Ovidio Roca
En los países de Occidente se suponía; que luego de la desaparición del bloque comunista se daría paso a un mundo unipolar dominado por EE.UU y sus aliados y que paulatinamente la democracia liberal y el libre mercado acabarían imponiéndose como el modelo político dominante a nivel mundial; de este modo ya no existiría la lucha ideológica que viene marcando estos difíciles tiempos.
No ocurrió así, la globalización
aumento las interacciones entre los habitantes de los diversos países; se
agudizaron los intereses políticos y económicos y emergieron líderes sociópatas
y fanáticos religiosos, lo que a su vez incremento las probabilidades de
conflictos.
Ahora mismo estamos viviendo el
enfrentamiento armados de entre al menos dos civilizaciones con culturas,
religiones e ideologías antagónicas y ambas luchando fieramente en procura de
establecer el diseño y hegemonía del nuevo orden mundial.
Este nuevo orden camina a conformarse: Ya sea al mando de los países y regímenes
ideológicos y religiosos de tendencia totalitaria, o por los países de
tendencia liberal y democrática o eventualmente se conformarían varios bandos.
Al borde del Apocalipsis.
La
población mundial crece, está saturando el planeta y destruyendo el ecosistema;
una de las especies que más crece son los descendientes del homo sapiens, el
que no resulto tan sapiens.
Esta población mundial vive envuelta en
quimeras, traumas con las razas, los dioses, las ansias de riqueza y de poder,
y todas conducen al apocalipsis: A guerras crueles y fratricidas, conducidas
por líderes sociópatas y con potencia nuclear, como Putin y Kim
Jong-un. Y no sabemos hasta donde nos van a conducir estas pugnas por mitos
nefastos, antes que el cataclismo nos destruya y quizá finalmente los pocos
sobrevivientes decidan entenderse y vivir en paz.
Está claro que Putin esta traumado, es un Sociópata y no dudara en destruir el
mundo en honor a su Ego.
A su vez, a nivel mundial atravesamos actualmente, en todas partes y al
mismo tiempo, por una crisis económica, social y ambiental generalizada.
En los últimos años, en el mundo
occidental se viene imponiendo la cultura de la posmodernidad progre populista:
“multicultural”, “blandengue” e “inclusiva” y una población con actitud sumisa
y masoquista, que la hace débil ante una sociedad agresiva donde cunde la violencia
dirigida por bandas políticas y religiosas, así como de bandas delincuenciales.
Ante esto, los habitantes de países Gobernados por comunistas, progres y populistas,
huyen desesperados buscando entrar en los países capitalistas.
En esencia tenemos guerras globales dirigidas por ególatras y sociópatas como Putin
y Kim Jong-un; religiosas en Estados Islámicos e Israel y otras más locales por
líderes populistas, asaltantes y narcotraficantes en Latinoamérica.
Y todo esto se da en un mundo en pleno proceso de cambio climático, de sequias,
incendios forestales, tormentas e inundaciones que nos afectan a todos mientras
continuamos contaminando con gases de efecto invernadero; destruyendo bosques,
cubriendo el planeta de plástico y matando todo bicho que camina, vuela o nada.
Una hipotética
perspectiva de supervivencia.
El
dato de la realidad, es que vivimos en un mismo planeta con un ecosistema
frágil y que cada día se deteriora aún más, y que para sobrevivir hace falta
que potencias occidentales democráticas y socialistas orientales no se
destruyan y más bien se comprendan de alguna manera, logren ponerse de acuerdo
y así poder gestionar las diferencias existentes de manera más racional; lejos
de egos personales y fanatismos religiosos.
Se
dice que los chinos son pragmáticos y se guían por sus intereses económicos y
de negocios, no tanto por mitos de ego y poder y religiosos, como en la Rusia
Putina y los Islamitas. Por tanto hipotéticamente el nuevo sistema de poder
mundial, tendría al menos dos cabezas: la una Estados Unidos y la otra China la
Superpotencia en ascenso, y ambos bajo un sistema capitalista pero de matices
diferentes: El Capitalismo liberal representado por los EEUU y el Capitalismo
comunista y dictatorial de China.
Al
respecto se dice que: “Es bueno tener a tus amigos cerca por si llegas a
necesitarlos. Pero también es bueno tener a tus enemigos cerca, para estar informados
de sus intenciones y que no te tomen por sorpresa”.
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