HISTORIAS DE UN PROYECTO DE PAIS INCONCLUSO
Ovidio Roca
Érase una vez, en un lejano e inmenso país situado en
el centro del continente, poco poblado y encerrado entre montañas y selvas; lejos
de las costas marítimas, que es por donde transitan las ideas, el comercio, la
innovación, la industria, las mercancías. Un país y una sociedad que quedo
aislada y estancada desde su inicio en el extractivismo, la economía informal y
viviendo precariamente de los minerales y luego del gas.
Un país y un pueblo que como todos, es producto de su geografía,
su historia y economía; de sus logros y derrotas; de las huellas que otros
fueron dejando en su vida; de sus sueños y esperanzas y de las consecuencias de
las buenas y malas decisiones que fueron asumiendo.
Una sociedad que necesita conocer y preservar su
memoria histórica y aprender de ella, no olvidando que el futuro nos pertenece
a todos y que Bolivia también nos pertenece a todos.
Cada uno de los pueblos que luego constituyeron la
República de Bolivia, tuvieron una vida relativamente aislada e independiente
durante la colonia y también durante la República. El Gobierno por su vez permaneció
parapetado en la zona andina, donde están las minas y una gran concentración de
nativos domesticados por el Imperio Incaico y acostumbrados al vasallaje y la
mita.
A mediados del siglo anterior y como fruto de la
Revolución Nacional, que impulso la
apertura de vías de comunicación y la vinculación con los mercados
nacionales, se inicia la integración del país y con ello la región oriental
progresó económicamente, pero no políticamente por lo que no logro consolidarse
e influir en la construcción de un otro país, más diversificado, productivo y democrático.
En
la última década, con la toma del poder por Evo Morales, se instala un proyecto
populista llamado de Socialismo Comunitario, el que impone la cultura del ch’enko:
estatismo, corporativismo, indigenismo e informalidad y se acelera la colonización
territorial, cultural y política del oriente. Un modelo que destruye al país,
su economía y la moral de sus ciudadanos y que brinda protección a la
ignorancia, la incompetencia y la corrupción
En este sistema, los grupos de poder que manejan el Estado y sus empresas han vivido hasta ahora de las rentas del extractivismo y los buenos precios de las materias primas; a su vez la mayoría de la población sin capital ni educación y procurando una forma de supervivencia, aplica un modelo de capitalismo y libre mercado para el comercio informal, el contrabando y en las ultimas épocas, el narcotráfico.
En este sistema, los grupos de poder que manejan el Estado y sus empresas han vivido hasta ahora de las rentas del extractivismo y los buenos precios de las materias primas; a su vez la mayoría de la población sin capital ni educación y procurando una forma de supervivencia, aplica un modelo de capitalismo y libre mercado para el comercio informal, el contrabando y en las ultimas épocas, el narcotráfico.
Estas actividades informales cuentan con una actitud
permisiva-selectiva de parte del Gobierno, mientras la economía formal,
empresarial y productiva, por preconceptos ideológicos y de confrontación
política, está sujeta a un sin fin de chantajes, trabas y regulaciones. En este
ambiente se impone la dictadura corporativa y de los informales, ante
la cobardía y temor de las autoridades y la indolencia de los
vecinos, a quienes impunemente se les avasalla la tranquilidad, la propiedad y
la libertad.
Quienes manejan el poder, los castrochavistas, tienen
como icono y fachada de este “proceso de cambio” a un dirigente cocalero, quien
como producto de su experiencia y cultura sindical concibe al mundo y la
política en los mismos términos del sindicalismo: decisiones verticales,
defensa del gremio, contacto personal, activismo permanente, defensa contra
otras estructuras de poder que pretenden controlarlos o regularlos.
En este esquema, los
movimientos sociales indígenas y mestizos privilegiados por la predica indigenista
del gobierno, se encuentran en su salsa y disfrutando de mayores privilegios y
permisividad, arrasan poco a poco con las clases medias de cultura más internacional
y especialmente con los pueblos orientales, cambas y chapacos.
De esta manera, rápidamente y de forma agresiva se va imponiendo
la dictadura corporativa cocalera, la que sienta soberanía sobre los pueblos y
ciudades que van colonizando, tomado espacios y tierras a golpe de bloqueos,
manifestaciones, tomas y marchas, mediante las cuales imponen el terror y
privilegian sus intereses sobre el resto de la sociedad, la que inerme y
acobardada no atina a defenderse, menos aún ante la ausencia de autoridad legal
y coercitiva que garantice sus derechos.
Así temerosos y sin vislumbrar otras opciones ni
pensar en el futuro, muchos grupos que están sometidos al Gobierno por el miedo
y la complicidad, buscan acomodarse de cualquier forma a las circunstancias, viviendo
de los negocios con el Estado o entrando en el esquema de la economía informal
y delincuencial.
Se ha implantado el terror y una gran parte de la
población no ven que exista fortaleza en la oposición, ni en el empresariado
nacional y teme el cambio hacia la economía formal y el Estado de derecho y más
aun a las necesarias medidas de ajuste para sanear la economía que habría que
aplicar; por ende buscando subsistir prefiere agazaparse, mantenerse y ahondar
en su economía informal y ligada al narcotráfico, pues allí se siente más
competitiva y más cómoda.
La nefasta experiencia latinoamericana de los últimos
años deberá enseñarnos a no repetir las erradas políticas económicas y sociales
del Socialismo Siglo XXI, que han llevado al desastre a
Venezuela, Nicaragua, Brasil, Argentina, Ecuador, Bolivia, hecho que
ocurre en la época de los mayores precios de los productos de exportación de
estos paises, básicamente materias primas: hidrocarburos, minerales y productos
agropecuarios.
Ahora
que el ciclo populista en Latinoamérica está en vías de cerrarse con los
triunfos democráticos en Argentina y Venezuela, este nuevo entorno político y
económico de nuestras naciones vecinas puede ayudar a que la población
boliviana reaccione y busque un mejor futuro, viable y para todos, con la
expectativa que después de la oscura noche del masismo amanecerá y brillará la
libertad.
ovidioroca.wordpress.com
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