RACISMO Y AUTOIDENTIFICACIÓN
ÉTNICA
Ovidio Roca
Desde siempre, los grupos
dominantes han utilizado la ideología del racismo para justificar sus
privilegios y afianzar su derecho a detentarlos. Buscando convencer sobre la
legitimidad de sus prerrogativas, han usado argumentos de todo tipo, desde los religiosos
y económicos hasta los biológicos; se postula por ejemplo, la existencia de
pueblos y personajes elegidos por dios y de razas biológicamente superiores.
También se afirma engañosamente,
que en el código genético existe un cierto determinismo capaz de explicar, la
inteligencia en unos pueblos y por tanto su derecho a gobernar y su ausencia en
otros, los que deben ser conducidos.
El racismo también jugó un
importante rol para legitimar las "guerras étnicas", con el afán de invadir
y tomar los territorios y recursos de otros pueblos, menos dotados de
capacidades económicas y bélicas para defenderse.
En esta pugna de intereses
por el poder y el dominio, y dado el principio económico de la escasez, un
amplio sector de la sociedad queda necesariamente excluido de los beneficios y
para limitar y obviar sus exigencias, necesitan ser dominados, controlados y
mejor aun, convencidos de la inevitabilidad de su situación de dependencia.
De estos y otros elementos se
alimentan las ideologías racistas, que justifican para un reducido grupo, la
legitimidad de sus privilegios económicos y políticos. Lo que se busca, no solo
es mantenerlos, sino ampliarlos, y para ello es importante conservar exclusivamente
para sí, el monopolio de las actividades económicas, el manejo político del
Estado, el control al acceso de los puestos mas redituables.
Para un mejor manejo de la
exclusión social, se construyen los estereotipos del grupo dominante y de los
excluidos; utilizando características de
fácil identificación, especialmente las de tipo racial y cultural, mismas que
pueden ser fácilmente medidas o catalogadas: rasgos étnicos, color de piel,
idioma, cultura y luego se los aplica como filtro para evitar que grupos sociales ajenos, puedan tener acceso
competitivo a estos privilegios.
Actualmente con la
descodificación del genoma humano, las justificaciones biológicas han quedado totalmente
desacreditas, pues ahora sabemos con certeza de la existencia de una sola raza
humana y de una misma matriz genética para toda la vida existente en el planeta.
Ergo, todos los seres vivos,
desde las bacterias hasta las flores, y desde los cutuchis (cecilia) hasta los
humanos, tienen un único origen y siguen las instrucciones escritas en el
lenguaje universal del ADN.
Y somos una sola raza humana,
con diferentes tipos raciales, diferentes etnias, diferentes pueblos y culturas,
producto de la adaptación, durante millones de años, a las cambiantes condiciones
ambientales y como resultado, la riqueza y belleza de la biodiversidad.
Ahora con base científica
podemos reafirmar que la exclusión
social, ya no puede justificarse por la raza, sino que es y sigue siendo
producto de la ausencia de democracia, de educación, cultura, acceso a trabajos
dignos, justicia y es en este ámbito que corresponde avanzar.
En Bolivia la emancipación de
los indígenas se inicia seriamente con la Reforma Agraria de
1953 y continúa dificultosamente en las últimas décadas, cuando los gobiernos
“neoliberales” aprueban un conjunto de leyes a favor de los grupos étnicos
excluidos. Entre estos, La
Reforma Educativa (Nº 1565 de 1994), la Ley
Forestal (Nº 1700 de 1996) y la
Ley INRA (Nº 1715 de1996)
que les afirma su derecho de acceder a la propiedad agraria de manera colectiva
y a consolidar las tierras que venían ocupando.
Con estas Leyes igualmente se
estableció el concepto de Tierras Comunitarias de Origen (TCO) y mediante este
mecanismo los pueblos indígenas lograron
titular, de forma comunitaria, amplios espacios territoriales.
En aplicación de estas normas,
los pueblos indígenas presentaron 258
demandas de TCO, de las cuales a la fecha 190 fueron tituladas (55 en el
oriente y 135 en el altiplano y valles)
con una superficie de 21 millones de hectáreas (12 millones en el
oriente y 9 millones en el altiplano y valles).
Esta ventaja de acceso
preferencial a las tierras para los indígenas y luego la promesa demagógica del
MAS, de instituir un Estado Plurinacional, con fuerte presencia indígena y
privilegios para las etnias originarias, hizo que la población de origen
indígena se sienta empoderada y pese a ser mayormente mestiza, se auto
identifique como indígena, y abjure de su condición de mestizo que no le otorga
ningún privilegio.
Revisando las encuestas sobre
la autoidentificación de la población boliviana realizadas por la Fundación UNIR ,
podemos ver que entre el 2006 y el 2011 un 22% de la población deja de
identificarse como mestizo y pasa a definirse como indígena. Típico fenómeno de
acomodo a una nueva realidad política y social.
AUTOIDENTIFICACION ETNICA
SEGÚN ENCUESTA DE UNIR
2006: Indígena 18 % – Mestizo 69 %
2008: Indígena 17 % – Mestizo 73
%
2011: Indígena 38 % -
Mestizo 47 %
Como vemos, esperanzados por
las predicas del gobierno, los sectores sociales mestizos, rápidamente se han auto
identificado como indígenas, y siguiendo la tradición lo primero que hacen es procurar
la consolidación de estos privilegios (muchos
de ellos expectaticios) y justificarlos. Y también de paso, excluir y discriminar
al otro: al k’ara y al mestizo, usando las mismas descalificaciones que usaron
contra ellos
Lo que recién ahora están
empezando a comprender, es que el Gobierno del Proceso de Cambio, es híper
centralista y que esta manejado por una pequeña fracción, de k’aras, mestizos y
algún indígena; y que al final lo que interesa a este reducido grupo, es
mantener y gozar de sus nuevos privilegios y para ello combatirán y erradicaran
a quien le haga oposición: políticos, iglesias, clase media, liberales, y también
los “hermanos indígenas” no sumisos a sus ordenes; pues de lo que finalmente se
trata, al margen del discurso indigenista, socialista, pachamamista, es del
poder, la maravillosa maquinita del poder.
Queda la esperanza y el reto,
de que en algún momento y más pronto que tarde, todos nos encontraremos como
seres humanos en una República Democrática, respetando al prójimo y valorando
nuestra rica individualidad y diversidad.
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