Ovidio Roca
Necesitamos urgentemente repasar nuestra historia,
pues como expresaron muchos pensadores: “Quien
olvida su historia está condenado a repetirla”.
El Alto Perú, desde su inicio fue administrado por un
Gobierno centralista y absolutista, centrado en las altas montañas donde están las
minas. Era un grupo dominante que cuidaba exclusivamente sus negocios mineros y
en mantener sumisos a sus indígenas (ya domesticados por el Imperio Incaico) y
trabajando en sus minas de plata y en sus campos agrícolas. Todo el resto de
este extenso país era territorio ignoto, solo monte y cutuchis.
Han transcurrido quinientos años y ahora tenemos una población
mestiza asentada en todo el país, la que lucha por sobrevivir en un entorno de globalización
y una nueva economía mundial, de un acelerado crecimiento industrial y
tecnológico.
Y para peor, en medio de un drástico cambio climático que afecta a nuestra vida
y nuestra actividad productiva y agrícola, y aún más en un escenario de violencia
e inseguridades por el resurgimiento de las pugnas ideológicas internacionales
por el control del poder, conducidas por líderes endiosados.
Nuestro país había logrado una débil institucionalidad
democrática, pero no logro consolidar un proyecto de país democrático y federal,
más acorde a sus características históricas y culturales.
Ante estas debilidades triunfa el masismo, un movimiento que no es comunista
sino cocalero y muy práctico, y no lo hace con las armas como lo era durante la
experiencia guerrillera, sino apoderándose de la mente del pueblo usando el enfrentamiento
racial, promesas, buenos cuentos y arengas.
Usando además y de forma discrecional, el Organismo Electoral y el Sistema
Judicial para avasallar y consolidad el poder. Y especialmente la coca y el
narcotráfico que son su fuente de recursos para financiar sus actividades políticas
y engordar sus bolsillos.
Con esto los masistas convirtieron al país en un narco estado, el que en poco
plazo será inviable, por lo que necesitamos entender lo que nos condujo a esta situación
y tratar de enmendarlo para el bien de nuestros hijos y nietos.
Como referencia estadística, las exportaciones anuales
de cocaína, según varias estimaciones, son poco más del diez por ciento del PIB,
algo más de cuatro mil millones de dólares. El PIB de Bolivia del 2021 según el
INE fue de 40.703 millones de dólares.
Repasando la historia, recordamos que como parte del
Proceso de Cambio, el MAS al inicio deja de lado el principio democrático del
ciudadano igual ente la ley y retorna a la tribu, al Jefe Indio del Sur. Utiliza
el enfrentamiento étnico y el descubrimiento de que la mama coca es un producto
de alto precio internacional, aún más que la plata y el oro.
El MAS en el Gobierno decide borrar la historia nacional
e inventar una nueva y bajo la hégira del Jefazo Morales, sus escribidores y
yatiris empezaron el proceso de cambio, cambiando el nombre del país, destruyendo
la República de Bolivia e ideando el Estado Plurinacional. Con esto no solo se cambió
el nombre, sino la esencia democrática y republicana del País.
En este proceso de reinventar la historia, Choquehuanca
el Yatiri aymara, empieza a llamar a este país de Abya Yala, un territorio donde
no hay sitio para los q'aras. “Nuestra lucha es contra ellos, el q’ara no
tiene principios, no tiene valores... no trabaja”. Hardrock.
Aunque los mestizos q'aras,
constituyen la mayoría de la población nacional no tienen la capacidad de
unirse en defensa de sus derechos ciudadanos y menos de recuperar la República
Democrática de Bolivia y avanzar al Federalismo.
El proceso de cambio sigue y ahora tenemos Oblivion, que
es una transposición de letras del nombre de Bolivia y también es una palabra
inglesa que significa purgatorio y olvido. Este es un nombre muy acertado, pues
Bolivia es el Purgatorio en el cual los masistas atormenta a los q'aras, para
que purguen sus pecados capitales por haber ofendido al Evo y la mama coca.
Últimamente y como
consecuencia de la extendida cultura del bloqueo que practica e instituye Evo, a
nivel internacional se lo empieza a conocerse como Bloquivia, un país que está
en paro permanente.
Esta situación se da al no existir vías de diálogo y concertación, esto por la
ausencia de institucionalidad, confianza en las autoridades y en el
cumplimiento de las reglas de juego democrático. En consecuencia la población al
igual que los masistas e interculturales, han decidido también bloquear y por
esto el país está en permanente bloqueo, esto es Bloquivia.
Lo lamentable es que fruto de este ambiente de
inseguridad jurídica y física, las inversiones no llegan y el país pierde
fuentes de ingreso y el pueblo de trabajo estable.
La situación económica del país está cada vez más complicada
y se requiere urgentemente de una adecuación de sus políticas para enfrentarla.
Desde distinto ámbitos se le ha solicitado al Gobierno: Disminuir el gasto gubernamental, no tirar la plata en inversiones
millonarias e improductivas, reducir la burocracia, la corrupción y realizar
las inversiones en salud, educación y seguridad con eficiencia y eficacia. Vale
decir, actuar con responsabilidad y solvencia y utilizando la menor cantidad de
recursos para conseguir el objetivo previsto, es decir sin comisiones.
Ante estas demandas el Presidente Luis Arce recito
de memoria su discurso: “En el contexto
global, el sistema capitalista está “caduco” y en “decadencia”, mientras que el
Modelo Económico boliviano implementado por el Gobierno, le ha permitido al
país mantener una estabilidad que es envidiada por otras naciones”.
No debemos olvidar la historia y así evitamos cometer una
y otra vez los mismos errores. Errores y falencias que llevaron a nuestro país
a esta situación de anarquía y miseria que fue inducida por grupos de
agitadores masistas, que destruyeron todo a su paso, desde su mismo nombre, su
historia, los pocos pero importantes avances que tuvimos en nuestra economía
productiva y en ese afán de construir un país para todos.
ovidioroca.wordpress.com