viernes, 17 de junio de 2016

CUENTOS DEL ABSURDO: LOS COCINEROS COMUNITARISTAS

CUENTOS DEL ABSURDO: LOS COCINEROS COMUNITARISTAS
Ovidio Roca
Poco usamos el sentido común y menos aun cuando atañe a nuestros sentimientos y emociones. Un ejemplo típico de esto se da en el ámbito de la política, donde pese a los innumerables ejemplos de que la receta populista y estatista es mala y sus cocineros incompetentes para producir y hacer buena gestión pública, muchas personas se ilusionan, les creen y los siguen.  
En su práctica cotidiana la gente sabe apreciar cuándo una comida es sana y sabrosa y cuando es una porquería, pero es totalmente inconsciente y crédula en lo referente a las recetas y ofertas políticas. La explicación está en que sabemos degustar, pero no razonar y nos ilusionamos fácilmente por las promesas de los políticos.
Hay que reconocer que los socialistas y populistas (recuerden la “agitprop” comunista) saben muy bien cómo vender su puchero y además como nos dicen que será gratis y habrá para todos, nos ilusionamos y no terminamos de aprender que con estas recetas comunitaristas y socialistas del siglo veinte o veintiuno, la comida que recibimos es dañina y terminamos enfermos o muertos de cólicos y diarreas y cautivos del cocinero.
Hace varios años, ya pasan dos décadas; salieron del Chapare cocalero y de algunas ONGs algunos cocineros, quienes usando recetas del Socialismo Siglo XXI y del Comunitarismo, nos presentaron su nuevo plato: “Puchero plurinacional”, que en realidad es el viejo puchero corporativista, condimentado con estatismo, autoritarismo, populismo, indigenismo  y xenofobia.
En búsqueda de clientela y para cautivar a los mestizos e indígenas utilizaron el sentimiento de revancha, de desquite por la discriminación étnica que les fue inferida por los criollos y durante años. Se les acrecentó también la autoestima con el eslogan “el Evo es como yo”. Algunos entenderían con esto que podemos hacer lo que nos dé la gana: tener aviones de 40 millones de dólares para ir a jugar futbol donde sea, tener las chocas y chocos que quisiéramos y que ningún fiscal puede cuestionarme por mis negocios de coca y contrabando y todo sería posible mientras el Cacique o Jilakata este al mando.
Para que los ayuden a conquistar el Gobierno, los cocineros se juntaron con los llamados movimientos sociales. Para ello hicieron contubernios con los dirigentes, para fines de negocios y de protección mutua; buscando así contar con masas activas y bloqueadoras para neutralizar las protestas sociales y regionales contra su gestión y recibir su apoyo en los frecuentes tinkus electorales.
En este restaurante plurinacional manda el Gran Jefe y su ayuco cocinero y lo hacen verticalmente sobre una corte servil y a su exclusivo servicio, condición de vasallaje que se extiende por todo el país. “Yo soy el único que manda en este país”, comunicaba el presidente Morales al que fue un verdadero Defensor del Pueblo, Rolando Villena.
En lo municipal se repite lo mismo y nuestro alcalduli afirma: “Parezco parido para ser alcalde, todo lo sé, estoy capacitado para liderar este grupo de gente”, y que sobre las nalgulis??
De manera simbólica estos populistas y comunitaristas conceden unos cuantos puestos y ponen a lavar las ollas a algunas mujeres y algunos indígenas y campesinos; esto a fin de simular una incorporación de las masas populares al  gobierno, aunque sin darles poder real para intervenir en las recetas y decisiones importantes de la cocina política y la economía.
Para efectos de propaganda internacional, de cuando en cuando se incauta algo de pichicata a los carteles de la droga y poco se ocupan de la coca y la pasta base, que es el negocio de las bases cocaleras.
Para mantener tranquila a la gente practican el asistencialismo con distribución de bonos, como el Bonosol que ahora llaman Renta dignidad y para financiarlo estatizaron la propiedad de cada uno de los bolivianos mayores de edad al año 1995. Esto quiere decir que expropiaron nuestras acciones de las empresas capitalizadas.
Toda esta propaganda se la hacía y funcionaba en época de vacas gordas, cuando la despensa estaba llena y se podía despilfarrar, pero a medida que aumenta la crisis, el puchero se hace escaso y el gobierno populista se debilita, se hace necesaria la afirmación del poder y lo hacen  promoviendo y exaltando al caudillo. Su corte de ll’unkus y amarraguatos nos dice: “Es la luz que ilumina América” y también, si no apoyan al Evo "El sol se va esconder y la luna se va escapar y todo será tristeza...”.
Paralelamente se potencian los organismos armados, se refuerzan los controles políticos y endurecen las políticas coercitivas. Se aumentan las propuestas de estatización y la apropiación de las empresas privadas y de sus rentas y se castiga a las empresas con multas millonarias; se coartan las libertades ciudadanas y la libre expresión y se endurece el papel punitivo de la justicia sobre todo aquel que discrepa con el gobierno, generalizándose la cárcel para los opositores o para cualquiera que joda.
Y colorín colorado este cuento aún no terminó, pues podemos seguir con la receta de populismo, tiranía, miseria y corrupción o podemos cambiarla y vivir mejor. 
El futuro está por hacer y podemos construirlo juntos y sin exclusiones, con libertad, subsidiariedad, solidaridad, absoluto respeto al otro y al medio ambiente.
ovidioroca.wordpress.com


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