LOS
CRUCEÑOS Y LA ECONOMÍA DE MOJOS Y CHIQUITOS, SIGLOS XIX Y XX.
Ovidio
Roca
Pueblo
que olvida su historia, pierde su identidad, su esencia. Las tiranías,
conscientes de esto, lo primero que hacen para dominarlos es anularles y quitarles
su memoria, orígenes, tradiciones, cultura y religiosidad; procurando destruirles
así el alma, someterlos y poder luego meterle, gobernar a su antojo. Lo dicen
en la tesis de Sinahota y lo practican cada día; hay que “Quitar el alma a los k’haras”.
La
sociedad cruceña, ha tenido la virtud se reaccionar creativamente ante eventos críticos
(negativos y positivos), que afectaron su economía y forma de vida. En el Siglo
XIX, la construcción de buenas vías de comunicación desde la costa del Pacifico
hacia el altiplano boliviano dejó a la producción cruceña fuera de competencia
(por los fletes bajos) del importante mercado de las minas. Ante esta situación,
los emprendedores cruceños reaccionaron y encontraron una nueva alternativa económica
en la cascarilla y la goma.
Luego
a mediados del Siglo XX, la apertura y asfaltado de la carretera desde
Cochabamba (parte del programa de marcha hacia el oriente de la revolución
nacional) abrió el mercado andino e impulsó
el desarrollo agropecuario y agroindustrial cruceño. Ver: Guabirá veinte años de logros, en ovidioroca.wordpress.com
APUNTES
SOBRE LOS TIEMPOS DE LA GOMA
Forman
parte de los recuerdos de mi infancia, las historias y anécdotas de la época de
la goma que escuchaba de mis abuelos y parientes; matizadas luego con los
comentarios de cocina, picantes y anecdóticos de los trabajadores de la casa,
entre ellos los famosos viajes a Paris. Estos personajes fueron los actores y testigos
de esa gran gesta amazónica.
Con
estos recuerdos en mente, hace poco leía los trabajos de dos excelentes
historiadoras bolivianas, meticulosas y analíticas: Clara López Beltrán y
Ximena Soruco. Y como todo libro tiene dos autores, el que escribe y el que
lee; esta es mi lectura de esa época:
En
el Siglo XIX, el sector dominante de la Bolivia andina tenía puestos sus
intereses en la minería de la plata y para ello activaron un eje económico en
torno al altiplano andino, y poco conocían y se importaban de esas lejanas tierras
del oriente y la amazonia. Las importaciones de artículos y alimentos para
abastecer las actividades mineras se realizaban especialmente desde las costas
del Pacifico y estas importaciones se facilitan
y amplian con la llegada del Ferrocarril desde Antofagasta, al pueblo de Uyuni,
a principios del año 1890 (*).
Santa
Cruz (mojos y chiquitos), fue fundada por pioneros, navegantes de la selva, los
que en el centro de américa construyeron un pueblo, una sociedad mestiza, una
historia; con sus héroes, tradiciones, símbolos y rituales; que son lo que
encarnan la continuidad del espíritu del pueblo y la nación a lo largo de los
tiempos. Un pueblo, lejos de todas partes, e ignorado por el gobierno andino minero;
una sociedad que supo avanzar, crearse un patrimonio, y a su paso ir fundando y
poblando tierras.
A
mediados del siglo diecinueve, le economía cruceña era fundamentalmente de
autoconsumo. Algunos productos como azúcar, hilados y tejidos de algodón,
charque, cuero curtido y artículos de cuero como arneses, lazos, botas y
calzados, que se transportaban dificultosamente y vendían en las zonas mineras,
especialmente las del sur del país. Se destaca la excelente producción de
artículos de cuero, que además de ser comercializados en el mercado interno,
eran apreciados y vendidos en el norte argentino. Las exportaciones de estos
pocos productos cruceños hacia las zonas mineras, que ya venía declinando, se
cierran definitivamente con la consolidación de los ferrocarriles de Chile a
Bolivia y sus fletes baratos.
