CUENTOS DEL ABSURDO: LOS COCINEROS COMUNITARISTAS
Ovidio Roca
Poco usamos el sentido común y menos aun cuando atañe
a nuestros sentimientos y emociones. Un ejemplo típico de esto se da en el
ámbito de la política, donde pese a los innumerables ejemplos de que la receta populista
y estatista es mala y sus cocineros incompetentes para producir y hacer buena gestión
pública, muchas personas se ilusionan, les creen y los siguen.
En su práctica cotidiana la gente sabe apreciar cuándo
una comida es sana y sabrosa y cuando es una porquería, pero es totalmente inconsciente
y crédula en lo referente a las recetas y ofertas políticas. La explicación está
en que sabemos degustar, pero no razonar y nos ilusionamos fácilmente por las promesas
de los políticos.
Hay que reconocer que los socialistas y populistas (recuerden
la “agitprop” comunista) saben muy
bien cómo vender su puchero y además como nos dicen que será gratis y habrá
para todos, nos ilusionamos y no terminamos de aprender que con estas recetas
comunitaristas y socialistas del siglo veinte o veintiuno, la comida que recibimos
es dañina y terminamos enfermos o muertos de cólicos y diarreas y cautivos del
cocinero.
Hace varios años, ya pasan dos décadas; salieron del
Chapare cocalero y de algunas ONGs algunos cocineros, quienes usando recetas
del Socialismo Siglo XXI y del Comunitarismo, nos presentaron su nuevo plato: “Puchero
plurinacional”, que en realidad es el viejo puchero corporativista, condimentado
con estatismo, autoritarismo, populismo, indigenismo y xenofobia.
En búsqueda de clientela y para cautivar a los
mestizos e indígenas utilizaron el sentimiento de revancha, de desquite por la
discriminación étnica que les fue inferida por los criollos y durante años. Se les
acrecentó también la autoestima con el eslogan “el Evo es como yo”. Algunos entenderían
con esto que podemos hacer lo que nos dé la gana: tener aviones de 40 millones
de dólares para ir a jugar futbol donde sea, tener las chocas y chocos que quisiéramos
y que ningún fiscal puede cuestionarme por mis negocios de coca y contrabando y
todo sería posible mientras el Cacique o Jilakata este al mando.
Para que los ayuden a conquistar el Gobierno, los
cocineros se juntaron con los llamados movimientos sociales. Para ello hicieron
contubernios con los dirigentes, para fines de negocios y de protección mutua; buscando
así contar con masas activas y bloqueadoras para neutralizar las protestas
sociales y regionales contra su gestión y recibir su apoyo en los frecuentes
tinkus electorales.
En este restaurante plurinacional manda el Gran Jefe y
su ayuco cocinero y lo hacen verticalmente sobre una corte servil y a su
exclusivo servicio, condición de vasallaje que se extiende por todo el país. “Yo soy el único que manda en este país”,
comunicaba el presidente Morales al que fue un verdadero Defensor del Pueblo,
Rolando Villena.
En lo municipal se repite lo mismo y nuestro alcalduli
afirma: “Parezco parido para ser alcalde,
todo lo sé, estoy capacitado para liderar este grupo de gente”, y que sobre
las nalgulis??
De manera simbólica estos populistas y comunitaristas conceden
unos cuantos puestos y ponen a lavar las ollas a algunas mujeres y algunos
indígenas y campesinos; esto a fin de simular una incorporación de las masas populares
al gobierno, aunque sin darles poder
real para intervenir en las recetas y decisiones importantes de la cocina política
y la economía.
Para efectos de propaganda internacional, de cuando en
cuando se incauta algo de pichicata a los carteles de la droga y poco se ocupan
de la coca y la pasta base, que es el negocio de las bases cocaleras.
Para mantener tranquila a
la gente practican el asistencialismo con distribución de bonos, como el Bonosol
que ahora llaman Renta dignidad y para financiarlo estatizaron la propiedad de cada
uno de los bolivianos mayores de edad al año 1995. Esto quiere decir que expropiaron
nuestras acciones de las empresas capitalizadas.
Toda esta propaganda se la hacía y funcionaba en época
de vacas gordas, cuando la despensa estaba llena y se podía despilfarrar, pero
a medida que aumenta la crisis, el puchero se hace escaso y el gobierno populista
se debilita, se hace necesaria la afirmación del poder y lo hacen promoviendo y exaltando al caudillo. Su corte
de ll’unkus y amarraguatos nos dice: “Es
la luz que ilumina América” y también, si no apoyan al Evo "El sol se va esconder y la luna se va
escapar y todo será tristeza...”.
Paralelamente se potencian los organismos armados, se
refuerzan los controles políticos y endurecen las políticas coercitivas. Se aumentan
las propuestas de estatización y la apropiación de las empresas privadas y de
sus rentas y se castiga a las empresas con multas millonarias; se coartan las
libertades ciudadanas y la libre expresión y se endurece el papel punitivo de
la justicia sobre todo aquel que discrepa con el gobierno, generalizándose la
cárcel para los opositores o para cualquiera que joda.
Y colorín colorado este cuento aún no terminó, pues podemos
seguir con la receta de populismo, tiranía, miseria y corrupción o podemos
cambiarla y vivir mejor.
El futuro está por hacer y podemos construirlo juntos
y sin exclusiones, con libertad, subsidiariedad, solidaridad, absoluto respeto
al otro y al medio ambiente.
ovidioroca.wordpress.com
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