DE LLUVIAS Y
ELECCIONES; REFLEXIONES CAMPESTRES ESCUCHANDO LA RADIO.
Ovidio Roca
Durante la pasada
semana y por varios días estuve en el Refugio los Volcanes, un espectacular
escenario para una hermosa y exuberante naturaleza, poco intervenida y preñada
de biodiversidad.
Buscando información
para organizar mi jornada ponía la radio, procurando un informe sintético de
las lluvias y no de esos pronósticos sibilinos que a veces nos presentan;
también buscaba conocer el estado de las vías, las rutas bloqueadas y la oferta
de bloqueos para la semana a fin de programar el retorno al pueblo. Aunque poco
de esto encontraba.
Luego tendido en la
hamaca (gran invento de los indígenas de las llanuras arboladas), miraba el
pronóstico de los ambaibos (cecropia concolor), quienes
por un momento mostraban sus hojas blancas anunciando la lluvia y al rato se
arrepentían y dándoles vuelta mostraban la cara verde de tiempo seco.
Finalmente se “achulupaban” y cada hoja señalaba un propio y diferente
pronostico. Pese a los dispares pronósticos no llovió, los arroyos
están secos y no hay agua para nada; ni para el “baño alemán” de las turistas o
el “polaco” de los turistas, por lo que queda claro que en tiempos de
cambio plurinacional y climático, ya no se puede creer ni en los ambaibos.
En otro ámbito de la
noticia y mientras esperábamos los resultados electorales en el Imperio,
comentábamos que la democracia (igualdad de los ciudadanos ante la ley,
estado de derecho y monopolio legítimo de la fuerza en manos del Estado, para
garantizar el orden y la seguridad ciudadana y no para oprimirlos),
definitivamente ha perdido su autoridad legítima de salvaguarda y ejecutor de las
garantías ciudadanas.
En la actualidad la
democracia es cada vez más endeble, débil y permisiva, por lo que especialmente
en los países europeos; cualquiera (en Bolivia, solo si es socio del gobierno) hace
lo que le da la gana, denunciando presuntas discriminaciones e invocando
derechos por cualquier presunta diferencia.
A su vez el Estado
actúa con cálculo político y también con amiguismo y buenismo en vez de
justicia, y se olvida que todas las personas: masistas y opositores,
hombres y mujeres, blancos, morenos, amarillos, homosexuales, indígenas o
criollos, tienen que cumplir las leyes y solo a cuenta de ello pueden
exigir sus derechos ciudadanos.
Por principio de supervivencia y por ley, la gente quiere que se respete su persona, sus costumbres, sus creencias, su lengua, su libertad y nadie tiene derecho de invadir tu casa y tu trabajo. También desea que el país resguarde sus fronteras y controle a quiénes entran ilegalmente y exija a los inmigrantes el respeto de las leyes y la cultura del país, sin pretender más privilegios que los que tienen los nacionales. No se trata de discriminar a los inmigrantes pues finalmente todos lo somos de alguna manera, pero inmigrantes legales que llegan a trabajar, piden permiso para entrar a tu casa, no avasallan y respetan tu vida y tu cultura.
Por principio de supervivencia y por ley, la gente quiere que se respete su persona, sus costumbres, sus creencias, su lengua, su libertad y nadie tiene derecho de invadir tu casa y tu trabajo. También desea que el país resguarde sus fronteras y controle a quiénes entran ilegalmente y exija a los inmigrantes el respeto de las leyes y la cultura del país, sin pretender más privilegios que los que tienen los nacionales. No se trata de discriminar a los inmigrantes pues finalmente todos lo somos de alguna manera, pero inmigrantes legales que llegan a trabajar, piden permiso para entrar a tu casa, no avasallan y respetan tu vida y tu cultura.
El asunto es que, como poco o nada de esto se cumple, la gente tiene cada vez menos motivos
para creer en la democracia como un sistema político que otorgue seguridad, derechos,
garantías y libertades ciudadanas.
El caso Trump, es una
señal de que la gente está cansada de esa democracia permisiva y débil y está
dispuesta a elegir y hacerse guiar por un impredecible patán que les ofrezca
autoridad, orden y respeto para los dueños de casa.
Esperamos por nuestro
interés, que los norteamericanos no se hayan equivocado en su elección, aunque
su tradición de institucionalidad es una prenda de garantía ante cualquier afán
atrabiliario dumpiano.
ovidioroca.wordpress.com
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