Ovidio Roca
“Cuando todo es de todos; nada tiene dueño, nadie lo cuida y menos lo trabaja y desarrolla”. Pukymon. Nota (1)
Utilizando los avance tecnológicos y las políticas populistas, eliminamos los derechos humanos y matamos con mayor eficiencia a las personas.
Todos los días vemos a los dirigentes políticos mundiales usando la ciencia, la tecnología y el trabajo creativo (aquel que debería ser utilizado para construir instrumentos en beneficio de la población y lograr el bienestar mundial); quienes siguiendo un impulso obsesivo se orientan a fabricar y utilizar armas cada vez mas sofisticadas y letales para destruir a las poblaciones. Para complementar esta actividad bélica, promueven guerras religiosas y enfrentamientos letales entre civilizaciones de distintas creencias.
Irónicamente en este Siglo de los avances tecnológicos; no es el avance sino el retraso el podría ayudar a la supervivencia de la especie homínida. El Evo tiene la receta para evitar el apocalipsis nuclear y la extinción de la raza homínida y es el retorno al hacha de piedra, al mundo primitivo, al pasado incaico y sin olvidar la coca con llujta.
Mientras los países con alta tecnología producen bombas y misiles sofisticados y con ellos se matan miles de personas en segundos, los países de baja tecnología como Bloquivia, utilizan piedras y escombros para bloquear las vías y joder a las personas, así se producen menos muertes, y estas son por daños colaterales. Jallala Evo.
Elegimos como autoridades a quienes nos matan.
La Asamblea de la ONU es una burla, una absurda parodia. Está mayormente conformada por quienes adversan la libertad y los derechos humanos: Irán preside la Comisión, de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, mientras China, Rusia y Cuba pasaron a integrar la del Consejo de Derechos Humanos.
Los negocios del populismo
“El boliviano es emprendedor, evita pagar impuestos, se mueve en un ámbito de economía privada, libre e informal, pero acaba votando por el político que le ofrece más bonos y subsidios”. Antonio Saravia.
Los masistas saben vivir del cuento y comer del cuento. Su principal negocio es ganar plata usando la plata ajena. Cuando se apoderan del Estado juegan a empresarios y ganan plata sin correr riesgo; usan los recursos de los ciudadanos y perjudican a los emprendedores nacionales que se arriesgan y compiten contra el contrabando y los cientos de empresas públicas subsidiadas.
La empresa pública es el gran negocio de los populistas y a costa del patrimonio de los ciudadanos. Estas empresas inviables económicamente debe ser inmediatamente liquidada para frenar la sangría en los ingresos y cuando cambie el Gobierno para dejar de seguir perdiendo deben ser vendidas al mejor postor, o convertidas en sociedades anónimas y sus accionares vendidas en el mercado de capitales.
La tierra continúa siendo buen negocio masista. Permanentemente se avasallan y queman los bosques, se toman las tierras, se las legaliza masisticamente y se las vende a los interculturales para urbanizaciones y la siembra de coca, con esto producen muchos billetes y también mucho humo.
El trabajo legislativo de los masistas en realidad es una forma de robo legal, ellos promulgan leyes que son injustas, un atropello y un asalto con apariencia de legalidad. Su trabajo político consiste en atemorizar a la población y eliminar a la oposición, y para ello usan el enfrentamiento racial y a los indios, collas, cambas y mestizos.
Nota (1). En 1968 Garret Hardin publicó “La tragedia de los comunes” una teoría que demuestra que todos los bienes comunes, todo aquello que no tiene dueño y que por tanto pertenece a toda la humanidad, siempre se ven perjudicados por el abuso que hacemos de ellos.
ovidioroca.wordpress.com
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