DE LAS IDEAS Y EL COMPORTAMIENTO SOCIOECONÓMICO
Ovidio Roca
Es aceptado que las personas transmiten y expresan ideas
que son reflejo del entorno económico y social en el que están inmersos; un
proceso cultural que se desarrolla en un entorno que abarca tanto al emisor del
mensaje cultural, al medio transmisor y el receptor individual o
social.
En este proceso el hombre no es un sujeto pasivo, ni
totalmente condicionado por su medio, sino un constructor de sí mismo y que
puede ser un participe consciente en el proceso de transformación de la
sociedad, por lo que podemos afirmar que la cultura y el desarrollo intelectual
son decisivos en la lucha de las ideas, y que del resultado de esta batalla
depende el destino económico y social de la región y del país.
Revisando el entorno histórico y formador de ideas durante
la segunda mitad del Siglo XX, podemos aproximarnos a una posible explicación
de la formación del pensamiento político en el oriente boliviano de esa época.
La segunda mitad del siglo anterior fue signada por
el pensamiento del nacionalismo revolucionario del MNR. Este partido surge
después de la Guerra del Chaco (1932-1935), como un “movimiento” constituido
por varias fracciones y vertientes: marxista, trotsquista, fascista, nacionalista,
indigenista y por tanto su accionar se
mueve dependiendo de la prevalencia de cada fracción.
Muchos de los marxistas que se incorporan al proceso
de la Revolución Nacional, pensaban que el paso al comunismo no puede ser
"de golpe" que debe de haber una transición, durante la cual la
sociedad se organiza, para que sea posible el comunismo, por lo cual se proponían
concluir la fase feudal y pasar a la capitalista, como antesala del comunismo.
La explicación que se daba era que en cada etapa
histórica, las relaciones de producción entran en contradicción con el
desarrollo de las fuerzas productivas y dan paso a la siguiente etapa.
Por su parte Carlos Montenegro y luego Walter
Guevara Arze, con su Tesis de Ayopaya, perfilan la construcción de la nación
boliviana, mediante el nacionalismo revolucionario, la reforma agraria, la
integración nacional productiva y la alianza de clases.
Como anécdota histórica podemos mencionar que durante
esa época, en Cochabamba, los intelectuales marxistas pusieron su sello en el
ámbito de la cultura y la política local y nacional, con intelectuales como
Anaya, Urquidi, Arze, Guevara. Luego con el PIR como partido, influyeron en la
cultura de la elite y en el pensamiento universitario. Esta influencia dejo por
sentado para muchos, que solo los de izquierda eran cultos.
Algunos ganaderos benianos enviaban a sus hijos a
estudiar a Cochabamba, “el Paris de los benianos” como decía algún chusco; de
ahí que la oligarquía beniana asumió las ideas de la izquierda como expresión
de gente culta.
En Santa Cruz, muy pocas personas fueron a estudiar al
exterior, los demás se educaron en la Universidad local, que estaba penetrada
por las ideas fascistas de FSB. El limitado desarrollo empresarial y la
influencia fascista generaron una mentalidad conservadora que impidió a las elites
cruceñas entender las ventajas que el programa de desarrollo del oriente del
MNR, inspirado en el Plan Bohan, significaba para el desarrollo de Santa Cruz y
en consecuencia poder apropiarse del mismo. Aunque las elites conservadoras
cruceñas se oponían a las ideas del MNR, dos o tres emprendedores entendieron
las ventajas que significaba la propuesta desarrollista de la Revolución
Nacional y ellos fundaron las mayores empresas cruceñas.
En la pugna del MNR con los grupos conservadores y
falangistas cruceños, toman protagonismo no los desarrollistas, sino los grupos
más radicales como los Moronistas, que buscan el apoyo popular favoreciéndolos con
los loteamientos de las quintas periurbanas. En el transcurso se presentan
excesos y abusos contra los ciudadanos y posteriormente ocurren crímenes como
los de Terebinto, cometidos por las milicias ucureñas, fomentando así la
reacción de los grupos tradicionales y dominantes y consolidando su mentalidad
conservadora opuesta al cambio.
En la década de los 80 un amigo, empresario exitoso
y de izquierda, nos comentaba de su viaje a Trinidad y de los ganaderos de
izquierda con los que hizo amistad. Nos decía que allí para ser miembro del
partido comunista había que tener más de mil cabezas de ganado y ser "
leídos y viajados" no como los “yescas” falangistas de Santa Cruz.
El escaso desarrollo económico y el desconocimiento
de las ideas, la doctrina y la cultura liberal posibilitan que la izquierda y
el fascismo influyan mucho más sobre las mentes y emociones de las personas que
los liberales demócratas y por tanto también sobre su decisión en las urnas.
Es por tanto auspicioso que en Santa Cruz haya
surgido últimamente grupos de jóvenes intelectuales liberales y demócratas, los
que tienen por delante el reto de promover un cambio en la mentalidad, tanto
conservadora como populista, prevaleciente y dar pautas orientadoras para un
verdadero desarrollo político y económico en la región. En la contienda
democrática contra el populismo y el fascismo no hay que equivocarse: sin ideas
liberales no hay ni democracia política ni economía de mercado.
ovidioroca.wordpress.com
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