domingo, 1 de enero de 2017

BOLIVIA ECONOMIA INFORMAL Y ESTADO BUROCRATICO

Ovidio Roca
 La única manera de enfrentar la pobreza, es generar riqueza con inteligencia, producción y empleo.
Bolivia no ha logrado construir una economía diversificada, productiva y sostenible; tiene una economía primaria basada en el gas y los minerales y esto mantiene al país en la pobreza, con un bajo nivel educacional y fuentes de empleo precarias; por lo que la gente para sobrevivir se dedica a toda clase de trabajos informales y de baja calificación, trabajos en los cuales un setenta y cinco por ciento de la población encuentra su supervivencia.
Este atraso económico, cultural y tecnológico, podría explicarse por varias razones, entre ellas por el enclaustramiento y  lejanía de las costas marítimas por las que circulan las corrientes modernizantes del comercio mundial, de las ideas, de la tecnología; pero sobre todo por su persistencia en mantener en lo económico el extractivismo y en lo ideológico la mitología socialista, estatista y populista.
Estudios realizados por entidades internacionales muestran que en Bolivia el 87% de los emprendedores son comerciantes y el 80% de estos tiene formación solo hasta el ciclo primario, un 9% formación universitaria y apenas el 1,5% tiene estudios de postgrado. Igualmente sólo el 0,9% incorpora nueva tecnología y el 0,87% es innovador, aspectos estos que son vitales para los nuevos emprendimientos.
Bolivia tiene una  mayoritaria población campesina de origen indígena y con bajísimo nivel educativo; población que por los impactos climáticos sobre la actividad agropecuaria y la atracción que ejercen las ciudades abandonan el campo. Estos migrantes de la pobreza cuando llegan a las ciudades en procura de alguna forma de subsistencia, no se adecuan al ambiente institucional, chocan culturalmente contra la formalidad jurídica y económica que infructuosamente quieren imponer algunas Gobernaciones y Municipios, instituciones que les son ajenas e incluso hostiles y por tanto se organizan para resistir por la fuerza, pues no creen en la institucionalidad ni las leyes.
Como vemos estamos lejos de estar calificados para ingresar a la economía del conocimiento, que es la que predomina hoy en día y ni los Colegios, Universidades, ni el Estado hacen esfuerzos para reorientar y adecuar a las nuevas realidades el sistema educacional.

La población se incorpora a la economía informal porque no tienen otra opción; ellos buscan sobrevivir y necesitan trabajos, actividades que le permitan ganarse el sustento y la informalidad es su única opción, pues para ejercerla no hay exigencias en materia de educación, de calificaciones, de tecnología y ni de capital.
La informalidad es producto del modelo de Estado que impera en el país; que crea un ambiente de inseguridad jurídica, mantiene un constante ataque a la empresa privada formal y aleja la inversión, con lo que no se genera empleos y no deja otra opción para sobrevivir, que la informalidad.
El gobierno del MAS con su proceso de cambio enfatiza la estatización de la economía, lo que condujo a la proliferación empresas estatales, la burocracia, la ineficiencia, la corrupción y quiebra de las mismas; las que para evitar su cierre reciben subsidio estatal y esto será así hasta donde el gas aguante.
Para complicar más las cosas, el Gobierno ataca y penaliza la actividad privada productiva con impuestos, leyes, inseguridad jurídica, así como apreciando el valor del peso boliviano, con lo que las empresas no pueden exportar, pues con un cambio nominal apreciado los productos que importamos son más baratos y los nuestros cuestan más caros en el exterior
Las inversiones estales están más motivadas por conseguir comisiones de las empresas adjudicatarias (modelo Lavajato) y en este camino promueven los grandes “antiproyectos”, en los cuales la burocracia estatal encuentra sus ganancias en los sobreprecios y comisiones y no en la operación. Un ejemplo entre otros muchos, es la planta amoniaco urea de inversión tan grande y absurda que el mejor negocio  sería cerrar la planta y no producir, que hacerlo para perder mucho MAS y por muchos años MAS. 
La actividad informal realiza emprendimientos de al menos dos tipos: la delincuencial, narcotráfico y contrabando y la creativa; de pequeños talleres artesanales, pequeñas empresas y canales de comercio a la criolla, de bajo costo y alta competitividad, ferias, pulperías y ventas. El Gobierno para mantener contenta a la población, les permite realizar sus negocios ilegales, siempre que lo apoyen.
En resumen el Estado burocrático que prevalece en Bolivia se constituye en un freno al progreso y al trabajo de los emprendedores bolivianos, que son el bajo desarrollo científico tecnológico. La pregunta por tanto es; cómo pasar de la actividad informal de la que vive la mayoría de la población a otra forma de organización y economía, más sostenible y productiva.
Para superar estas perspectivas se hace necesario impulsar una nueva economía, un tipo diferente de consumo otras formas de trabajo además de la industria tradicional, impulsados por las nuevas tecnologías, la creatividad, la innovación y la libertad de trabajo.
La Escuela de Economía de Londres señala que la cuarta Revolución Industrial (robotización) en los próximos 20 años será responsable de 40% de la producción mundial, lo que implica masivas pérdidas de puestos de trabajo. Por tanto es urgente dar vuelta a la receta que se está aplicando; se necesita cambiar el actual Estado caudillista, dirigista e interventor, por uno que construya un ambiente adecuado para la inversión y la innovación.
Un Estado que otorga seguridad jurídica y crea un ambiente de certidumbre para la innovación, las inversiones, empresas sostenibles, producción y desarrollo y por ende mejorar el nivel de vida de la población y que no dude en aplicar sanciones ejemplarizadoras para frenar la desbocada corrupción y el narcotráfico.
Un Estado que promueva el trabajo coordinado entre los actores económicos y sociales y estimule los negocios y emprendimientos sustentables, con rentabilidad e impacto positivo medioambiental y social; una alianza entre la empresa privada, los trabajadores, el Gobierno y el sector académico para consolidar ecosistemas de apoyo a los emprendedores.
 Cambiar hacia un Estado mínimo y eficiente y esto implica: reducir la normatividad a lo estrictamente necesario para una buena convivencia ciudadana, disminuir la burocracia, los Ministerios y las oficinas públicas, reducir paulatinamente entre otras instituciones, el ejército, pues no vamos a iniciar ninguna guerra internacional.
Un ejemplo a considerar es el de Costa Rica donde el 1 de Diciembre de 1948, José Figueres, decretó la abolición del Ejército. Desde esos años, los cuarteles militares se convirtieron en centros educativos y ahora es el país más desarrollado, estable y seguro de Centroamérica. A su vez se dedicaron a potenciar la educación y a profesionalizar y fortalecer la policía.
La meta es avanzar hacia un Estado descentralizado, aplicando el principio de subsidiaridad, de descentralización y conformar un  Estado Democrático Federal.

ovidioroca.wordpress.com

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