domingo, 29 de septiembre de 2013

EL REINO DEL REVÉS, UN POPURRÍ EN CLAVE PLURINACIONAL

EL REINO DEL REVÉS, UN POPURRÍ EN CLAVE PLURINACIONAL
Ovidio Roca

Me dijeron que en el Reino del Revés 
nadie baila con los pies, 
que un ladrón es vigilante y otro es juez 
y que dos y dos son tres.
María Elena Walsh.

En el país la confianza ha desaparecido totalmente, los ciudadanos “no creen en nada y en nadie” y su experiencia cotidiana los reafirma en esta su actitud.

Se hace un Censo y el mismo no es confiable ni aceptable para nadie. Existe la certidumbre popular de que el gobierno acomoda los resultados a sus intereses y si asociamos esto a los errores y la ineptitud de los ejecutores del mismo, se explica el rechazo de la mayoría de la población.

Como no se cree en la ley ni en las instituciones, a la actitud de rechazo y cumpliendo lo que dicta la tradición y el folclore nacional, le sigue la movilización, la confrontación. Empieza el carnaval de pronunciamientos, huelgas y bloqueos; las minorías activas y los grupos de interés, motivados por el deseo de recibir más plata, piden que los resultados se ajusten a sus respectivos intereses, sabiendo que el que más presiona consigue su objetivo.

El Censo, que debe ser un instrumento estadístico para la planificación, se lo ve: desde el gobierno como un instrumento para su esquema electoral, y desde las regiones como una forma de conseguir ventajas en la distribución de escaños parlamentarios y en la asignación de rentas.

Una cosa extraña del comportamiento popular, es que luego de conseguir los recursos, no existe la menor preocupación de que la plata, (la que se espera recibir así como la que se tiene) sea gastada e invertida honesta y eficazmente.
En cuanto a los escaños, constitucionalmente deben ser asignados con criterios de proporcionalidad y equidad; vale decir en base a la cantidad de población, y criterios adicionales para favorecer a los Departamentos menos poblados y desarrollados.
De contar con un Censo con datos confiables, debiera ser normal, además de ser lógico y legal, que sin mayores discusiones se le asignen a cada Departamento los escaños de acuerdo a su población.  

Por su parte la prensa amarillista y algunos políticos, en vez de informar y orientar objetivamente, inducen a la  confrontación, afirmando por ejemplo, que Santa Cruz (en la propuesta última del Tribunal Supremo Electoral) les quita de un diputado a Potosí, Beni y Chuquisaca. Con esto se fomenta el resentimiento, pues la gente de esos pueblos entiende que le están mermando representación. Pero lo peor es, que se discute y pelea por la cantidad de curules y no se preocupan en nada por la calidad e idoneidad de los parlamentarios que van a elegir.

Todos los días apreciamos, que el trabajo de los parlamentarios es de levanta manos y ejecutores de las instrucciones del Ejecutivo. El Presidente nos confirma (lo que ya sabemos)  que él (usurpándole atribuciones y competencia al Poder Legislativo) decide e instruye la elección de los funcionarios públicos.

Este es el Estado Plurinacional, donde el Poder Ejecutivo concentra todos los poderes, y donde prima la decisión autoritaria del Presidente y sus allegados y en algunos casos como fruto de la negociación entre el poder constituido y los grupos de presión corporativos, que le son afines.

Esto nos hace preguntarnos para qué sirven los parlamentarios, haciendo la excepción de unos pocos, realmente trabajadores, brillantes y valientes, es decir de calidad.
En el ámbito regional, el Consejo Municipal de Santa Cruz, aprueba el uso del taxímetro, como en todo país civilizado, pero la respuesta del gremio es el bloqueo y la presión, ante la que se rinden autoridades débiles y de escaza legitimidad. El resultado es que la población tiene que pagar el servicio más caro de todo el país, pues el ciudadano no tiene capacidad de movilización como la tienen los gremios, para jugar en este estilo nacional de administración por presión, y así anda todo y mal y al revés.

En la fiesta cívica de Santa Cruz, las autoridades nos muestran que han olvidado y dejado de lado los símbolos regionales, el honor y la honestidad y por interés de acercarse al gobierno hasta “olvidan” el himno cruceño. Esto es como si en un cumpleaños nos olvidemos de cantar cumpleaños feliz.

Costo mucho tiempo y esfuerzo a la humanidad pasar del primitivo “estado de naturaleza”, de la guerra de todos contra todos, de la imposición del más fuerte, a la era del Contrato Social, que establece el respeto a leyes y elección de una autoridad que cuide de su cumplimiento.

Ahora estamos retrocediendo a la barbarie, el gobierno ejecuta y persigue a los ciudadanos, las comunidades linchan a los ladrones, el ciudadano es extorsionado por los fiscales y huye temeroso de la policía. Es el reino del revés.

El reto es darnos cuenta que necesitamos construir un país de leyes, de instituciones serias y creíbles, un pueblo educado técnica y culturalmente, un pueblo trabajador y que construye su futuro en paz y armonía.


ovidioroca.wordpress.com

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