EL CONTROL DE CAMBIOS Y EL PROCESO DE CAMBIO
Ovidio Roca
Nuestros políticos e ideólogos populistas, tienen sus
recetas económicas típicas e inamovibles y con ellas preparan los mismos menús,
que producen indigestiones, severos cólicos y aun la muerte. Lo inexplicable es
que los ciudadanos las aceptan; una de estas malas recetas bolivarianas, es “control
de cambios con salsa picante”.
Siguiendo esta receta, en Venezuela ya tienen tres
tipos de cambio oficiales y uno paralelo; en la Argentina K, el cambio paralelo
no es negro sino blue y se dice en esferas oficiales, que están llegando a
Bolivia espías para copiar su modelo económico de cambio cocalero.
Es característico de los políticos bolivarianos, su obsesión
revolucionaria por controlarlo todo, con lo que terminan destruyendo tanto el
aparato digestivo y productivo del país, como el régimen financiero; afectando con
esto la economía y especialmente la de los más pobres. Cuando toman el poder,
pretenden que es para siempre e insisten en mandar y decidir sobre todo y sobre
todos: sobre qué comer, qué producir, a qué precio vender, controlan las
exportaciones y sobre todo la vida y la libertad de las personas.
Son autócratas que creen tener más capacidad e
inteligencia para orientar el rumbo de la economía, que las miles y miles de
personas, que con sus decisiones de compra expresan sus prioridades y señalan
la adecuada orientación a la producción.
Mencionaba que una de las obsesiones de estos políticos
dirigistas, es el control de cambios de las divisas. Se olvidan del proceso
natural de la oferta y demanda y en su lugar aplican sus peculiares reglamentaciones
para su compra y venta; aplican también algunas
variantes, como el régimen de cambios múltiples, tipos preferenciales más
favorables, para determinadas importaciones y salidas de capital. Este mecanismo
lo usan no sólo en función de objetivos cambiarios o de balanza de pagos, sino
como instrumento de política económica y enriquecimiento personal.
Venezuela lleva ya once años de este tejemaneje
cambiario y con esto, además de haber creado una clase boliburguesa
multimillonaria, han logrado liquidar la producción nacional agropecuaria e
industrial y esto gracias a la competencia de las importaciones a tasa de
cambio sobrevaluada. Esta situación se ha podido mantener así y por varios años,
porque Venezuela es el país que tiene las reservas de petróleo más grandes del
mundo y recibe diariamente del imperialismo norteamericano y chino, millones de
dólares por su exportaciones petroleras.
El modelo funciona muy bien para los miembros y
socios del club chavista quienes reciben los dólares y hacen las importaciones
con millonarios sobreprecios; parte de los productos van a las tiendas del Estado
y el resto al mercado negro. Como consecuencia la actividad productiva
agropecuaria e industrial nacional se desincentiva y desaparece y el pueblo
sufre por el desabastecimiento.
En Argentina llevan también algunos años cocinando
el control cambiario y como resultado el precio del dólar en el mercado oficial
está muy por encima, de cuando comenzaron con los controles. Este control o cepo
cambiario, trajo de postre a la economía argentina; el mercado paralelo,
incremento de la inflación, reducción de las exportaciones y trabas crecientes a
las importaciones.
Esta paranoia ya la vivimos en Bolivia, con el
gobierno izquierdista de la UDP, cuando de manos de genios de la economía populista
y dirigista, conseguimos una inflación record de veinte mil por ciento anual y el
más desastroso desorden y desabastecimiento. El país sobrevivió apenas y gracias
al suministro de dólares del narcotráfico y la eficiencia mercantilista del
pueblo, que contrabandeaba de todo y trayéndolo de todas partes. Choqehuanca decía
hace poco: “Pero poco a poco la comunidad internacional tiene que entender que
cuando estamos hablando de la coca, estamos hablando del Banco de la vida”.
En esa época de histeria revolucionaria e inflacionaria,
mucha gente se enriqueció; los que debían en bolivianos, pagaban con centavos y
muchos banqueros y ejecutivos de bancos se hicieron multimillonarias, manejando
y dándose créditos en bolivianos e hicieron
lo propio con el control de la venta de
divisas; algunos también blanqueando los dólares del narcotráfico.
La situación podía haber seguido en ese ritmo, dentro de una total anarquía e
incertidumbre, pues las crisis no tienen fondo; pero se dio una coyuntura favorable
y el pueblo, en el año 1985, eligió un Estadista quien asumió la responsabilidad de
gobernar, y sin pensar en las próximas elecciones aplico una política
antipopular (para los populistas), de libertad de mercado y de regimen
cambiario, con lo que incentivo la inversión, el trabajo y la producción y dio
al país un largo periodo de estabilidad y prosperidad.
En cuanto al control de cambios; en Bolivia a
diferencia de otros países es difícil aplicarlo de manera integral y efectiva, por
la gran economía informal existente y porque se tiene una fuente alternativa de
divisas a las del Banco Central y esta es el narcotráfico y el Banco de la vida
(*), que financia los negocios de la informalidad y el blanqueo de capitales.
Por tanto el control cambiario se circunscribe al ámbito de las empresas
formales y se lo ejerce aplicando fuertes impuestos a las transacciones financieras
y un alto spread en la compra venta de divisas; que por supuesto el mercado
informal, poco más del setenta por ciento de la economía, ignora y evade.
Este modelo económico facilita a una gran masa de
población, hacer su negocio de la informalidad y del despojo de las arcas del
Estado, por lo que necesitan mantenerlo pese a ser insostenible ética y
económicamente. La buena noticia para los ciudadanos que creen en la honradez,
la justicia y el respeto a los demás; es que está creciendo rápidamente un frente
amplio, la Concertación Unidad Demócrata, que podrá cambiar este socialismo
corporativo, con coca y persecución; por una democracia liberal con trabajo
digno, pan y libertad.
Notas:
(*) Según fuentes generalmente bien informadas, el
ingreso anual de dólares por los negocios de la droga en Bolivia, supera los
cuatro mil millones de dólares.
ovidioroca.wordpress.com
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