OCLOCRACIA PLURINACIONAL
Ovidio Roca
Cuando eventualmente nos
visitan amigos provenientes de países de tradición democrática, comentan sobre
nuestra absoluta indiferencia con la anomia nacional; de nuestra indiferencia
ante la anarquía cotidiana y las bárbaras movilizaciones de los grupos de
interés sectorial o gremial, que pretenden
por la fuerza obtener: un subsidio, un bono, o no quiere pagar impuestos, o pide
ser excluido de cumplir las normas generales y la ley.
Estos son grupos que al
parecer no tienen oficio, pues están inmediatamente disponibles para organizarse
y bloquear las calles, las carreteras, tomar oficinas públicas o privadas, cortar el suministro de servicios y productos;
cualquier cosa que incomode a la población y desafíe la autoridad. Esta es la práctica
cotidiana y no se nos ocurre pensar que una mejor forma de lograr soluciones es
siguiendo los procedimientos legales.
Este comportamiento que cualquiera
consideraría irracional, es producto de la experiencia generalizada de la
población sobre la mala calidad de las instituciones y la poca o ninguna idoneidad
y probidad de los funcionarios públicos. Como resultado de esta vivencia casi
nadie cree en las normas y por lo tanto no las considera, ni las acata. A esto
hay que añadir la cultura estatista y populista de la población, que cree que
el trabajo del Estado es intervenir en los mercados de bienes y servicios
(menos en los de su gremio), invertir en proyectos de cualquier tipo, ampliar
la burocracia estatal y dar subsidios a las empresas y personas.
El modelo populista,
llamado de Socialista Comunitario, que se ha instaurado en el país; encaja
perfectamente sobre esta matriz ideológica y cultural y como resultado de su
aplicación, una parte de la ciudadanía vive prisionera del temor, la anarquía y
el bloqueo. Por su parte el Presidente Plurinacional y sus adláteres usan este
temor con mucha habilidad y permanentemente sentencian al pueblo, afirmando que
un Presidente que no sea Evo, no garantiza la estabilidad social, política y
económica del país, pues los movimientos sociales no lo permitirán.
Estos movimientos
sociales tienen su respectiva cuota de poder en el Gobierno Nacional. Si bien
en su composición son heterogéneos, juntos poseen una gran y amplia capacidad
de movilización y se especializan en concentraciones, bloqueos y marchas de
apoyo y en época electoral, es decir todo el tiempo, se convierten en una
máquina impresionante para la reproducción del poder. Como consecuencia la
población es prisionera y está a merced de los "movimientos sociales”,
vale decir de la oclocracia.
Etimológicamente la democracia es
el gobierno del pueblo, quien con su voluntad general
legitima al poder estatal. Una degeneración de la democracia es la
oclocracia, vale decir el gobierno de la muchedumbre; estos movimientos
sociales, masa o gentío, que a la hora de abordar asuntos políticos, es
decir aquellos que atingen a la ciudadanía, presenta una voluntad viciada, confusa o
irracional, por lo que carece de capacidad de autogobierno y por ende no reúne
los requisitos necesarios para ser considerada como “pueblo”. Como estos grupos
corporativos priorizan más sus intereses propios, existen permanentes roces con
el Gobierno.
Por delante, en el país y en el mundo tenemos tremendos
desafíos como consecuencia de la especulación financiera
internacional, la corrupción desmedida y especialmente en el aparato del Estado,
la crisis energética, la crisis ambiental y las guerras religiosas, y la única forma
capaz de enfrentar estos desafíos es con una sociedad organizada de hombres
libres y responsables, con ética y tecnología.
Si realmente queremos una sociedad viable y proyectarnos
a un futuro mejor; necesitamos cambiar de mentalidad y entre todos construir
las bases de un País más civilizado, más ilustrado, más próspero, más pacífico
y respetuoso con los derechos y las libertades individuales y esto se realiza trabajando,
educando y educándonos, en cada hogar, cada Municipio, cada Departamento del País.
ovidioroca.wordpress.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario