Ovidio Roca
“Para mis amigos
todo, para mis enemigos la ley”. Pukimon.
Así como tenemos
derechos, tenemos deberes. Las personas además de derechos individuales, tienen
deberes para con la sociedad y es el cumplimiento de estos deberes lo que hacen
viable el ejercicio de sus derechos.
El dilema es que en general no queremos asumir
nuestras responsabilidades, ni personales ni ciudadanas; queremos que otro se
haga cargo de nuestros problemas y así delegamos nuestras obligaciones y
nuestro destino. Esto permite que los políticos cuando asumen la administración
del Estado como servidores públicos, rápidamente tomen el absoluto control y lo
hacen para su propio y exclusivo beneficio.
En Latinoamérica y en Bolivia, una de las
instituciones menos creíble y más cuestionada por corrupta, es el Poder
Judicial. Uno de los múltiples
ejemplos icónicos de la sumisión de la Justicia al Caudillo político y del
deterioro de la institucionalidad, lo vimos tiempo atrás en la actitud del
Fiscal General del Estado Plurinacional, Juan Lanchipa, quien manifestó que: “Para continuar con la investigación por el
delito de estupro que relaciona al expresidente Evo Morales con una menor de
edad, se requiere la denuncia de la víctima”. El contexto es que la joven víctima,
está traumatizada, atemorizada y permanece escondida; la familia comercializó a
su hija y de ninguna manera va a denunciar y ni siquiera hablar del asunto,
para eso ya cobro.
Los defensores de derechos humanos socios ideológicos y cómplices del
pederasta, lo apoyaron y la ciudadanía miraba de palco.
Así nomás había sido la justicia y la moral pública y cabe preguntarnos, ¿dónde
queda nuestra responsabilidad moral y el actuar de oficio en la emergencia?.
El sentido común y de
verdadera justicia nos dice: “Las
leyes pueden ser justas o injustas, pero en un régimen de libertades
democráticas y de derecho, el ciudadano y ni hablar de los jueces no solo tienen
la responsabilidad legal, sino también moral de obedecer las leyes justas y
desobedecer las leyes injustas, impuestas por el régimen autoritario”.
A nivel internacional nos encontramos con la infausta
realidad de los organismos internacionales que están cooptados por la ideología
populista y autocrática. La Asamblea de la ONU en votación secreta,
eligió como miembros del “Consejo de Derechos Humanos” a los mayores
violadores de los mismos: China, Rusia, Cuba, México, Bolivia.
Estos encargados internacionales de los derechos
humanos, algunos de ellos de países muy poderosos, son enemigos declarados de
la libertad y los derechos humanos y sólo se incorporan a estos Consejos para
defender a sus cofrades. Pukimon declaró: Son como suchas cuidando el charque.
Por nuestro futuro y el de nuestros hijos, necesitamos
retornar al verdadero sistema democrático y de derecho; donde todos somos iguales
ante la ley y donde ejercemos tanto nuestros derechos como nuestras
obligaciones en el marco de un régimen constitucional.
No se trata de letra muerta y Jueces corruptos, sino de sentido común; las
leyes más justas son aquellas que
recogen y aprenden de las enseñanzas y experiencias sociales y luego basadas en
esta jurisprudencia, se aplica una sentencia de manos y el discernimiento de
Jueces necesariamente idóneos y honestos.
Una democracia se
asienta en la confianza de la ciudadanía en las instituciones: legislativas,
judiciales, gobiernos nacionales y locales, las que deben estar bajo el
permanente escrutinio de la ciudadanía y de aquellos medios independientes, que
ejercen la función de difundir la verdad de los acontecimientos y defender la libertad
de expresión.
ovidioroca.wordpress.com
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