miércoles, 3 de diciembre de 2014

EL DISCURSO Y EL MENSAJE

EL DISCURSO Y EL MENSAJE
Ovidio Roca
Nuevamente en campaña electoral, pues los populistas una vez en el poder consideran que democracia son elecciones truchas y pare de contar. Libertades, derechos civiles y políticos, separación y equilibrio de poderes, gestión eficiente, son pendejadas.
Una campaña electoral que se realiza bajo el nuevo paradigma comunicativo; como nos lo explica Pablo Iglesias, el exitoso populista español: “El 95% de un liderazgo es un dispositivo audiovisual”.
Por eso el discurso populista se caracteriza por su abstracción y su contenido emocional cargado de imágenes; esto porque se trata de un plan comunicacional y de ninguna manera una propuesta objetiva de gobierno; con lo que su poder de convencimiento es mucho mayor.
Los populistas en Bolivia posicionaron un icono indígena, el mismo que en su discurso expresa el sentimiento de revancha, las promesas de bienestar a manos del Estado y los consabidos epítetos para invalidar y satanizar a sus adversarios. Luego en el gobierno impusieron un proyecto que gira alrededor del caudillismo, intervencionismo y estatismo. 
Como Estado Pluri Multi que se respeta, en cada región del país el discurso de los actores políticos expresa a su manera, el modelo del Estado que pretenden y que tiene que ver con la manera como cada uno de ellos se relaciona y percibe la vida y el ejercicio del poder. Esta percepción está fuertemente vinculado con su práctica social, sus costumbres, modo de vida y conocimientos de su grupo social.
En Bolivia los actuales dirigentes oficialistas vienen principalmente de dos vertientes: del campo indígena y sindical y de los progres criollos. El diseño de la receta comunicacional y de poder estuvo a cargo de las ONG europeas; la petrochequera de Venezuela; la inteligencia Cubana a modo de la Stasi y el Club Foro de Sao Pablo. En este diseño se usó eficazmente el indigenismo y el estigma de la discriminación para consolidar su poder, y con ello lograron posicionar exitosamente el icono Evo, que expresa el ascenso social de los grupos indígenas y sindicales.
Es importante mencionar que el Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPS) una fundación española progre radicada en Valencia, fue el que elaboro las reformas constitucionales de Venezuela, Bolivia y Ecuador, además de prestarles permanente asesoría; cobrando por supuesto de la petrochequera venezolana. Pablo Iglesias el exitoso populista español de PODEMOS, es un connotado miembro del CEPS.
Evo, inicialmente descubierto y malcriado por Filipo, repite luego el discurso preparado por estos asesores, bajo monitoreo del Vicepresidente. Pero cuando Evo improvisa, salta su verdadero ser, el del dirigente sindical, y como ya está posicionado el Icono, se pueden aceptar ciertas licencias que expresan el sentir del caudillo y le dan el sabor criollo.
Si revisamos cualquier día la prensa, podemos ver como el sindicalista Evo expresa con claridad su percepción de los que es la democracia y las leyes, y este es un mensaje reiterativo. Revisemos algo que apareció en estos días:
"Es importante la parte legal, es importante la parte técnica pero cuando estamos sometidos a una legalidad estarías con las manos amarradas, de verdad yo pequeños y medianos proyectos le meto aunque sea ilegal, después los legalistas que legalicen, sólo esté seguro que no están robando, métalo compañero Carlos (Villegas) por qué hay que tener miedo, hay que cerrar la inversión y así”. Evo.
"Nuestro vicepresidente dice que ahora ya no deciden los “Chicago boys”, sino los “Chuquiago boys”. Yo digo: ahora aquí ya no mandan los gringos, aquí mandan los indios. Es la verdad, nosotros decidimos políticas económicas con nuestros profesionales". Evo 
De lo anterior podemos colegir los inconvenientes con los que se enfrentan los partidos liberales y democráticos, cuando buscan hacer discursos y propuestas de cambio hacia una sociedad plural y democrática, construida con responsabilidad, trabajo, horizonte de futuro; pues para estas pendejadas programáticas no hay mercado popular y emocional. Y esto yo lo hemos leído en las calles con eslóganes como: “no queremos realidades, queremos promesas”, y estas promesas deben se mágicas, en un mundo donde el Líder toma las decisiones, nos alimenta y además (mientras no nos metamos en política) nos permite nuestras peculiares licencias: contrabando, coca, chuteros y tucuimas.
Necesitamos un nuevo discurso y este debe estar en manos de los jóvenes, esos jóvenes, que como refería José Ingenieros, “son quienes no tienen complicidad con el pasado”. Jóvenes libres de ataduras para convencerse y convencer de la necesidad de trabajar y construir un país con futuro.
ovidioroca.wordpress.com






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