Ovidio Roca
Como es sabido las costumbres
y luego las normas, códigos y leyes que dan vida a las instituciones del Estado,
se basan en última instancia en las costumbres y valores que imperan en la gran
mayoría de la población y que son producto de su práctica social y la
estructura económica en la que se mueven.
En Bolivia tenemos una sociedad corporativa gobernante
la que aplicando sus usos y
costumbres, su práctica social, sólo se preocupa por su sector y la
defensa de sus intereses. Esto bajo un Gobierno dirigido por una cúpula racista que usa al indígena
presidente de forma simbólica, para usufructuar del poder de forma total y
absoluta.
A este respecto y para
muchas personas, se siente como dice el presidente, una preocupante ausencia de
institucionalidad democrática. La gente por su experiencia sabe que las
instituciones no funcionan y que los llamados servidores públicos sólo están
para acosarlos y extorsionarlos, por lo que para defenderse algunas mayorías actuando
tribalmente, gremialmente, se enfrenta contra el resto: gobierno y pobladores
haciendo huelgas y bloqueos en procura de imponer sus intereses personales y de
grupo, y esto lo hacen aunque afecten negativamente al resto de la población no
organizada ni agremiada la que se siente acosada e inerme. Estos últimos son
los que han elegido la opción de ser ciudadanos de un Estado Democrático y
vivir un estado de derecho y no como tribus corporativas; preferencia difícil
de conseguir en el Estado Plurinacional cocalero.
Una cosa que si hay que
reconocer, es que el populismo cocalero tiene una política gubernamental clara
y explícita; permisiva con los amigos y represiva con los opositores: La
política de negocios y adjudicaciones la decide la cúpula, la política de la
coca y el narcotráfico la deciden los cocaleros, la política de fronteras la
deciden los contrabandistas, la política penitenciaria la deciden los reos y
ahí por delante.
En cuanto a la política,
tanto nacional como internacional, viene dictada directamente por el
castrochavismo: “En abril del 2006 me
sumé al ALBA. Algunos compañeros me decían que hay que consultar al pueblo, a
los movimientos sociales. Aquí, no hay nada que consultar, es la línea que nos
dan Fidel y Hugo”. Evo, Caracas 9 Marzo 2108.
Históricamente y buscando
seguridad y estabilidad la sociedad construye el Estado y le otorga el
monopolio de la fuerza pública; el que luego los políticos en el poder se arrogan.
Algunos sectores
corporativos que se sienten excluidos del proceso y para afirmar su presencia y
en defensa de sus intereses específicos, chantajean frecuentemente al Gobierno
y a la sociedad mediante paros y bloqueos, buscando negociar ventajas para sus
negocios y una mayor cuota de poder en el manejo del Estado.
A pesar de sus virtudes la Democracia, que es
el menos malo de los sistemas políticos, permite que un partido populista y
totalitario pueda acceder al poder con la posibilidad real de que una vez instalado
en el mismo destruya la democracia existente. Esto se dio con el masismo que fue
propiciado por el Foro de Sao
Paulo para que el sector corporativo cocalero y los sectores de la izquierda
populista tomen el gobierno y se apoderen de todo el aparato institucional
del país.
Es necesario tener presente que los populistas manejan como objetivo
revolucionario formar y capacitar Maestros y
Licenciados del sofisma, el cinismo, el doble discurso, la intriga y el
doblepensar orwelliano; por lo que se debe recordar, para no dejarse
engatusar y manipular, lo dicho por Nietzsche un controvertido pero agudo filósofo alemán: “Un político populista
divide a las personas en dos grupos: en primer lugar, los instrumentos; en
segundo, los enemigos”.
El masismo ha dividido al país usando el
racismo, el temor y la demagogia y ahora están decididos quedarse en el poder
indefinidamente y para ello están respostulando a una figura, un icono indígena
que es el instrumento, por ahora, de la cúpula populista efectivamente
gobernante.
ovidioroca.wordpress.com
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