Ovidio Roca
Nos aconseja Buda: “Si quieres conocer el
pasado, mira el presente que es el resultado. Si quieres conocer el futuro,
mira el presente que es la causa”. Miremos el presente que es lo que podemos y debemos
cambiar, si queremos mejorar.
La nueva estrategia de poder populista y comunista, superada
ya la etapa guerrillera, se aprovecha del sistema electoral de los regímenes democráticos y se concentra en el manejo y manipulación ideológica de la población y para
ello utilizan al menos cuatro elementos tácticos: El Discurso, El Caudillo, el
Pueblo y el Estado.
El Discurso, tiene como objetivo ilusionar y manipular a la población.
Este gira alrededor de la defensa de los intereses y aspiraciones del
pueblo y con una proclama demagógica que se caracteriza por su
antiimperialismo, caudillismo, racismo, indigenismo, clientelismo y estatismo. La técnica del discurso se basa
en la “repetición creativa” de Goebbels, el que sabía de su oficio y decía: “una mentira mil veces repetida se transforma
en verdad”.
El Caudillo, el líder carismático, el Jefazo;
encumbrado y cobijado por los Catrochavistas y apoyado con unos ayucos tuiteros;
es el portador del discurso y el componente fundamental que vincula el partido
y las masas. En el caso boliviano necesita tener cara de indígena, aunque no lo
sea.
El Pueblo, es la masa a ilusionar y movilizar para que vote en las urnas y conseguir
el triunfo de Caudillo.
El Estado, es un instrumento estatista que se utiliza como fuerza productiva,
coercitiva y de ingresos económicos para los jefes populistas y fuente de
empleos públicos para complacer a los militantes fieles.
Con estos componentes se prepara el ch’enko ideológico
populista. Si quisiéramos saber qué es esto que nos están ofreciendo y sus
efectos sobre nuestra vida y economía, es mucho más práctico e inteligente mirar
lo que les ocurrió a los ciudadanos de la vecindad: Venezuela, Cuba y Nicaragua
cuando allí lo aplicaron y así nos evitarnos la tragedia. Pero lamentablemente,
casi nadie aprende por experiencia ajena.
Pese a las experiencias nefastas del populismo en
todos lados donde se aplicó, existe una extraña fascinación por su discurso. Es
el Síndrome de Estocolmo con el secuestrador y son las diversas motivaciones
freudianas y crematísticas, que hacen que los opositores al masismo lo amen subconscientemente
y se odian entre ellos.
Esto es algo que vemos permanentemente y especialmente
ahora, cuando se dieron a conocer los resultados de las encuestas electorales mostrando
la preferencia por el cocalero y entre estos estalló, el encono, la furia y se
profundizaron las rivalidades. Entre tanto los masistas, como siempre celebran
y los miran de Palco.
Para gobernar un país, no se necesita de un líder iluminado,
sino alguien sensato y capaz de armar y coordinar un buen equipo de gente
experta e idónea en cada área de gobierno y con una reputación y moral
intachable que de confianza al pueblo. Como en todo, se necesita saber los
gajes del oficio y tener experiencia; un economista saber de economía, un
cocinero de cocinar, un albañil de construcciones. Las cosas no se arreglan con
charlas y discursos, sino haciendo. Decían los campesinos cambas: “en la arena y con la lengua y un palito, se hacen
grandes chacos y potreros; luego viene cualquier ventolera y todo lo arrasa”.
Hay que elegir a los
mejores y para cada oficio; la antigua fórmula evangélica: “por sus frutos los conoceréis”, es la más
adecuada, pues hay que juzgar a la gente por lo que hizo y bien, y no por lo
que dice, aunque suene bien.
Tuto
podría ser un excelente Canciller, Mesa Ministro de Comunicación, Samuel un
buen Ministro de Economía, etc. Seguro
que en los diferentes frentes hay personas capacitadas idóneas, honestas y con la
suficiente fortaleza de carácter para ocupar los diferentes Ministerios, pero hay
que saber elegirlos y por sus méritos.
Necesitamos de una Democracia activa, con ciudadanos
comprometidos e informados y que participen en el desarrollo de programas
eficaces para hacer frente a las crisis económica, sanitaria, ambiental y al debilitamiento
de la democracia, a que nos enfrentamos. Necesitamos y urgente, un Estadista
con visión nacional, si es que hubiera alguno, o sino alguien con Sentido Común
y capacidad de armar equipo y necesariamente vacunado de Ubris. Seguro que lo
habrá en el país pero no aparece a la luz pública
La Receta y el Modelo de Economía y de Gobierno a cumplir
no hay que inventarlo, lo tenemos disponible y gratis. Está a la vista en los
países democráticos, que viven y trabajan en concordia y con bienestar.
Estos modelos necesitan luego ser desarrollados sobre las realidades ecológicas
y culturales concretas y específicas de cada país; en nuestro caso tenemos
ventajas en el campo agropecuario y debemos ampliarlas con la biotecnología y
los mismos procesos productivos; además de la industrialización e innovativas
formas de comercialización.
Volviendo al proceso electoral. Janine renuncio ayer a
su candidatura a la presidencia, percatada del flagrante peligro totalitario y
cocalero del MÁS y lo hace como madre y pensando en la familia y la comunidad.
Luego como ciudadana demócrata explica: “Lo
hago para ayudar a la victoria de los que no queremos la Dictadura” y vaticina:
“Si no nos unimos vuelve Evo Morales, la
democracia pierde, la dictadura gana”.
Nuestros dirigentes políticos ensoberbecidos e infectados
de ubris, no entienden lo que se nos viene con el triunfo del MAS y en lugar de
unirse aportando cada uno con lo que sabe y puede hacer, se enfrentan entre
ellos y se creen los poderosos e iluminados. O nos unimos o nos hundimos; una verdadera
unidad por la democracia, por un país libre de los Cárteles del narcotráfico, por
un país y una sociedad que apuesta por el trabajo digno y la libertad.
Si no lo hacemos; alisten las pilchas y el tapeque y a correr y escapar, como
nuestros hermanos venezolanos.
ovidioroca.wordpress.com
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