Ovidio Roca
En su estrategia de
sometimiento al pueblo y lograr el control absoluto de cada persona, la China
está desarrollando un mecanismo denominado “Sistema de Crédito Social” que
puntúa a los habitantes del país en base a sus acciones cotidianas. Es un
mecanismo que califica a los individuos según su comportamiento, incluida su
solvencia financiera, la actividad política y su buen o mal comportamiento, lo
que permite que obtengan descuentos en servicios públicos o préstamos o por lo
contrario se les puede prohibir usar el transporte público o que sus hijos no
puedan ingresar a las mejores escuelas; son parámetros que pueden llegar a
determinar que un juez declare que un habitante es una mala persona en base a
acciones como negarse a pagar sus deudas, mentir ante la Corte, entre otros.
Esta es una distopia que
se está extendiendo desde China a Cuba y los países populistas de Nicaragua,
Venezuela y Bolivia y cuenta con un gran apoyo tecnológico y logístico del
nuevo imperio mundial. En Venezuela el gigante chino de telecomunicaciones ZTE está
ayudando a construir un sistema que supervisa el comportamiento de los
ciudadanos a través de una nueva tarjeta de identificación llamada “el Carnet
de la Patria” que usa la misma tecnología de las “tarjetas inteligentes de
ciudadanos” del Sistema de Crédito Social chino.
El “Carnet
de la Patria”, tiene un microchip para catalogar y puntuar a la población de
acuerdo a su comportamiento y fidelidad al régimen y de esta manera dar premios
solo a quienes son leales. En el trámite para obtener el Carnet de la Patria, los
usuarios tienen que registrar sus cuentas bancarias, datos de familiares,
cuentas en redes sociales y con su código especial QR, su participación en
eventos electorales. El documento cuenta también con una billetera digital que
se articula dentro de un sistema estatal de pago electrónico y en el cual los
portadores pueden recibir distintos bonos monetarios, alimentos subsidiados
como la Bolsa de alimentos de los CLAP, servicio de salud, pasajes por parte del Estado venezolano y también para
comprar gasolina subsidiada.
Varios analistas
han informado mediante la prensa, que el Carnet de la Patria almacena y transmite
datos de sus titulares a servidores de las computadoras del Estado y que el Carnet
está vinculado a los programas sociales del gobierno, de los que depende la
mayoría de los venezolanos para sobrevivir. Asimismo se asegura que el carnet
se usa como método de control social, aplicando una política de exclusión
social, así como de coacción y la compra de votos durante las elecciones
regionales de Venezuela de 2017, las elecciones municipales de 2017 y las
elecciones presidenciales de 2018.
Según empleados del sistema de tarjetas y
capturas de pantalla de datos de usuarios revisados por Reuters, la base de
datos del gobierno almacena detalles como cumpleaños, información familiar,
empleo e ingresos, inmuebles propios, historial médico, beneficios estatales
recibidos, presencia en las redes sociales, membresía de un partido político y
si una persona votó y por quien, números de teléfono, correos electrónicos,
domicilios, participación en eventos del Partido Socialista Unido de Venezuela
(PSUV) e incluso si la persona tenía una mascota, o un amante.
En Bolivia son más prácticos
y expeditivos “para mis amigos todo, para mis enemigos la ley masista”, es la
divisa. Para los leales y los que son útiles, hay pegas públicas, negocios
conjuntos, impunidad y protección por cualquier delito y pegas diplomáticas, como
exilio dorado, para quienes cometen delitos muy evidentes y forman parte de la
hermandad cocalera. Es de norma el seguimiento de la vida y hacienda de los
opositores reales y presuntos, usando los sistemas de seguridad de patente
cubana, que permite caerle al opositor cuando es oportuno, sentando terror y negros
precedentes.
Se comenta que en Bolivia para modernizarse y seguir el modelo de
control ciudadano del imperio Chino y los regímenes castro chavistas, ya se
está empezando a ejercer el control electrónico de la vida del ciudadano, iniciándose
con la “billetera móvil” y la habilitación y registro de los celulares de las
personas que los usaran para realizar las compras del doble aguinaldo y de paso
dejando en manos del gobierno toda su información personal, de sus relaciones,
de su trabajo y economía.
Estamos comenzando a vivir lo que se conoce
como sociedad orwelliana, una sociedad distópica donde se manipula la
información y se practica la vigilancia masiva y la represión política y
social de las personas, práctica que es relatada
en la conocida novela 1984.
ovidioroca.wordpress.com
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