Ovidio Roca
“No
se puede negar las glorias del comunismo, pues este sistema sólo tuvo tres únicos
fracasos: el desayuno, el almuerzo y la cena”. Pukymon.
Del Comunismo al Populismo.
Actualmente no existe un país comunista,
el comunismo fracasó con su desastrosa y criminal experiencia en la fallida URSS.
El único país llamado de comunista es China, el mismo que practica un capitalismo
salvaje, bajo la férrea dictadura del partido único.
La cúpula del partido comunista chino, maneja la vida y economía de sus
vasallos. Los empresarios capitalistas chinos son los más ricos del mundo y con
esta expectativa, empresarios capitalistas de todos lados van a China para enriquecerse
rápidamente.
En su publicidad para atraer inversiones, el partido comunista ofrece oficialmente
los mejores atractivos y seguridad para la inversión capitalista extranjera, entre
estos: “Un país en paz, un sistema político estable, gran seguridad en la calle,
gobiernos que no tienen cambios y vaivenes en su política exterior, interior y
comercial. Una moneda estable. Obreros nada conflictivos, salarios bajos, capital
extranjero bien recibido y apreciado y sin riesgos de que lo nacionalicen. Aceptable
sanidad, colegios en inglés para los hijos de los inversionistas y viviendas
agradables para los directivos extranjeros”.
En consecuencia los Socios y Directivos de
las empresas extranjeras que van a China pueden encontrarse cómodos y con un
entorno político estable, que les garantiza tener un periodo de años tranquilos
que les permite amortizar las inversiones realizadas y acumular muy buenas
ganancias.
En esencia el PCCH ofrece a los
capitalistas extranjeros y nacionales, mano de obra barata y sumisa, dispuesta
a trabajar casi sin límites y sin huelgas ni reclamos. Como dato adicional, el
salario medio en EEUU es de 4.500 dólares al mes y en China 258. Ningún otro país
ofrece estas ventajas por lo cual los capitalistas, si quieren ganar plata no
lo duden vayan a la china comunista.
Populismo
Castrochavista
El Socialismo del Siglo XXI, promovido por
Cuba y financiado por Chávez (con el petróleo que antes extraían las empresas
privadas en Venezuela), es un caos, desorden y miseria. Una mezcla grotesca de
los peores componentes del comunismo castrista y del populismo tanto de
izquierda como de derecha y a esto se lo llama Populismo Castrochavista.
El populismo no tiene proyecto de país sino proyecto de poder, los sátrapas
populistas disfrutan manejando la economía y controlando las leyes, la propiedad
y los precios. Son los expertos de “los
precios justos” (Cuba, Venezuela, Argentina) con que engañan a la población
y con esto eliminan la producción y la oferta.
Aunque la experiencia muestra que la mejor opción de
progreso es el Capitalismo y un Estado Federal y democrático, la población está adaptada y condicionada a este
modelo populista. Una economía que solo puede seguir funcionando mientras tengan esa carta mágica, la coca
cocaína.
El
régimen populista cocalero boliviano, es el que genera la mayor violencia social
y mantiene el conflicto como su modus vivendi. Es en este ambiente de opresión en
el que sus jefes se sienten poderosos y los dueños de la vida y hacienda del ciudadano
y es por esto que viven promoviendo permanentes bloqueos, avasallamientos y
tomas de tierra y enjuiciando y aprehendiendo a las personas, pues ellos se
divierten acullicando (masticando) a sus opositores.
El
populismo cocalero de Bolivia, tienen una agenda práctica y en su discurso
proclaman demagógicamente la defensa del pueblo, la etnia, el nacionalismo, el
anticapitalismo y exigen la plena confianza en el Líder carismático, el Jefazo.
Su poder, riqueza y unidad partidaria descansa en la mama coca y los negocios
del narcotráfico.
Como Gobierno, los populistas no reconocen ni respetan al ciudadano ni a las
instituciones democráticas, más bien las debilitan y corrompen. Para debilitar
la unidad nacional han implantado una política de odio entre los ciudadanos de
distintos tipos étnicos y regiones, usan el racismo y las separaciones de clase
y esto conlleva a que la política se aleje de una cultura de diálogo, del
respeto a las instituciones y de la independencia de poderes. Con esto se
alimenta la polarización y por ende se debilitan nuestras democracias y ellos
se afirman en el poder. Divide et impera.
Bolivia tiene una sociedad con cultura y visiones
diferentes, resultado de la manera como cada grupo social se inserta en la producción,
el comercio y también por sus identidades diversas producto de su diferente
origen étnico, historia y cultura local. En consecuencia algunos Departamentos
y sus poblaciones no se sienten atraídos por el modelo Federal Democrático y
prefieren lo malo conocido, el centralismo y estatismo, pero con la mama coca.
Los pueblos y las personas viven juntos,
pero no revueltos y cada uno de ellos respetando al otro y mereciendo el mismo trato
para sí. Por tanto en nuestro camino hacia un Estado Federal democrático, en el
cual todos somos iguales ante la ley, una ley confiable y con funcionarios
probos y éticos, necesitamos educar e informar y a la población así como fortalecer
las Instituciones del país.
Una de la instituciones más importante en
este proceso, son los Partidos políticos, los que deben refundarse,
fortalecerse y actuar en función de programas viables, económica, social y
ambientalmente y no en función de personas. Deben contar con un equipo de
gobierno y liderazgos confiables y creíbles, portadores de un mensaje de
progreso y unidad nacional en la diversidad del país como se lo establece en un
Estado federal, reconociendo y usando la diversidad ecológica y social del país
como una ventaja para el desarrollo nacional.
ovidioroca.wordpress.com
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