Ovidio Roca
Nota precautoria: Relato
apócrifo que compila fuentes del Cartel de la Mentira y de Confidencias, por lo
que cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia o está en proceso
de cambio.
Los consultores y activistas,
movilizados y financiados por el Foro de Sao Pablo y los Castrochavistas para
la toma del poder en Bolivia, encuentran en un dirigente cocalero el icono
ideal para fisonomizar este proceso político de cariz populista e indigenista,
que inventaron para la toma del país.
El eslogan con que promueven
y encumbra al dirigente cocalero es: “Evo soy yo”. Es la imagen de un dirigente
campesino que se muestra ante el pueblo en irrestricto disfrute del poder y haciendo
y diciendo lo que una gran mayoría de la población quisiera hacer y decir, por
lo que rápidamente se identifican con él.
El líder indígena cumple
exitosamente su rol de figura emblemática del régimen y disfruta de hacer lo
que le da la gana, sin que le importe nada ni nadie; como comprarse el avión más
caro, irse a jugar futbol al Chapare, luego a Venezuela, Cuba o Irán; tener
todas y cuantas chocas teñidas le apetezcan; insultar a quien envidia y odia,
especialmente a los gringos imperialistas y apoyar a quienes estos hijos de la
chingada detestan. De paso y para beneplácito de sus paisanos promueve y
protege el cultivo de la coca y viabiliza su comercio para la blanca.
El “proceso de cambio” se
fabrica cambiando los paradigmas basados en la institucionalidad, la eficiencia
y la democracia y se lo conduce hacia el reino mágico del País de las
maravillas, de los cuentos y los comics.
El caudillo gracias a su innata habilidad se convierte en un ídolo para las
masas, las que verdaderamente lo idolatran y no interesadamente como los
llunk’us. Una chasky, chaska ñawi, me
comentaba el otro día; él no sabía, no conocía
del problema del agua en La Paz, pero cuando se entera; “Super Evitoy toma su Evomovil y sale a buscar lagunas vírgenes
para abastecer de agua a Chuquiago marka y a su paso por El Alto practica la
danza de la lluvia para llenar las represas y logra una inundación”.
Cuando pasa por el
aeropuerto, coge el Evojet y se va pa Cuba para honrar a su protector y charlar
con el “pana” Maduro y los otros deudos. Esa es la estresante vida de nuestro
líder.
El disfruta de todo lo
que hace y dice, pero especialmente de su corte de llunk'us blancoides que le
lamen todo y a quienes desprecia, y se siente muy feliz cuando barren el suelo
que pisa, recogen su basura y le rinden pleitesía. Estos llunk'us saben
que solo a su sombra pueden medrar y por eso trabajan para mantenerlo en el
poder y así también ellos disfrutan de su miserable cuota.
El proceso de cambio da
para todo: se promueve a los Licenciados truchos y a los analfabetos; se pagan y cosechan doctorados
"cum fraude", concedidos por falsarios académicos. También se premias
las maestrías de los burócratas, que inventan proyectos para generar
millonarias comisiones y producen agujeros negros de impagables deudas públicas;
para los que eventualmente vengan después.
Estos revolucionarios,
al igual antes muchos otros, llegaron hambrientos de poder y riqueza, se
alocaron y usando el trabajo que anteriormente pusieron unos y los precios que
elevaron otros, se mostraron al mundo como una triste parodia de ricos,
viajando en vuelos chárter a cualquier lugar del mundo y construyendo a precios
súper inflados, teleféricos, palacios, palacetes con muebles importados y
alfombras persas. Se hicieron sus propios museos y estatuas familiares y en los
pueblitos perdidos de los andes sembraron canchitas de pasto sintético, las que
están quemándose al sol al igual que los esmirriados cultivos, sin agua y con
sed.
Muchos militantes del proceso cumplieron
su sueño, otros quedaron en el camino o en la cárcel, sacrificados por la causa
y ahora por los vientos que corren, al parecer les toca irse a todos, con pena y sin gloria.
Si la gente fuera
sensata, quisiera e hiciera que estos nuestros populistas se fueran para
siempre; pero esto es pedir peras al olmo o agua a los cerros, pues nuestros
pueblos son masoquistas, estatistas y firmes creyentes en los gobiernos
mesiánicos. En argentina repiten el gobierno peronista cada vez que pueden pues
aman a Evita y Cristina; en Cuba ya están cerca de los sesenta años de disfrutar
del Castrismo y lo harán por muchos años mas según vemos por las interminables colas de
adoración a los restos del líder. Venezuela y Bolivia pretenden seguir el
ejemplo, hasta que el hambre, la sed y la yesquera generalizada los tumbe, o
decidan por su cuenta irse para algún paraíso burgues a disfrutar de su riqueza.
ovidioroca.wordpress.com
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