino, y poco conocían y se importaban de esas lejanas tierras del oriente y la amazonia. Las importaciones de artículos y alimentos para abastecer las actividades mineras se realizaban especialmente desde las costas del  Pacifico y estas importaciones se facilitan y amplian con la llegada del Ferrocarril desde Antofagasta, al pueblo de Uyuni, a principios del año 1890 (*).

Santa Cruz (mojos y chiquitos), fue fundada por pioneros, navegantes de la selva, los que en el centro de américa construyeron un pueblo, una sociedad mestiza, una historia; con sus héroes, tradiciones, símbolos y rituales; que son lo que encarnan la continuidad del espíritu del pueblo y la nación a lo largo de los tiempos. Un pueblo, lejos de todas partes, e ignorado por el gobierno andino minero; una sociedad que supo avanzar, crearse un patrimonio, y a su paso ir fundando y poblando tierras.
A mediados del siglo diecinueve, le economía cruceña era fundamentalmente de autoconsumo. Algunos productos como azúcar, hilados y tejidos de algodón, charque, cuero curtido y artículos de cuero como arneses, lazos, botas y calzados, que se transportaban dificultosamente y vendían en las zonas mineras, especialmente las del sur del país. Se destaca la excelente producción de artículos de cuero, que además de ser comercializados en el mercado interno, eran apreciados y vendidos en el norte argentino. Las exportaciones de estos pocos productos cruceños hacia las zonas mineras, que ya venía declinando, se cierran definitivamente con la consolidación de los ferrocarriles de Chile a Bolivia y sus fletes baratos.

Entre los años 1860 y 1880, emprendedores yungueños y cruceños se dirigen al Beni en busca de nuevas oportunidades de negocios, inicialmente con la cascarilla y luego la goma elástica. Hacia 1870, Nicolás Suárez y Augusto Roca ya estaban establecidos en Reyes, como socios en una casa comercial dedicada a estos negocios. Por el mismo tiempo llegaron allí, empresas mercantiles como la Casa Braillard, Zeller & Roessler y otras reconvertidas a la goma desde la cascarilla, como la Casa Richter.

La goma logra un inusitado auge a partir de 1876 y pequeños capitalistas de Santa Cruz y del Beni, como Antonio Vaca Diez, Nicolás Suárez Callaú, Augusto Roca Pinto, Nicanor Salvatierra, Antenor Vásquez y otros más, vieron en este negocio un buen futuro. Luego de manera independiente o con socios europeos, impulsaron la industria gomera explorando e incorporando territorios, cuya propiedad se asignaron.

Estos emprendedores trasladan luego el capital logrado en el Beni, a la ciudad de Santa Cruz y con ello se promueve la instalación de varias casas comerciales, algunas de ellas europeas y en especial alemanas. Las casas comerciales europeas traen empleados de sus países, lo que luego hacen fortuna; entre ellos Emilio Zeller, Felipe Schweitzer, Juan Elsner y Carlos Seiler. También se destacan los inmigrantes Francisco Treu, Alberto Natush, Jorge Banzer y el austriaco David Cronenbold.
Estos inmigrantes pronto se vincularon, mediante matrimonios, con la sociedad cruceña. Además de los alemanes, llegaron italianos como José Bruno y Dionisio Foianini.

Los excedentes económicos que se vuelcan hacia Santa Cruz permiten financiar el comercio de importación, especialmente el que se realiza por el rio Paraguay y Bahía Cáceres. Los principales comerciantes cruceños eran Crisanto Roca Pinto, Saturnino Saucedo, Manuel Peña, Pedro Vega, Elías Antelo y la sociedad Morales & Bertram. Estas casas comerciales controlaron el comercio en la región del oriente a fines del siglo diecinueve e inicios del veinte, sobre todo con la importación de artículos suntuarios para los ricos gomeros que gustaban de ser ostentosos.
Las casas comerciales tenían también otra fuente de ingresos en los créditos y consignaciones, provisión de comida y dinero a los enganchadores de mano de obra para la explotación del caucho. También contaban con astilleros que controlaban el transporte fluvial de la goma.

Los primeros establecimientos gomeros estaban establecidos en el curso medio del rio Beni, a la altura de Reyes, por lo que el transporte de la goma hacia el amazonas y ultramar, se realizaba primero en carretones con bueyes, cruzando las pampas hasta llegar al Santa Ana, sobre el rio Yacuma, para de allí continuar en canoas y batelones por el rio Mamoré y el Madera. Esto llevo a muchas familias cruceñas a establecerse en Santa Ana, dedicándose a la ganadería y agricultura para abastecer a las barracas gomeras. Son los Cuellar, Suarez, Roca, Franco, Chávez, Carvalho, Arauz y varias otras.

Recién en 1880 se confirma la confluencia del rio Beni con el Mamoré. Las ventajas de esta nueva ruta fueron inmediatas,  Nicolás Suarez tomo posesión de la Cachuela Esperanza en el rio Beni, controlando desde ella el flujo comercial de la goma boliviana hacia el amazonas y Europa.

La capacidad de una sociedad de enfrentar los retos y superarlos es lo que le da viabilidad y trascendencia. Actualmente estamos nuevamente en una etapa crítica para el desarrollo del oriente, con un modelo de gobierno corporativo-cocalero, dirigista y estatista; que afecta negativamente al desarrollo del país y especialmente del llano. Es de esperar que ese espíritu que tenían los pioneros cruceños, aun subsista.

Notas:

(*) Este Ferrocarril llegaba en 1883 desde Antofagasta hasta Pampa Alta, cerca de la frontera con Bolivia. Al poco tiempo se empezó con el diseño y luego la construcción de la trocha hacia Bolivia, llegando el primer tren a Uyuni a principios de 1890 y luego a Oruro en 1892.
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