CALAPURCA
Ovidio
Roca
Me
contó el abuelo, que le contó su abuelo, que le contó su abuelo…, un viejo
catalán con algo de andaluz por parte de su abuela; que cuando andaba en los
minerales de Potosí en busca de la plata, una vez termino quedándose sin
vituallas y mientras caminaba de retorno a su campamento, viendo la casa de un
campesino se llego a ella pidiendo algo de comer.
El campesino le responde: mana canchu, no hay patroncito, no tenemos nada. Viendo el abuelo que ese campo era surtido le dice, te voy a pagar por la comida y el campesino reitera, mana canchu. Entonces le dice: pero habrá piedras y agua; claro en la quebrada. Entonces no te preocupes yo te enseñare a cocinar un buen puchero con esas piedras.
El campesino le responde: mana canchu, no hay patroncito, no tenemos nada. Viendo el abuelo que ese campo era surtido le dice, te voy a pagar por la comida y el campesino reitera, mana canchu. Entonces le dice: pero habrá piedras y agua; claro en la quebrada. Entonces no te preocupes yo te enseñare a cocinar un buen puchero con esas piedras.
Se
presto una olla de barro y con ella se fue a la quebrada y allí mientras el
campesino miraba curioso recogió algunas piedras, las que cabían en el puño,
las escogía y miraba con cuidado, que fueran regulares, muy duras y nada
deleznables. Las lavo cuidadosamente, así como a la olla y llenándola de agua
se fue al fogón y la puso a calentar. Cuando estaba hirviendo puso las piedras
y revolvió. Un poco mas tarde empezó a probar la sopa mientras decía ¡¡que
buena y sabrosa que salio!!. El campesino miraba y el abuelo le dice, esta buena
pero quizá podamos mejorarla. Tienes algo de chalona de llama: ari tian, claro
dice el campesino y le trae. El abuelo corta la chalona en trozos y lo pone en
la olla. Parece que no mejora dice, quizá tienes unas papas, el campesino
curioso trae las papas, las que trozadas van a parar al puchero, igual procede
con la cebolla. Nuevamente prueba y dice: a lo mejor mejora con maíz, tienes
algo dice y el campesino trae el maíz y el abuelo lo muele en el batan y lo
agrega al puchero y así caen el ají molido, las habas, las ocas, etc.
El
puchero hervía y pasado un tiempo el abuelo prueba la sopa varias veces y luego
dice: creo que únicamente con las piedras estaba mucho mejor y procede a sacar
la chalona con las papas y habas y empieza a comer, repartiendo también a los
mirones. Saca todo y sigue comiendo. Cuando solo quedaba la sopa se sirve un
buen plato y le dice al campesino, toma prueba y también invita a tu familia,
luego saca su cuchara de plata y da fin con el potaje. Concuerdan luego todos
que realmente la sopa resulto sabrosa y ¡solo con las piedras!.
El
abuelo regalo al campesino las piedras y la cuchara de plata y siguió su
camino.
Las
veces que paso por Potosí siempre voy a saborear la callapurca, la sopa del
abuelo, del abuelo…..y siempre trate de llevarme las piedras pero la mesera
nunca lo permitió.
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