lunes, 7 de diciembre de 2015

HISTORIAS DE LA HISTORIA: SOCIALISMO COMUNITARIO VERSION PLURINACIONAL

HISTORIAS DE LA HISTORIA: SOCIALISMO COMUNITARIO VERSION PLURINACIONAL
Ovidio Roca
Los países exitosos son aquellos donde la institucionalidad funciona y donde rige el imperio de la ley. Instituciones, que son las reglas de juego que imperan en una sociedad y crean el ambiente para desarrollar la capacidad de innovación, dar seguridad y alentar a la iniciativa privada, atrayendo inversiones e impulsando el progreso sostenido del país y sus habitantes.
La importancia del Estado de derecho y la seguridad tienen que ver con el hecho de que a mayor riesgo e incertidumbre institucional hay menores inversiones y por lo tanto menos desarrollo y bienestar para la población. De ahí que las sociedades y Estados fallidos son aquellos donde impera el populismo y la inseguridad jurídica.
A contramano de la lógica de la responsabilidad y el trabajo, Bolivia ha optado por la senda del populismo y el socialismo comunitario, con lo cual el Estado plurinacional está contribuyendo rápidamente a construir una sociedad inviable, destruyendo el proyecto de la Republica boliviana.
Los dirigentes del Estado Plurinacional, para controlar la población de raigambre indígena, utilizan el comunitarismo, una ideología que somete a los miembros de la comunidad  a las normas que se suponen propias de ese grupo y en definitiva, permite a los dirigentes controlar las opiniones y los comportamientos de todos los que pertenecen a la misma y así enfrentarlos contra los otros grupos de población con una visión más cosmopolita y que el gobierno los percibe como opositores o no manejables.
A su vez la población en general, como producto de años de anomia y abusos de parte de muchas autoridades, ha llegado un estado de terror y desconfianza: teme a la policía nacional, a los aduaneros, a los policías de tránsito, a los funcionarios de la renta, los fiscales y jueces. Siente una permanente indefensión y cree que esas autoridades están allí para extorsionarlo y sobre todo sabe que no existe ningún mecanismo que los proteja de sus abusos. De ahí que busca ser invisible, informal, lo más alejado que puede del Estado. Para defenderse, se organiza en sindicatos y corporaciones aunque sabe que también va ser extorsionado y expoliado por sus dirigentes, pero al menos la agremiación, la tribu les da algún un grado de protección, lo que les permite enfrentar y protegerse de las autoridades y todos juntos presionar y conseguir sus beneficios, aun avasallando a otros grupos más débiles o nada organizados.
Siguiendo su luminoso sendero para la toma y control absoluto del poder, los socialistas comunitarios se han preocupado de destruir la poca institucionalidad existente. Ya controlan totalmente justicia, las leyes y los organismos de represión militares y policías y además han potenciado las fuerzas paramilitares. Aprovechando las ventajas circunstanciales de los altos precios de las materias primas, practican una política económica extractivista y perniciosa y a su paso destruyen las bases empresariales, productivas e institucionales del país. Su norte es el poder y el dinero y para conseguirlo lo harán a cualquier costo, aterrorizando a la población, liquidando los recursos naturales y arrasando a su paso con todo lo que se lo impida.
En el Estado populista, las instituciones son un botín, una plaza que se conquista y luego se maneja  a su libre albedrio, por lo que surgen las pugnas entre los mismos masistas para controlarlas y así  podemos ver en los diferentes municipios como facciones de este partido asaltan las instituciones y se apoderan de los recursos municipales y de los Fondos, donde FONDIOC es solo un ejemplo entre muchos.
Este modelo, proclamado de Socialismo comunitario, parte del extractivismo y siguiendo la ruta de la economía informal va rumbo al estatismo y el Capitalismo de Estado. En este modelo se promueve tanto el estatismo como la informalidad; se estatizan las empresas y se da vía libre a una economía informal, empezando por la producción cocalera y su cadena productiva coca, cocaína, narcotráfico, contrabando, violencia, destrucción de las instituciones y de los valores ciudadanos.
Asimismo y a  contramano de la aspiración democrática, que demanda que la administración de las instituciones y de la cosa pública este a cargo de funcionarios elegidos por su probidad y capacidad profesional; en la era plurinacional se hace lo contrario, se exacerba la discrecionalidad del manejo de las instituciones y empresas del Estado con lo cual a la par de producirse una masiva corrupción y apropiación de las instituciones para fines propios, son ineficientes y tienen un pésimo manejo técnico y administrativo.
 Este comportamiento es usual y lo hemos visto de cerca y en su más cruda realidad, en Municipios como la Guardia, que en un momento tenían al mismo tempo hasta cuatro alcaldes masistas y cada uno amparado en los jueces, echaba mano de los recursos públicos
Cuando existe una mayoría cuyos valores son contrarias al acatamiento de la ley y el fortalecimiento de las instituciones, el desarrollo se hace casi imposible. La vigencia y prevalencia de esta cultura es producto de una mentalidad popular enferma de populismo, donde la gente espera recibir algo por su voto y los candidatos prometen todo para conseguir el poder que los hará dueños del tesoro fiscal. 
El país para avanzar necesita un cambio en la política y en la economía haciendo todo lo contrario de lo que se practica en los países castrochavistas. Ya se produjo el cambio en Argentina, se inició en Venezuela y Brasil y ahora le toca a Bolivia. Empecemos por el No! a la repostulación.


ovidioroca.wordpress.com

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