Entre
los años 1860 y 1880, emprendedores yungueños y cruceños se dirigen al Beni en
busca de nuevas oportunidades de negocios, inicialmente con la cascarilla y
luego la goma elástica. Hacia 1870, Nicolás Suárez y Augusto Roca ya estaban
establecidos en Reyes, como socios en una casa comercial dedicada a estos
negocios. Por el mismo tiempo llegaron allí, empresas mercantiles como la Casa Braillard , Zeller &
Roessler y otras reconvertidas a la goma desde la cascarilla, como la Casa
Richter.
La
goma logra un inusitado auge a partir de 1876 y pequeños capitalistas de Santa
Cruz y del Beni, como Antonio Vaca Diez, Nicolás Suárez Callaú, Augusto Roca
Pinto, Nicanor Salvatierra, Antenor Vásquez y otros más, vieron en este negocio
un buen futuro. Luego de manera independiente o con socios europeos, impulsaron
la industria gomera explorando e incorporando territorios, cuya propiedad se
asignaron.
Estos
emprendedores trasladan luego el capital logrado en el Beni, a la ciudad de
Santa Cruz y con ello se promueve la instalación de varias casas comerciales, algunas
de ellas europeas y en especial alemanas. Las casas comerciales europeas traen
empleados de sus países, lo que luego hacen fortuna; entre ellos Emilio Zeller,
Felipe Schweitzer, Juan Elsner y Carlos Seiler. También se destacan los
inmigrantes Francisco Treu, Alberto Natush, Jorge Banzer y el austriaco David
Cronenbold.
Estos
inmigrantes pronto se vincularon, mediante matrimonios, con la sociedad cruceña.
Además de los alemanes, llegaron italianos como José Bruno y Dionisio Foianini.
Los
excedentes económicos que se vuelcan hacia Santa Cruz permiten financiar el
comercio de importación, especialmente el que se realiza por el rio Paraguay y
Bahía Cáceres. Los principales comerciantes cruceños eran Crisanto Roca Pinto,
Saturnino Saucedo, Manuel Peña, Pedro Vega, Elías Antelo y la sociedad Morales
& Bertram. Estas casas comerciales controlaron el comercio en la región del
oriente a fines del siglo diecinueve e inicios del veinte, sobre todo con la
importación de artículos suntuarios para los ricos gomeros que gustaban de ser
ostentosos.
Las
casas comerciales tenían también otra fuente de ingresos en los créditos y
consignaciones, provisión de comida y dinero a los enganchadores de mano de
obra para la explotación del caucho. También contaban con astilleros que
controlaban el transporte fluvial de la goma.
Los
primeros establecimientos gomeros estaban establecidos en el curso medio del
rio Beni, a la altura de Reyes, por lo que el transporte de la goma hacia el
amazonas y ultramar, se realizaba primero en carretones con bueyes, cruzando
las pampas hasta llegar al Santa Ana, sobre el rio Yacuma, para de allí continuar
en canoas y batelones por el rio Mamoré y el Madera. Esto llevo a muchas
familias cruceñas a establecerse en Santa Ana, dedicándose a la ganadería y
agricultura para abastecer a las barracas gomeras. Son los Cuellar, Suarez,
Roca, Franco, Chávez, Carvalho, Arauz y varias otras.
Recién en 1880 se confirma la confluencia del rio Beni con el Mamoré. Las ventajas de esta nueva ruta fueron inmediatas, Nicolás Suarez tomo posesión de la Cachuela Esperanza en el rio Beni, controlando desde ella el flujo comercial de la goma boliviana hacia el amazonas y Europa.
La
capacidad de una sociedad de enfrentar los retos y superarlos es lo que le da
viabilidad y trascendencia. Actualmente estamos nuevamente en una etapa crítica
para el desarrollo del oriente, con un modelo de gobierno corporativo-cocalero,
dirigista y estatista; que afecta negativamente al desarrollo del país y
especialmente del llano. Es de esperar que ese espíritu que tenían los pioneros
cruceños, aun subsista.
Notas:
(*)
Este Ferrocarril llegaba en 1883 desde Antofagasta hasta Pampa Alta, cerca de
la frontera con Bolivia. Al poco tiempo se empezó con el diseño y luego la
construcción de la trocha hacia Bolivia, llegando el primer tren a Uyuni a
principios de 1890 y luego a Oruro en 1892.
ovidioroca.wordpress.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario