viernes, 28 de julio de 2017

NOTAS CULTURALES DESDE EL ESTADO PLURINACIONAL


Ovidio Roca

Espanta a cualquiera, escuchar la extraña manera como nuestros líderes populistas interpretan los asuntos de la economía y de la vida ciudadana:

Por ejemplo, la coca nuestra da cada día, no es considerada como un arbusto cuyas hojas contienen alcaloides estimulantes; ahora se constituye en el puntal de nuestra identidad cultural y social y su cultivo no es considerado como lo que es, un excelente negocio con un buen mercado y excelente precio por el subproducto nefasto que contiene, la cocaína; sino que demagógicamente se lo considera como la reivindicación de nuestra identidad, de nuestra historia, de nuestra cultura, de nuestra independencia política.

La vestimenta que nos resguarda del clima y que históricamente fue adquiriendo un carácter estético, sujeto a los cánones de la moda y del devenir artístico de cada civilización; en nuestro país y para una gran parte de nuestra población se convierte en algo sagrado, base de nuestra identidad, de nuestra historia. Muchas militantes plurinacionales consideran que su identidad está definida por un sombrero Stetson, o Borsalino, o una Pollera española del Siglo XIX y no en valores éticos, culturales y sociales.

En el ámbito político, la humanidad en su proceso histórico y civilizatorio supero los esquemas tribales y dio paso al ciudadano como miembro activo de un Estado, titular de derechos civiles y políticos y sometidos a sus leyes; por lo contrario en nuestro país, los populistas cocaleros en su discurso ideológico usan criterios tribales, vinculados con lo racial y comunitario, vale decir privilegian lo biológico sobre lo cultural.

Muchos temas administrativos como los de seguridad y control, se los maneja inventando realidades alternas. El caso de los ocho héroes epónimos secuestrados por los chilenos, es uno de ellos. Sabemos o nos lo cuentan cómo funciona el negocio fronterizo en ese árido y vasto altiplano, donde cotidianamente se generan eventos vinculados con el contrabando, narcotráfico, transporte de vehículos robados. Los actores son chilenos y bolivianos: militares, policías, aduaneros, chuteros, comunidades campesinas, contrabandistas, traficantes, etc. que hacen lo habitual: contrabando, volteo, narcotráfico. Lo que cambió en este caso de los héroes, fue que se entrometieron los políticos de ambos países, quienes usando encendidos discursos patrióticos y de soberanía, complicaron la figura buscando enardecer a sus respectivos votantes y distraer la opinión publica de los problemas económicos y de credibilidad que ambos gobiernos enfrentan.

La historia nos enseña que no hay movimientos revolucionarios sin mitos aceptados por las masas, pues el dramatismo del mito lleva al compromiso emocional y da significado a la acción política de los dirigentes: Fascismo, Nacionalsocialismo, Comunismo, Populismo se basan en esto.

Lo preocupante es, que en este tipo de escenario los líderes políticos y sociales poco se ocupan de las personas comunes y corrientes, del vivir bien, de trabajar mejor, de cuidar nuestro entorno, de comunicarnos entre nosotros, de construir un mejor futuro para todos pero sí, de enfrentarnos y avasallar al resto, usando para ello la fuerza y mal usando las instituciones públicas.

Desde hace más de un millón de años,  tiempos en que la horda humana temerosa de los monstruos de la noche se reunía alrededor de una fogata, nuestra vida ha sido regida por infinidad de cuentos y mitos. De entonces hasta ahora poco ha cambiado, antes los brujos, ahora los cuentistas de los regímenes totalitarios comunistas, fascistas y populistas, inventan historias, fabulas y mitos para tranquilizarnos, controlarnos y manipular la mente de las masas.


ovidioroca.wordpress.com

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