HISTORIAS DE LA HISTORIA: SOCIALISMO COMUNITARIO VERSION
PLURINACIONAL
Ovidio Roca
Los países exitosos son aquellos donde la institucionalidad
funciona y donde rige el imperio de la ley. Instituciones, que son las reglas
de juego que imperan en una sociedad y crean el ambiente para desarrollar la
capacidad de innovación, dar seguridad y alentar a la iniciativa privada,
atrayendo inversiones e impulsando el progreso sostenido del país y sus
habitantes.
La importancia del Estado de derecho y la seguridad tienen
que ver con el hecho de que a mayor riesgo e incertidumbre institucional hay
menores inversiones y por lo tanto menos desarrollo y bienestar para la
población. De ahí que las sociedades y Estados fallidos son aquellos donde
impera el populismo y la inseguridad jurídica.
A contramano de la lógica de la responsabilidad y el trabajo,
Bolivia ha optado por la senda del populismo y el socialismo comunitario, con
lo cual el Estado plurinacional está contribuyendo rápidamente a construir una sociedad
inviable, destruyendo el proyecto de la Republica boliviana.
Los dirigentes del Estado Plurinacional, para
controlar la población de raigambre indígena, utilizan el comunitarismo, una
ideología que somete a los miembros de la comunidad a las normas que se suponen propias de ese
grupo y en definitiva, permite a los dirigentes controlar las opiniones y los
comportamientos de todos los que pertenecen a la misma y así enfrentarlos
contra los otros grupos de población con una visión más cosmopolita y que el
gobierno los percibe como opositores o no manejables.
A su vez la población en general, como producto de años
de anomia y abusos de parte de muchas autoridades, ha llegado un estado de
terror y desconfianza: teme a la policía nacional, a los aduaneros, a los
policías de tránsito, a los funcionarios de la renta, los fiscales y jueces.
Siente una permanente indefensión y cree que esas autoridades están allí para
extorsionarlo y sobre todo sabe que no existe ningún mecanismo que los proteja
de sus abusos. De ahí que busca ser invisible, informal, lo más alejado que
puede del Estado. Para defenderse, se organiza en sindicatos y corporaciones
aunque sabe que también va ser extorsionado y expoliado por sus dirigentes,
pero al menos la agremiación, la tribu les da algún un grado de protección, lo que
les permite enfrentar y protegerse de las autoridades y todos juntos presionar
y conseguir sus beneficios, aun avasallando a otros grupos más débiles o nada
organizados.
Siguiendo su luminoso sendero para la toma y control
absoluto del poder, los socialistas comunitarios se han preocupado de destruir
la poca institucionalidad existente. Ya controlan totalmente justicia, las
leyes y los organismos de represión militares y policías y además han potenciado
las fuerzas paramilitares. Aprovechando las ventajas circunstanciales de los
altos precios de las materias primas, practican una política económica extractivista
y perniciosa y a su paso destruyen las bases empresariales, productivas e
institucionales del país. Su norte es el poder y el dinero y para conseguirlo
lo harán a cualquier costo, aterrorizando a la población, liquidando los
recursos naturales y arrasando a su paso con todo lo que se lo impida.
En el Estado populista, las instituciones son un botín,
una plaza que se conquista y luego se maneja
a su libre albedrio, por lo que surgen las pugnas entre los mismos
masistas para controlarlas y así podemos
ver en los diferentes municipios como facciones de este partido asaltan las
instituciones y se apoderan de los recursos municipales y de los Fondos, donde FONDIOC
es solo un ejemplo entre muchos.
Este modelo, proclamado de Socialismo comunitario,
parte del extractivismo y siguiendo la ruta de la economía informal va rumbo al
estatismo y el Capitalismo de Estado. En este modelo se promueve tanto el
estatismo como la informalidad; se estatizan las empresas y se da vía libre a
una economía informal, empezando por la producción cocalera y su cadena
productiva coca, cocaína, narcotráfico, contrabando, violencia, destrucción de
las instituciones y de los valores ciudadanos.
Asimismo y a contramano de la aspiración democrática, que demanda
que la administración de las instituciones y de la cosa pública este a cargo de
funcionarios elegidos por su probidad y capacidad profesional; en la era
plurinacional se hace lo contrario, se exacerba la discrecionalidad del manejo
de las instituciones y empresas del Estado con lo cual a la par de producirse
una masiva corrupción y apropiación de las instituciones para fines propios, son
ineficientes y tienen un pésimo manejo técnico y administrativo.
Este
comportamiento es usual y lo hemos visto de cerca y en su más cruda realidad,
en Municipios como la Guardia, que en un momento tenían al mismo tempo hasta
cuatro alcaldes masistas y cada uno amparado en los jueces, echaba mano de los
recursos públicos
Cuando existe una mayoría cuyos valores son contrarias
al acatamiento de la ley y el fortalecimiento de las instituciones, el
desarrollo se hace casi imposible. La vigencia y prevalencia de esta cultura es
producto de una mentalidad popular enferma de populismo, donde la gente espera
recibir algo por su voto y los candidatos prometen todo para conseguir el poder
que los hará dueños del tesoro fiscal.
El país para avanzar necesita un cambio en la política
y en la economía haciendo todo lo contrario de lo que se practica en los países
castrochavistas. Ya se produjo el cambio en Argentina, se inició en Venezuela y
Brasil y ahora le toca a Bolivia. Empecemos por el No! a la repostulación.
ovidioroca.wordpress.com
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