Ovidio Roca
“Nadie siembra,
para que sean otros los que cosechan”. Pukymon.
Caminando
por la senda del extractivismo.
Desde los albores del Estado Boliviano, la clase, la
casta dominante practicó el estatismo, el extractivismo y vivió de
las riquezas que les ofrecía la naturaleza: el guano, el salitre, la goma, el
estaño y el gas.
Ahora el litio es una nueva falsa promesa, pues la prosperidad y riqueza de la
nación no depende solo de los recursos que se toman del suelo, subsuelo,
montañas, bosques y ríos, sino de la capacidad humana para crear y
producir.
Los bolivianos no logramos entender que lo importante para nuestro progreso, no es solo extraer el gas, el
oro y otros minerales como el litio; sino la creación de valor con las
actividades productivas privadas: la industria, la agropecuaria, servicios diversos
y eficientes y esto en un ambiente institucional que aliente y garantice la innovación
y la
actividad productiva. Reiterando, necesitamos entender que para trabajar y
producir la gente necesita libertad, libre determinación (siempre y cuando
no afecte el mismo derecho de los demás) y seguridad jurídica para su persona y
su propiedad. Con esto se dan garantías, se genera seguridad y se estimula a
los emprendedores para que produzcan e impulsen el progreso nacional. Nadie siembra,
para que sean otros los que cosechan.
Adam Smith en su libro La Riqueza de las Naciones,
dice que en lugar de oro, plata, o tierras; es con la división del
trabajo en las nuevas industrias manufactureras y la innovación tecnológica con
lo que se aumenta la productividad y la producción, se disminuyen los precios, se
aumentan los salarios y como resultado se incrementa
la riqueza agregada nacional. Además explica que es a través de
la economía de mercado que se puede alcanzar un bienestar integral, donde cada
individuo lucha por lograr sus objetivos.
Los
riesgos del extractivismo.
“En el populismo
la riqueza se extrae hasta que se acaba; en el liberalismo la riqueza se crea y
gracias al trabajo e innovación se reproduce permanentemente”. Pukymon.
Para la empresa formal, nuestra esperanza está en el
Litio y nos pone nerviosos la noticia de que en los Estados Unidos se ha
descubierto un área volcánica que podría contener hasta 120 millones de
toneladas métricas de litio, lo que superaría en 12 veces la cantidad de que
tiene Bolivia y que hasta este nuevo descubrimiento era considerado como el
mayor yacimiento de litio del mundo.
Esta competencia por la industrialización del litio
viene de EEUU que es un país altamente desarrollado, con empresarios
innovadores, capital, tecnología y una economía privada libre y competitiva y
así puede avanzar rápidamente en este emprendimiento del litio. Se
menciona que su explotación e industrialización podría comenzar en 2026.
Preocupado dice el Lucho: Y ahora, ¿quién podrá
ayudarnos?: ¡Yo!. el Xi Jinping colorado. Evo
nos alienta, la esperanza para la actividad informal sigue vigente y está en la
coca y su industrialización. Kawsachun coca.
Gobierno del populismo cocalero, sus instituciones, inversiones y el
beneficio sin mayor costo.
“La forma de
maximizar la producción es maximizar los incentivos a la producción. Y la forma
de hacerlo como ha descubierto el mundo moderno, es a través del sistema de
propiedad privada, mercados libres y libre empresa”. Henry Hazlitt.
Para que avance un
país, se necesita de un modelo económico eficaz y una institucionalidad
eficiente. Como en todo, existen buenas y malas instituciones, como también
buenos y malos equipamientos o vehículos; pero el principal problema está en
quien los maneja. Pueden ser funcionarios elegidos en el marco de la política,
incapaces de hacer algo útil.
En su discurso, los políticos masistas en ejercicio del gobierno, se
refieren a sus grandes proyectos e inversiones; todos ellos ejecutados con los
recursos de la ciudadanía. Hablan de sus grandes obras como la Planta de urea
en el Chapare y de cientos más; de la explotación del oro, de las carreteras,
etc. Pero nunca hablan de los costos directos e indirectos en los que se
incurren y de las ganancias que se obtienen. No se menciona el Costo-Beneficio,
la sostenibilidad de la empresa y las ganancias o pérdidas para la
ciudadanía. Como esto no es de ellos, los costos no existen.
Negocios de funcionarios públicos bajo el populismo.
El Gobierno populista prevé invertir en cientos de
industrias y al respecto nos cuenta el Presidente Lucho: “Somos el gobierno del pueblo, somos el gobierno de la
industrialización, somos el gobierno que genera más oportunidades para todas y
todos. ¡Unidas y unidos rumbo al Bicentenario!”.
La burocracia política y con la plata
de los ciudadanos, juega a ser empresarios e invierte millones de dólares en nuevas
industrias y otras pilchas. Ellos no arriesgan su plata, no enfrentan riesgos,
no quiebran. Para eso está el dinero del Estado, para subsidiar y pagar las
deudas, pagar los sueldos de los trabajadores cuyo mérito es pertenecer al partido
de gobierno. Estos empresarios públicos, ganan siempre en las compras con
sobreprecio, de equipos, insumos y materias primas y son felices comiendo
perdices.
Cuando el capital, la plata y el
riesgo es nuestro, analizamos los Proyectos, la inversión requerida y tomamos
en cuenta los costos y beneficios. Los costos directos, en capital, mano de
obra, equipo, infraestructura y los costos indirectos como los daño al
ecosistema y al medio ambiente. Y por supuesto los beneficios para el inversor,
y eventualmente aquellos para la sociedad y el medio ambiente. Y así crece la
economía.
ovidioroca.wordpress.com
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