CONSULTANDO CON LOS BRUJOS Y LOS SANTOS
Ovidio Roca
Vivimos en el país de las maravillas, el país de las
piedras copulantes; donde las hojas de coca sirven para decidir las sentencias
judiciales y donde las leyes son una mascarada
para mostrar apariencia de legalidad ante el ámbito internacional. Donde el
poder es centralizado y omnímodo y el Gobierno; para uno de los hermanos elegidos,
significa fría voluntad de dominio y para el otro, usufructo y disfrute sensual.
El llamado proceso de cambio nos atropella y empuja hacia
una extraña y desconcertante irrealidad plurinacional, y ante el desconcierto
que esto causa la gente busca respuestas que permitan entender, cómo es que estos
extraños personajes políticos, portadores de un proyecto que conduce al
desastre económico y el totalitarismo, tienen tanto éxito ante las masas. Un
desastre evidente que si quisiéramos confirmarlo, solo es ir y verlo en Cuba o
Corea, en su más crudo dramatismo.
Necesitamos entonces encontrar alguien que nos explique la actitud complaciente
del pueblo doliente, y la magia del masismo y de sus aliados. Entender todos estos
misterios, de manera que se pueda diseñar una estrategia de gobierno y proyecto
alternativo, que trabaje en favor de la libertad y prosperidad de todos los ciudadanos
bolivianos, 69% mestizos y 31% indígenas.
Caminando por aquí y por allá, en cualquier lugar
del país, entre hojas de coca, fetos de llama y sahumerios, se llega a donde están
los amautas, brujos, yatiris, lectores de cartas del tarot y poco más allá, en
el cafecito de la esquina, los analistas comportamentales criollos. Por
deformación profesional, escuchamos a estos últimos y nos enteramos de la
existencia de una serie de perfiles psicológicos, característicos de la fauna
política:
Son ellos, se nos explican: Manipuladores obsesivos;
culpan a los demás, evaden responsabilidades, cambian de opinión según la
situación, siembran cizaña, se hacen las víctimas para que lo compadezcan,
falsean los datos o los acomodan según su conveniencia, sin olvidar que son
egocéntricos y no tienen reparos para conseguir sus objetivos a cualquier
precio.
También padecen de Fuga disociativa; escape compulsivo
del propio entorno de trabajo y para justificarlo simulan enfermedad, o una razón
de Estado, pero en el fondo de lo que se trata es de huir de las presiones, de evadir responsabilidades, reducir la exposición
a las críticas y al desgaste y riesgos del trabajo político.
Padecen o disfrutan de Dromomanía, un impulso
psicológico incontrolable para viajar. Las personas visitan todo
evento que organizan o le anotician sus amigos, lo importante es viajar.
Con este cuadro clínico y psicológico en la mano,
comprobamos que nuestros personajes públicos, reúnen todos esos males, y muchos
más que no están estudiados debidamente, por lo que en el país hay un gran
campo para la investigación psicosocial.
Los vemos viajar, escapar de sus responsabilidades; hoy
está en Cuba con Fidel, mañana en Rio de Janeiro acercándose al Papa y buscando
la fotografía, otro día en el Chapare, feliz
con su sindicato cocalero; luego en Ecuador, en Venezuela mirando el pajarito
de Maduro, en China, Irán o Rusia.
El avión Dromomanía - Dassault
Falcon 900, de millonario
precio y costo de operación, es su mejor juguete y el instrumento maravilloso para
viajar, de escapar de las presiones y cuenta con el beneplácito del titiritero
del Gran Poder.
Un Amauta de Gran poder detrás del trono,
cuestionado por las bases masistas y que se atornilla en el cargo, haciéndose
imprescindible para el caudillo, el icono indígena, el personaje seguido por la
masa y mucho “más mejor” que el Ekeko.
Mirando con calma y sentido común, percibimos que este
tipo de conducta de los lideres, que podría considerarse negativa para un buen
gobierno e invalidaría las posibilidades de su éxito político; por el contrario
consigue el beneplácito y apoyo de las masas y gozan de una manifiesta ausencia
de oposición real. La pregunta entonces es, cual el secreto de su éxito, pues lo
que a algunos les parece mal, los potencia y fortalece.
Como la duda persiste, hay que seguir preguntando.
Un amauta libre pensante nos comenta, que después de
revisar las cientos de leyes y la nueva constitución plurinacional, encontró finalmente
la luz y comprendió que todo eso es un montón de papeles mal escritos y peor
redactados y que sirven para nada, y que la única ley real y vigente en el
Estado plurinacional es la del “le meto nomas”, por lo que cualquier disquisición
es pura paja.
El
analista del cafecito de la esquina, en un arranque de inspiración, me dice que la explicación de todo lo que
ocurre en el país y el mundo, es producto de la pertinaz estupidez humana,
hecho confirmado por Albert Einstein,
cuando dijo. “Hay dos
cosas infinitas; el universo y la estupidez humana, y de lo primero tengo mis
dudas”.
Ya perdidas las esperanzas de entender y saber qué
hacer, finalmente nos encontramos con las palabras del Papa Francisco en un
mensaje de esperanza y desafío para los jóvenes, cuando en Rio de Janeiro les
dice: Cuento con ustedes; es necesario "meterse en la vida" y no
mirarla pasar desde el balcón, ser protagonistas del cambio, interesarse por la
política y los problemas sociales y no dejarse ganar por la apatía. "Los
jóvenes en las calles quieren ser protagonistas del cambio. Por favor no dejen
que otros sean protagonistas del cambio", y recordó algo que se está
olvidando y es que la familia "es importante, necesaria, para la
sobrevivencia de la humanidad".
La respuesta había sido comprometerse y no mirarla
de palco, pues como señalo hace tiempo Abraham Lincoln, “No puedes escapar a la responsabilidad de mañana evitándola hoy”.
ovidioroca.wordpress.com
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