EL REINO DEL REVÉS, UN POPURRÍ EN CLAVE
PLURINACIONAL
Ovidio Roca
Me
dijeron que en el Reino del Revés
nadie baila con los pies,
que un ladrón es vigilante y otro es juez
y que dos y dos son tres. María Elena Walsh.
nadie baila con los pies,
que un ladrón es vigilante y otro es juez
y que dos y dos son tres. María Elena Walsh.
En el país la confianza ha desaparecido totalmente, los
ciudadanos “no creen en nada y en nadie” y su experiencia cotidiana los reafirma
en esta su actitud.
Se hace un Censo y el mismo no es confiable ni
aceptable para nadie. Existe la certidumbre popular de que el gobierno acomoda
los resultados a sus intereses y si asociamos esto a los errores y la ineptitud
de los ejecutores del mismo, se explica el rechazo de la mayoría de la
población.
Como no se cree en la ley ni en las instituciones, a
la actitud de rechazo y cumpliendo lo que dicta la tradición y el folclore nacional,
le sigue la movilización, la confrontación. Empieza el carnaval de
pronunciamientos, huelgas y bloqueos; las minorías activas y los grupos de
interés, motivados por el deseo de recibir más plata, piden que los resultados
se ajusten a sus respectivos intereses, sabiendo que el que más presiona
consigue su objetivo.
El Censo, que debe ser un instrumento estadístico
para la planificación, se lo ve: desde el gobierno como un instrumento para su
esquema electoral, y desde las regiones como una forma de conseguir ventajas en
la distribución de escaños parlamentarios y en la asignación de rentas.
Una cosa extraña del comportamiento popular, es que
luego de conseguir los recursos, no existe la menor preocupación de que la
plata, (la que se espera recibir así como la que se tiene) sea gastada e
invertida honesta y eficazmente.
En cuanto a los escaños, constitucionalmente deben ser
asignados con criterios de proporcionalidad y equidad; vale decir en base a la
cantidad de población, y criterios adicionales para favorecer a los Departamentos
menos poblados y desarrollados.
De contar con un Censo con datos confiables, debiera
ser normal, además de ser lógico y legal, que sin mayores discusiones se le
asignen a cada Departamento los escaños de acuerdo a su población.
Por su parte la prensa amarillista y algunos políticos,
en vez de informar y orientar objetivamente, inducen a la confrontación, afirmando por ejemplo, que
Santa Cruz (en la propuesta última del Tribunal Supremo Electoral) les quita de
un diputado a Potosí, Beni y Chuquisaca. Con esto se fomenta el resentimiento,
pues la gente de esos pueblos entiende que le están mermando representación. Pero
lo peor es, que se discute y pelea por la cantidad de curules y no se preocupan
en nada por la calidad e idoneidad de los parlamentarios que van a elegir.
Todos los días apreciamos, que el trabajo de los
parlamentarios es de levanta manos y ejecutores de las instrucciones del
Ejecutivo. El Presidente nos confirma (lo que ya sabemos) que él (usurpándole atribuciones y competencia
al Poder Legislativo) decide e instruye la elección de los funcionarios públicos.
Este es el Estado Plurinacional, donde el Poder Ejecutivo concentra todos los poderes, y donde
prima la decisión autoritaria del Presidente y sus allegados y en algunos casos
como fruto de la negociación entre el poder constituido y los grupos de presión
corporativos, que le son afines.
Esto nos hace preguntarnos para qué sirven los
parlamentarios, haciendo la excepción de unos pocos, realmente trabajadores,
brillantes y valientes, es decir de calidad.
En el ámbito regional, el Consejo Municipal de Santa
Cruz, aprueba el uso del taxímetro, como en todo país civilizado, pero la
respuesta del gremio es el bloqueo y la presión, ante la que se rinden
autoridades débiles y de escaza legitimidad. El resultado es que la población
tiene que pagar el servicio más caro de todo el país, pues el ciudadano no tiene
capacidad de movilización como la tienen los gremios, para jugar en este estilo
nacional de administración por presión, y así anda todo y mal y al revés.
En la fiesta cívica de Santa Cruz, las autoridades nos muestran que han olvidado y dejado de lado los símbolos regionales, el honor y la honestidad y por interés de acercarse al gobierno hasta “olvidan” el himno cruceño. Esto es como si en un cumpleaños nos olvidemos de cantar cumpleaños feliz.
Costo mucho tiempo y esfuerzo a la humanidad pasar del primitivo “estado de naturaleza”, de la guerra de todos contra todos, de la imposición del más fuerte, a la era del Contrato Social, que establece el respeto a leyes y elección de una autoridad que cuide de su cumplimiento.
En la fiesta cívica de Santa Cruz, las autoridades nos muestran que han olvidado y dejado de lado los símbolos regionales, el honor y la honestidad y por interés de acercarse al gobierno hasta “olvidan” el himno cruceño. Esto es como si en un cumpleaños nos olvidemos de cantar cumpleaños feliz.
Costo mucho tiempo y esfuerzo a la humanidad pasar del primitivo “estado de naturaleza”, de la guerra de todos contra todos, de la imposición del más fuerte, a la era del Contrato Social, que establece el respeto a leyes y elección de una autoridad que cuide de su cumplimiento.
Ahora estamos retrocediendo a la barbarie, el
gobierno ejecuta y persigue a los ciudadanos, las comunidades linchan a los
ladrones, el ciudadano es extorsionado por los fiscales y huye temeroso de la
policía. Es el reino del revés.
El reto es darnos cuenta que necesitamos construir
un país de leyes, de instituciones serias y creíbles, un pueblo educado técnica
y culturalmente, un pueblo trabajador y que construye su futuro en paz y
armonía.
ovidioroca.wordpress.com
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