Ovidio Roca
El Castrochavismo enarbolando un discurso populista y
emocional, promete al pueblo que ellos, los verdaderos líderes y poniendo la
cara, vencerán al enemigo. Un enemigo que es caracterizado en cada país, según su
realidad social y los traumas emocionales de sus habitantes.
En Bolivia el personaje indígena creado por el
Castrochavismo, el Jefe Indio del Sur, pone su cara de indígena para captar
afinidades entre la población y bloquear al enemigo q'ara. La consigna es: “Kausachun
coca, wañuchun q'aras”.
Estos líderes populistas, luego en el poder utilizan
discrecionalmente el aparato del Estado y manejan a su arbitrio la economía y las
instituciones, prometiendo a la población darle todo lo que quieran: pegas,
servicios públicos, crédito, educación, salud, bonos y subsidios, todo a manos
llenas. Ya no habrá que preocuparse de nada, el papá Estado proveerá y todos
seremos felices comiendo perdices y así este cuento se escribió.
La gente quiere creer su cuento y los sigue ilusionados,
pues las promesas del populismo son atractivas y exigen poco esfuerzo. Poco importa
que suenen poco viables e insostenibles en el tiempo.
En cuanto a los discursos de los demócratas y
liberales, que hablan de trabajo y responsabilidad, vistos desde la perspectiva
de los trabajadores que son poco competitivos especialmente en la actual economía
globalizada, no les llama la atención.
La economía informal es mayoritaria en los países del
tercer mundo y crece permanentemente. Un aspecto relevante de esta economía
informal es que no paga impuestos y por esta razón muchos negocios prefieren
mantenerse en la informalidad y así reducir sus costos, igualmente evitan la
interferencia de la burocracia gubernamental que con ellos es hostil y cara.
En Bolivia el ochenta por ciento de la población es informal.
La Economía formal es definida como
aquella que está dentro del marco regulatorio del Estado: “Es la
persona o negocio que cumple la normativa fiscal, laboral y medioambiental,
paga impuestos, ha obtenido las necesarias licencias de trabajo y ambientales.
Se ha inscrito en los registros correspondientes y sobretodo paga impuestos al
Gobierno y por la seguridad social”.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT 2002)
en relación a la formalidad, menciona que los marcos jurídicos e
institucionales son esenciales para luchar contra la informalidad y que estas normas
rigen el trabajo, la protección social, la reglamentación de las empresas y la garantía del derecho de propiedad,
incluido el acceso al capital financiero”.
En nuestros países atrasados, llamados eufemísticamente
de países en desarrollo, el sector formal es mínimo y tiene poca capacidad de
generar fuentes de trabajo e ingreso sostenible. Esto es aún peor en el actual contexto
de la pandemia corona vírica y la guerra putinesca.
En Bolivia el sector terciario e informal de la
economía se ha venido incrementando exponencialmente a partir del año 1985, cuando
cae el precio de su principal producto de exportación el estaño. Las minas se cerraron
y se produjo un masivo desempleo por lo que la mayoría de los trabajadores y
sus familias salen de los centros mineros y van a poblar la ciudad de El Alto
en La Paz y migran a otros Departamentos como Santa Cruz, Cochabamba y el
Chapare.
Es importante diferenciar la economía informal, de la
ilegal:
Se llama Economía informal, las actividades económicas que buscan fines lícitos,
pero opera al margen de las normativas vigentes. Estos trabajadores son los
comerciantes minoristas, artesanos, técnicos, vendedores y agricultores.
La Economía ilegal, son las actividades económicas que
utilizan medios ilícitos para la obtención de fines también ilícitos. Estos son
los contrabandistas, narcotraficantes y funcionarios corruptos.
Los Organismos Internacionales y los políticos,
especialmente del primer mundo, se quejan de la “informalidad,” y prometen
programas, incentivos y la fuerza para “formalizar” la actividad comercial
privada. Pero esto es algo que jamás se ha visto que funcione y seguramente no
funcionará.
Hay que entender que la informalidad es la respuesta productiva
del pueblo para sobrevivir, y que combatirla sin ofrecer alternativas sería
erróneo, porque al eliminarla se le quita el trabajo al pueblo en actividades lícitas
que ellos pueden manejar y que les permite seguir adelante.
Si le arrebatan a la gente esta posibilidad de ganarse la vida, se le abre el
camino a los Partidos políticos populistas, los que demagógicamente ofrecen soslayar
la informalidad y la ilegalidad, no solo del contrabando, sino de la coca y el
narcotráfico.
En consecuencia lo que habría que hacer, es promover el trabajo productivo,
ofreciendo capacitación y alternativas viables para que el pueblo desarrolle su
instinto comercial y produzca y venda al mundo entero y sin restricción gubernamental
todo aquello que produzcan en un marco lícito.
Se menciona que el crecimiento de la economía informal
se debe a las actuales políticas macroeconómicas y sociales, las que han
mostrado ser inadecuadas, ineficaces, mal aplicadas y han sido desarrolladas
sin consultas tripartitas. Por otra parte que la Institucionalidad se ha
deteriorado y corrompido, por lo cual el pueblo no le tiene la menor confianza.
Esto significa, que necesitamos fortalecer las
instituciones, ajustar el marco regulatorio a las necesidades de una masa de
trabajadores y empresarios que tienen problemas de competitividad en la actual
economía globalizada y tecnológica.
Y luego viene lo difícil, pasar más allá del tradicional diagnóstico de la enfermedad,
a la cura y con una propuesta práctica y viable.
ovidioroca.wordpress.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario